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Art Brut divierten al público madrileño

Fecha: 12 de noviembre de 2011

Lugar: Sala Moby Dick (Madrid)

Brilliant! Tragic! es el nombre del cuarto y último álbum de estudio de los británicos Art Brut. Trabajo que presentaron el pasado sábado en la madrileña Sala Moby Dick.

Art Brut, que debutaban en 2005 con ese Bang Bang Rock & Roll y que probablemente muchos de vosotros recordaréis, volvían a subirse a un escenario, esta vez algo más pequeño de lo que acostumbran, para demostrar por qué Frank Black (Pixies) disfruta produciendo sus canciones.

Después de que Barcelona cobrase algo de protagonismo, en este caso con los encargados de preparar el ambiente, Sweater. Saltaban, porque saltaban, a la tarima los chicos de Eddie Argos.

Como hooligans (con perdón) encabronados, y sin perder la sonrisa, se disputaban las letras irónicas, los chistes, las caras de picardía y el rasgado de las cuerdas sin parar.

Sonaron temas de todos sus discos. Sonaron con complicaciones, como las que tenía el bajo para dejarse oír después de la primera canción. Y ahí estaba el gran Argos para palabrear. Casi todo lo que hace, que no es poco.

Y no es que no sepa cantar señores, es que esa es la gracia. Por si queda alguien que no se haya percatado, grabar un disco no implica tener una voz majestuosa, pero sí presencia. El testeo del directo es imprescindible, y ellos lo tienen de su parte.

Entre los temas escogidos para la ocasión nos regalaban: I am the Psychic, Lost Weekend, Sealand, DC Comics and Chocolate Milkshake, Emily Kane, la genial Formed a Band y por supuesto Bang Bang Rock & Roll. Moving to L.A. también sonaba, con un pequeño anti tributo a esa parte de la Costa Oeste americana a la que Argos, como líder, le dedicaba lindezas como: “Tiraría una bomba y estallaría esa parte del planeta, sabéis lo que quiero decir ¿Verdad?”. Genio y figura.

Ese carácter precisamente es el que mantuvo al guitarrista, tan brittish y mucho más correcto, con los ojos saliendo de las órbitas durante la mayor parte del concierto. O el que consiguió hacer que todo el público se agachase justo después de bajar del escenario y soltar un speech sobre lo que le gusta y lo que no le gusta.

Con toda la gente agachada Argos se despachaba y gritaba, y hablaba, casi charlaba, mirando a la gente. Claro está que si hay algo verdaderamente llamativo son las inexistentes líneas vocales. Las parrafadas agudas sobre ex-novias, sex appeal, la adoración por el mundo del cómic y todo lo que se les ocurre están dispuestas tal cual. Nadie las interpreta melódicamente. Salen por la boca del bruto de Eddie y todos sonríen airados. Igual que él al tiempo que se desabrocha la camisa o gesticula mirando al techo.

Un espectáculo con sello propio que terminaba eficazmente con caras de satisfacción. Porque Art Brut son divertidos. Son divertidos y eso no es precisamente algo de lo que muchos grupos, por desgracia más valorados, puedan presumir. Humor británico exquisito.

Y sí, es cierto todo lo que dicen de ellos. Es una banda completa, con el sonido adecuado para hacer reír y saber encajar todo lo que les plazca. Probablemente todo lo que nunca consiguieron Babyshambles pero sin el bombo mediático, con bastante más personalidad y con el gusto recatado de formar parte de una minoría, la que normalmente mide el valor real de las cosas importantes.

Muy macarras, Art Brut-ales.

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