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Antònia Font iluminaron Castellón con sus «Lamparetes»

ANTÒNIA FONT
Foto: Olga Font

El sábado pasado, en el Paraninf de la Universitat Jaume I de Castellón, actuaron Antònia Font presentando su último disco, que salió ya hace algún tiempo, pero como ellos mismos dijeron, pero que aún no lo habían traído a Castellón, si a esto exceptuamos su actuación en el FIB el pasado verano, por cierto, estupenda y muy entretenida, nada menos que con Bob Esponja entre el público.

El hecho de que el concierto fuera en un teatro con asientos numerados y a las ocho de la tarde condicionaba mucho el espectáculo tanto positiva como negativamente. Empezando por lo primero, lo que suele ocurrir cuando se actúa en espacios cerrados; sonoridad de mejor calidad, comodidad física y pocas cabezas o cuerpos que tapen el escenario. Y siguiendo con lo segundo, el público no se puede mover a su antojo y está más formal, aunque el cantante, Pau Debon, se lo metió en el bolsillo e hizo que no sólo se pusiera de pie al final, sino que coreara lo que él proponía con una alegría literal y una animación que hizo que todo el mundo saliera de allí totalmente satisfecho.

El único problema que hizo que el concierto no fuera tan agradable como debiera fue que parecía haber una pequeña distorsión en la regulación del micrófono y la voz no se oía demasiado bien. Los teclados sonaban al mismo nivel o incluso más altos que su voz, y a veces resultaba difícil entenderle, pero excepto esto, el resto fue memorable.

Haciendo honor a su último disco, Lamparetes, todo el escenario aparecía decorado con lamparitas colgando del techo, de los micros o en el suelo, encendiéndose y apagándose según la música, creando un efecto muy agradable. De hecho, empezaron con el magnífico Me sobren paraules, primer corte de este disco, maravillosa letra, y siguiendo tal y como está grabado, ya que dado su carácter conceptual, un cambio de orden lo habría hecho sonar diferente. Xilófono y las consabidas risas en la irónica Islas Baleares, con la colaboración de un rapero que salió a acompañar ese final de palabras al revés; emoción en Abraham Lincoln y una calurosa acogida ante el fantástico Clint Eastwood. Airosamente naif los toques de flauta por parte de Pau en Sospitosos, así como los coros, característica muy especial que sacan de vez en cuando, haciendo el momento de lo más divertido, sobre todo esos coros de “yupi, happy”. Teclados excepcionales de Jaume Manresa en Pioners, así como en el resto. Pero no fue lo único; después repasaron sus grandes éxitos como Alegria, Wah Yeah! o Darrera una revista, todo ello muy bien acogido por el público. Cuando terminaron una hora y media más tarde, el público quería más y más, a lo cual accedieron con un bis de tres canciones, volviendo en la última a su Lamparetes con Calgari, después de haber cantado su rap feroz, insólito y de lo más surrealista Astronauta rimador en el que Pau, cantando por los suelos, se dejó la piel.

Estupendo directo, acompañado de diversos elementos; los rítmicos movimientos de Pau, muy en sí mismo y con ese toque ingenuo y ocurrente, matizando así su excelente poesía, la magnífica instrumentación y coros por parte de Joan Roca y Joan Miquel Oliver, bajo y guitarra, y la potente batería de Pere Manel Debon. Curioso ese aspecto que tanto sorprende la primera vez que les ves después de haberles oído; difícil imaginarlos tal y como son, pero es lo que hay; gente normal, fieles a sí mismos de principio a fin.

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