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Depedro, ciudadano del mundo

Fecha: 19 de Febrero de 2012

Lugar: Auditorio Conde Duque (Madrid)

“Estoy en mi ciudad”, suelta espontáneo Jairo Zavala. Pasan dos canciones de su concierto en el Auditorio Conde Duque. Una plaza más conquistada por este vecino de Aluche con kilómetros y kilómetros de carretera sobre los hombros (un tópico que en el caso del madrileño es pura realidad). Su proyecto musical en solitario, bautizado como Depedro, puede presumir de padrinos. Joey Burns y John Convertino, integrantes de la banda de Arizona Calexico, fueron los que enseñaron a Jairo a moverse en los terrenos de la música fronteriza, del country-folk que no tiene miedo a sumar nuevos elementos sonoros. También fueron ellos los que le invitaron a unirse a su gramola ambulante, que desde hace años gira por los cuatro rincones del planeta. Sin embargo, hoy el músico vuelve de nuevo a su ciudad y, aunque sólo sea por una noche, deja a un lado la calidez de los metales y los ritmos de batería para lanzarse a defender su repertorio a solas con su guitarra.

Mientras, afuera, Madrid celebra su carnaval, y Jairo aprovecha la ocasión para jugar a disfrazar sus canciones, dejando que se prueben a gusto nuevos ropajes. Si Llorona adopta el tono de un lamento mariachi, La Memoria se pierde entre los decorados de un spaguetti western. También Nubes de Papel, canción que da nombre al último disco del madrileño, se enmascara bajo la sonoridad de una tonada afrancesada. La cosa llega al éxtasis con Don’t Leave Me Now, convertido en un bolero que camina sobre una caja de ritmos. Viajes de ida y vuelta a los que el madrileño parece estar acostumbrado a juzgar por su currículum musical. En apenas media hora ha sido capaz de llevarnos por los sonidos de medio globo terráqueo. Y todo con las seis cuerdas de una guitarra.

Madrid se convierte por una noche en la capital del mundo, en una ciudad en la que cualquier cosa puede pasar. Que queremos revivir el espíritu hippie de finales de los sesenta, ahí tenemos la versión a dúo del If I Were A Carpenter de Tim Hardin. Que queremos protagonizar nuestra propia película de pistoleros, ahí queda ese ¿Qué puedo hacer por tí?, con un Jairo con pose desafiante, disparando acordes a diestro y siniestro. El revolver del músico madrileño tiene pólvora para rato.

Ayudado por los teclados de su escudero Lucas (miembro habitual de su banda), ataca también una lectura en clave espacial de What Goes On, clásico de la Velvet Underground. Antes ya ha cumplido con el público más fiel haciendo sonar Diciembre, tema presente en las últimas semanas en las emisoras de radio y que cuenta en su versión original con la voz de Pucho, líder de los encumbrados Vetusta Morla. El respetable le agradece el gesto poniéndose en pie en Comanche, pieza de cierre habitual en los conciertos de Depedro. Esta noche no es una excepción y la rumba infecciosa envía a Jairo y su compañero a los camerinos, no sin antes recibir la ovación correspondiente.

Salimos de la sala y me acuerdo de una frase que comentaba hace un tiempo el madrileño al hacer inventario de sus andanzas por medio mundo. “Vértigo: esa es la palabra que siempre elijo para definir esta profesión. Nunca sabes lo que te va a pasar, pero si controlas la altura puedes tener una bonita vista”. Por suerte, si la cosa no sale bien, siempre podrá volver a su ciudad sin nada que reprocharse. Viendo lo ocurrido la pasada noche en el auditorio del Conde Duque, no hay duda de que le bastará con una simple guitarra para hacernos vibrar con sus canciones y, de paso, dejar por un día la maleta aparcada en casa, que ya habrá tiempo para echarse de nuevo a la carretera. Hoy, por lo menos, dormirá sobre el colchón de su cama. Todo un lujo para un músico como Depedro.

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