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Abrazamos la locura gracias a Male Bonding

malebondingconcierto

FOTOS: Jordi Teixidó

FECHA: Miércoles 18 de enero de 2012.

LUGAR: Sala Sidecar (Barcelona).

La noche de ayer fue un triunfo, pero no en términos deportivos, sino musicales. Dice mucho de la manera de pensar de un lugar cuando acontecimientos más minoritarios son empujados por otros de seguimiento masivo, como el fútbol, pero no entraremos en este tema ya que no es el espacio para ello.

Por esta razón, el triunfo de la noche fue doble, ya que a pesar de ser una noche donde había un Madrid-Barça, y de que el concierto viera modificado su horario para no solaparse con el partido, la sala barcelonesa Sidecar estaba más llena de lo que se podía esperar dadas las circunstancias. Y si encima el concierto nos hizo disfrutar… ya tenéis la causas de este doblete triunfal.

Abrió la noche la banda gerundense Aliment, con muchas ganas y nos dieron muestras de sus canciones de punk rock y garaje de ritmo acelerado, todo y que el algún problema técnico no ayudó al grupo, dejaron claro que van sobrados de energía y seguro que los iremos viendo en la escena local.

Y posteriormente tuvimos a Male Bonding al escenario. La banda inglesa de punk rock que cuenta con dos álbumes en el mercado, el furioso Nothing Hurts (2010) y el más reposado Endless Now editado el pasado año. Lo de anoche fue un claro caso que las matemáticas no son ciencia exacta. La suma de los cuatro componentes dieron como resultado el paroxismo absoluto y grandes momentos de locura colectiva. Durante la escasa hora que duró su actuación, no dejaron títere con cabeza, y dejaron claro que el giro más pop de su último larga duración no es el que marcan en los directos.

Fueron directos al grano, sin preocuparse demasiado por los problemas de sonido que no permitían escuchar bien las voces. Daba igual. La banda acelerada y sin pausas entre temas, con una base rítmica aplastante gracias a un batería que vale un imperio, que parecía estar en trance y al que le daba igual tocar sin zapatos y con calcetines rojos, y a un bajista que parecía estar poseído por san Vito.
Como resultado una aplastante lección de punk rock con grandes dosis de noise y un toque de lo-fi. El público respondió calidamente y con algún que otro pogo. Y es que por un momento nos pareció estar en otra ciudad, en otra época, en una ciudad donde la escena local es efervescente y donde hay locales como setas que dan cabida a todo tipo de propuestas. Imposible no pensar en los 90, o en Nirvana, con quien comparten las similitudes sonoras del primerizo Bleach, pero sobre todo con la actitud desatada y feroz.

Desgraciadamente, el concierto no llegó a los 60 minutos, muy condicionado por el partido, y su final fue un poco seco, pero lo fugaz no quita el hecho de que estuvimos esos minutos disfrutando de cerca de una banda que por estos lares se suele ver por festivales veraniegos, engrosando las segundas filas del cártel. Así que hay que felicitar a Sones por haberlos traído a pesar de tener muchos condicionantes en contra.
Habrá que seguir a los Male Bonding de cerca; esta banda tiene calidad para seguir adelante, quizás no aupados aún por una colección de canciones que funcione bien en el estudio, ya que sus grabaciones no hacen justicia al potencial que tiene en directo, así que esperaremos su nuevo material y su siguiente concierto.

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