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Disco Las Palmeras y el noise ultrasónico

Apoyado en las puntas de los pies, se inclina hacia el micrófono, mientras no para de golpear las cuerdas. Sostenido por las puntas de los pies en el suelo. Sus palabras se elevan sobre una nube de capas, capas sólidas, capas eléctricas sobre las que Diego camina y levita. Diego Castro se eleva sobre nuestras cabezas y gira. No te oigo. Pues tenía una cosa muy importante que decirte. No te oigo. Era una cosa muy importante. No sé que dices.  Julián se ha convertido en la niña de The Ring y rasga violentamente las cuerdas restantes hasta el mismo puente.   Esto acaba de empezar y sabes que no va a parar. «Que rueden las cabezas». No hay descanso. No hay perdón. Jose Castro golpea los bombos. Hay ritmo. Hay atmosfera. El sonido es físico. Másticable. La distorsión es amor.

No es ruido, es noise.

Sarriá es así señores. Que rueden las cabezas, a los causantes encerrar, pero por qué dictan sentencia contra las victimas… se ríen de ti, se ríen de ti» y las cabezas enmpezaron a rodar.  Y no fueron la que ellos pedían. Disco las Palmeras! en un ejercicio de estilo, de esos que se dicen ahora, no deja prisioneros. Sin descanso. Sin perdón. Poniendo todo «Del revés». «No me falles nunca y no sabrás lo que es verme fallar». Venir a un concierto con ella es como venir solo. Sus palabras son directas.

Hay sliders en sus dedos y miles de pedales en el suelo. Hay uno que no utiliza. El resto de la pedalera le mira mal y se ríe de él. Ultrasonidos en mi oídos.

El ultrasonido ha llegado. Los héroes ultrasónicos pueden pasar por tu población en cualquier momento, acogelos en tu regazo, amamantalos y dales calor, pero nunca cerveza. No lo olvides nunca cerveza. Absenta sí. La absenta hace buenas canciones.y todos queremos buenas canciones. Los señores Julian L. Goicoa, José Castro y Diego Castro las hacen.

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