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Cuchillo visita los Veranos de la Villa madrileños

Fecha: 9 de Julio de 2011

Lugar: Centro Conde Duque (Madrid)

Cuchillo es hipnotismo. Es sugestión o seducción, inferida por un elemento externo, que modifica de alguna forma teclas internas causando fascinación y emoción, entre el respetable. Cuchillo no es un grupo común. No es un grupo común aquí. No busca las cosas fáciles. No busca la repetición de sus canciones. No quiere himnos. Ni estribillos. No van de divos ni estrellitas. No son el fin. Su apuesta circula sobre una psicodelia controlada, sobre una americana llena de matices, sobre guitarras melódicas con su toque de distorsión. Evocan. Sugieren. Cuchillo es el medio. El catalizador para conseguir llegar a emociones o estados emocionales. Provocan sinergias.

Pero vayamos al concierto. Sabado 9 de julio de 2011, Madrid, Centro Conde Duque, dentro del ciclo Los veranos de la villa. Se apaga la luz. Suenan conchas que excintilan y chocan, baquetas, escobillas y mazas, que acarician o arrementen en la batería. Suena una guitarra de otro tiempo. Y acordes de piano de cola. Sintetizadores. Cascabeles, idiofonos. Suena a desierto con mar. Un post-folk o post-americana. Cada acorde en su justa medida en su posición. Los tres sentados. Pocas luces. Un pequeño auditorio moderno que suena muy bien y que debe de suponer una gozada para los que están tocando. Psicodelia. Experimentación. Asombro. Asombro del público, heterogéneo que casi llena el auditorio.

Digo los tres, ya que al dúo originario de Cuchillo, Israel Marcos (voces y guitarra) y Daniel Dominguez (baterías y percusión), se les unió Henrik Agren ( a la guitarra, teclados, piano de cola, percusión). Para dar cuenta principalmente de su EP de más de media hora de duración, con paso al idioma patrio incluido, de cuyo nombre quiero acordarme y me acuerdo: Duat. Este EP que vio la luz en Noviembre de 2010, con cambio de discográfica de Sinnamon a Limbo Starr, deambula por el intimismo de sus letras, pasajes lugubres y poco accesibles, así como evocadores y de traslación cósmica. Tocaron alguna canción de su primer disco homónimo y nos dejaron alguna que otra canción nueva, como la un lugar, un pueblecito con mar al que suelen ir a darse un baño. Canciones nuevas para un disco que se ponen a grabar ahora mismo, ya, en estos momentos.

El concierto fue grabado por 5 cámaras, según refiere el grupo en las redes sociales y esperemos verlo pronto, porque el audio es magnífico. Destacan en el escenario, su profesionalidad, su gran sonido, su calma y seguridad, pero sobre todo su facilidad para el hipnotismo. Esperaremos impacientes lo nuevo.

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