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Beasts of the Southern Wild, una película que no os podéis perder

BEASTS OF THE SOUTHERN WILD
Desde Estados Unidos nos llega este año una de las propuestas más originales en mucho tiempo. Se trata de una película, en apariencia pequeña, que cuenta su historia a través del poder de las imágenes y cuyo punto de partida bien podría confundirse con el arquetipo de cine social: “En una de las partes más pobres de Estados Unidos sobrevive una comunidad de pueblerinos borrachos cuyo modo de vida entre la basura se ve amenazado tras una tormenta tropical”. Sin embargo, a partir de este esquema, Beasts of the southern wild da una vuelta de 180 grados a las normas, acercándose (y transgrediendo) el realismo mágico como género para sumergirse en una mezcla de cine de aventuras con el cine social de Precious que convive con la inocencia visual de Donde viven los monstruos.

Hushpuppy es una niña que vive su propia fantasía dentro de esta comunidad repleta de cuentos ancestrales, problemas sociales y sobre todo de basura, un elemento que cobra una importancia crucial y que, más allá de aportar un escenario semiapocalíptico, nos acerca más a los personajes y su reinvención propia del mundo. Y es que la alegría que despiertan muchas de sus imágenes bien contrarresta con la cruda historia que se nos está contando: la de una niña pobre (que no una pobre niña), criada como un chico, que debe sobrevivir en una selva de mugre con un agresivo y controlador padre que odia, pero al que también ama. En cualquier caso, como comentaba, la potencia de algunas de sus imágenes es sublime. Por comentar solo algunas, pondría como ejemplo un borroso flashback en que el recuerdo una mujer hace hervir agua a medida que camina o la odisea de las criaturas míticas descongeladas del polo sur que avanzan hacia el pueblo de Hushpuppy y que acabarán colisionando con la realidad en una maravillosa escena climática. Momentos difíciles de describir con palabras por su naturaleza visual.

Pero si hay algo que hace única esta experiencia es su sabia utilización del montaje, especialmente durante los minutos introductorios del film, que, gracias a una banda sonora prodigiosa, compuesta a medias entre el debutante Dan Rohmer y el propio director de la película, Benh Zeitlit, consiguen que, gracias a sus compases, que mezclan la música rústica country con la carnavalesca, las escenas fluyan casi por arte de magia, lo que dota desde los primeros compases a la cinta de una atmósfera enigmática e hipnotizante que hacía mucho que no veía.

La película ha pasado por numerosos festivales de cine entre los que destacan Cannes, Reykjavík o San Sebastián y siempre ovacionada unánimemente por la crítica, lo que la está llevando a ser una de las más firmes candidatas al Oscar a la Mejor Película este año pese a ser una ópera prima realizada con la ayuda del instituto Sundance. Y no sólo la crítica, el propio Obama y Oprah Winffrey han recomendado personalmente la película por su indudable calidad, con lo que, por si no quedaba claro, estamos ante una de las cintas del año, imperdible.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9 /10

 

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