Puede que Paul Auster sea uno de los pocos escritores que venden libros y que escriben con calidad que quedan hoy en día. Por eso, siempre es digno de celebrar que el autor de libros tan míticos para las generaciones de hoy en día y las de hace pocas décadas como El Libro de las Ilusiones saque nuevo libro. Por fin algo digno en las imprentas. O algo que esperamos que sea digno. El título, Diario de invierno, recoge un collage que va desde la autobiografía con otros géneros ya cultivados anteriormente por Auster. En todo caso, lo que sí que hace una vez más es trabajar sobre las emociones, escribir sobre ellas, pero a partir de la vida cotidiana.
La biografía, y más aún la autobiografía, de Auster también es otro punto a favor para decidirnos a zambullirnos en sus páginas. Los devenires de un judío neoyorquino que ha entregado su vida a la creación literaria y que ahora se decide a hablar de sí mismo (aunque no es la primera vez, porque Diario de invierno se anuncia como la tercera parte de una trilogía autobiográfica en la que la precedieron El cuaderno rojo y A salto de mata), narrados en clave de diálogo con uno mismo, darán pie a que el lector se adentre en las reflexiones íntimas del autor sobre los más variados temas.
Nosotros, por lo menos, queremos leerlo y vamos a leerlo. Y estamos seguros de que, en mayor o menor medida, va a valer la pena. En cuanto al menos para convencernos de que Auster hace que comprar un libro editado en los últimos años no sea una garantía de fracaso, sino todo lo contrario. Como viene siendo costumbre, edita Anagrama y podremos comprarlo hasta en las «tiendas de conveniencia».
