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Vetusta Morla: «Este disco es una amalgama de nuestra impronta, hemos decidido exponernos más directamente»

Pasamos Un día en el mundo con ellos para luego perdernos por sus Mapas y nos dejaron a La Deriva en un momento muy convulso en la realidad exterior. Tras el viaje, Vetusta Morla se han parado en seco para disfrutar de un periodo de autorreflexión y descubrimiento y han vuelto con Mismo sitio, distinto lugar, un disco que rompe con la musicalidad de la banda pero sin perder su esencia.

Descubrimos un poco más sobre este nuevo punto en la carrera del grupo y hablamos con Pucho, recién llegado de una mini promo por Latinoamérica.

Venís de una gira de presentación del disco por Latinoamérica que os ha llevado por México, Argentina, Colombia… ¿cómo estáis?

La verdad es que hemos vuelto con muchísima energía, ha ido muy bien. Es la primera vez que el disco ha salido en cuatro países digitalmente a la vez y por eso queríamos hacer una gira de sólo promoción del disco. La energía viene mejor, porque otras veces combinamos la promo con los conciertos y es más paliza, pero esta vez ha ido muy bien.

No muchos artistas deciden cruzar el charco sólo para promocionar el disco, sino que esperan a la gira, pero vosotros tenéis un lazo muy especial con Latinoamérica, ¿no es así?

Sí, llevamos ocho años yendo,desde el año 2009, y poco a poco los viajes se van notando y los frutos se van viendo. Cada país es un mundo, cruzas una frontera y tienes que volver a empezar cuando coges un avión dentro del continente. Llevamos muchos años y le tenemos mucho cariñ por todo lo que nos aporta a nivel humano, emocional y de referencias para retroalimentarnos es increíble.

El directo que grabamos allí forma parte del propio viaje, el encontrar gente, experiencias, y en esta ocasión nos encontramos con la gente de Boamistura, que estaban participando en la Feria del Libro de Guadalajara (México) porque estaban dentro de la delegación de Madrid, porque íbamos como representantes de la ciudad invitada este año. Una tarde nos enseñaron lo que habían creado en una barriada de allí y nos pareció maravilloso, quisimos dejar nuestra impronta con esta canción.

El título del disco, Mismo sitio, distinto lugar, ¿es como os sentís tras estos años? ¿Está Vetusta Morla en el mismo sitio pero en un lugar distinto a cuando escuchamos Un día en el mundo?

Eso sin duda, obviamente Vetusta Morla no son los mismos que cuando sacaron Un día en el mundo. El título hace un poco referencia a eso, tiene un punto bastante polisémico, la verdad, y nos gustaba la idea porque el disco narra la transformación que hemos llevado a cabo a nivel no sólo interno de la banda, sino a nivel creativo y humano, en definitiva. Es la historia de esas intenciones de hacer las cosas de otra manera, desde otro lugar al que ya estábamos habituados. A salir de esa zona de confort ya conocida que llevábamos transitando durante los tres últimos discos y probar nuevas maneras de hacer música y como una manera honesta de representar lo que es la banda a día de hoy, a 2017.

El título hace referencia un poco a que seguimos siendo los mismos, pero nos encontramos en otro lugar. Cuando haces un proceso de autorreflexión, como hemos hecho nosotros para proyectar hacia el futuro, es inevitable que el pasado aflore y de hecho el disco nos han dicho que tiene muchos guiños a nuestra carrera, a cualquiera de los tres discos anteriores, pero obviamente desde otro lugar. Todo eso cabe en el título.

Incluso las canciones en sí son sitios, siempre aluden al espacio geográfico objetivo, y los lugares siempre apelan más a la experiencia de cada persona que tenga con ese sitio, a las vivencias. Las canciones son así también, son notas musicales reflejadas en un soporte, pero al final los lugares serían un poco la experiencia de cada oyente que hace esa canción cobre vida de distintas maneras.

Lo más destacable es sin duda el cambio en el sonido de este disco, aunque conserváis vuestra esencia. ¿Era un cambio planificado? ¿Cómo lo habéis logrado?

Había una conciencia de cambio por parte de los seis, teníamos una necesidad de probar cosas nuevas y para ello tienes que preparar las cosas de distinta manera, por eso hemos tenido un productor nuevo, es la primera vez que co-producimos un disco, lo hemos grabado en Berlín, hemos dispuesto el local de una manera en la que todos pudiéramos participar de los instrumentos, de tal manera que es como una sala de juegos en la que todos podíamos hacer uso de un instrumento cuando quisiéramos… Y, bueno, al final obviamente todos esos cambios te llevan a sitios distintos.

No era una cuestión de querer a llegar a un sonido en concreto. Es todo un proceso de búsqueda, de experimentación y de investigación sónica y creativa. Hemos cambiado la manera de abordar las canciones, hemos roto con estructuras clásicas, probado instrumentación nueva… todo eso al final produce resultados nuevos, al menos en nuestro caso.

Habéis grabado el disco en Berlín, una ciudad con un aura muy especial ¿Cómo fue el proceso de grabación?

Al final influye bastante, es parte de todos estos cambios. Berlín es una ciudad que apela un poco al título del disco. Es una ciudad que durante el siglo XX ha tenido cantidad de cambios, de transformaciones, y a día de hoy todo ese pasado se ve un poco entre capas superpuestas y el disco tiene un poco de eso.

Además por el estudio han pasado grandes genios de la música como Bowie, Depeche Mode, U2, R.E.M…. Y siempre que todas estas personas han pasado por allí, han ido con un espíritu de renovación, como de cambio de piel dentro de su propia identidad, como una búsqueda de una nueva identidad.

Todo tenía un halo que nos venía muy bien. Luego al final es una cuestión de intuición y a medida que vas avanzando en el disco vas viendo que las piezas van encajando, pero al principio te mueves por intuición. Queríamos también trabajar fuera de España y estar en un sitio recluidos, donde no nos tengamos que preocupar de ir a por los niños al colegio, pagar la factura de la luz, etc. Cuando estás centrado en el proyecto, la energía está menos dispersa.

En este disco habéis hecho lo que os ha dado la gana, pero se nota que estáis satisfechos y que os lo habéis pasado bien grabándolo.

Sí, la experiencia ha sido maravillosa y las mezclas en Estados Unidos con Dave Fridmann fueron una experiencia maravillosa. Y no sólo nos hemos divertido, sino que hemos aprendido mucho y hemos tomado mucha conciencia de nuestro oficio y de nuestro propio trabajo.

Nos lo hemos pasado muy bien, hemos hecho lo que nos ha dado la gana y estamos súper contentos. Suena a tópico que el último disco siempre el que más le gusta a uno porque siempre refleja al final lo que es o el momento el que estás en ese instante, pero yo a este disco le tengo especial cariño, la verdad, me gusta mucho.

Noto que hay más instrumentación en este álbum, al igual que por ejemplo en Mapas, cuando venís de un disco muy rápido como era La Deriva.

Tiene referencias a los tres discos anteriores, de Mapas conserva el tema de la instrumentación, aunque está profundamente ornamentado en Mapas y tiene muchas capas de sonido, de instrumentos, de arreglos… En este caso también, Mismo sitio, distinto lugar, tiene una riqueza ornamental, es barroco. Pero a diferencia de Mapas hemos conseguido una cosa que quizá allí no llegó a cuajarse y es que todo tiene su plano y su sitio correcto, todo suena y todo encaja. En Mapas había quizá mucha más información, pero tenía como una ambientación más reverberante, espacial. En este es como todo muy concreto, hay cosas espaciales, pero cada arreglo tiene su sentido y su sitio dentro de la amalgama musical.

De La Deriva conserva cosas, fue un disco más urgente, más directo por los acontecimientos que estábamos viviendo alrededor y este conserva un poco el aspecto lírico. En este disco ya afloraba un poco un lenguaje más frontal, más directo, no tan metafórico, no tan onírico como en Mapas y en este disco pues tiene un punto más allá, aparece la ironía, el sarcasmo, que quizá en nuestra carrera nunca había aflorado.

Este disco al final es una amalgama de mucha de nuestra impronta, de cosas que forman parte de nosotros pero que quizá no habían salido a la luz de una manera tan descarada y en este disco hemos decidido sacar todo de una manera más extrema.

¿Qué es el Hand Album de Mismo sitio, distinto lugar que habéis sacado?

El Hand Album es una historia que nos propusieron, no se había hecho nunca en Europa, la primera vez que se hizo fue en Brasil con Tribalistas. Es un formato pionero, es una inmersión en la grabación del disco y es una manera de entrar al epicentro de la grabación y de todo el proceso creativo de composición de las canciones. Es un collage de fotos, de vídeos, es como una caja de recuerdos, como si hubiéramos puesto a la luz pública casi nuestros móviles, como si hubiéramos sacado todo lo que hemos ido apilando estos meses.

Está teniendo bastante aceptación por parte del público porque es una manera muy cercana y muy honesta de ver todo el proceso creativo que llevamos a cabo. La verdad es que estamos muy contentos con el resultado. Para ser novedad, ha ido bastante bien la cosa.

El primer adelanto que pudimos escuchar, Te lo digo a ti, fue un shock para gran parte de vuestro público. ¿Buscabais esa reacción?

Sí, obviamente fue deliberado salir con ese adelanto. Queríamos jugar un poco al desconcierto y es una manera de avisar a la gente para decir que la cosa venía cambiada, con curvas, un aviso para navegantes. Jugamos incluso más aún con el videoclip, mezclando esos tres protagonistas tan antagónicos y era un poco la intención. Luego el siguiente adelanto (Deséame suerte) fue un poco más discursivo, de qué iba el disco, de reafirmar nuestra identidad con un vídeo en el que aparecemos nosotros frontalmente, sin maquillaje, en blanco y negro… Nunca habíamos salido tan directamente en un videoclip y era una manera de decir: “Sí, somos nosotros, estamos aquí con una nueva piel”.

Una de las críticas que tenéis en este álbum es que tu voz, Pucho, tiene demasiados arreglos o no suena tan limpia como en el directo.

Yo creo que es una manera de evolucionar en la voz, al final llevo tres discos cantando de una manera muy limpia, muy tal cual y quieres experimentar otras cosas. A mí me gusta tratar la voz como si fuera un instrumento más y a los instrumentos se les puede hacer muchísimas más cosas. En la guitarra no sólo suena limpia, suena con una distorsión, con un efecto… Y para este disco me apetecía jugar con este tipo de cosas.

La gente lo ha visto como un sacrilegio, cuando probablemente hayan escuchado mil discos con las voces distorsionadas y no saben que la voz es así. La voz se puede convertir en un instrumento y en algo estético. A mí me apetecía jugar mucho y cada canción es un mundo y me pide una cosa.

Ya en los anteriores discos me hubiera gustado llevarlo más allá, pero nunca lo había conseguido del todo, al final en las mezclas nos echábamos para atrás y demás. Nosotros hemos mezclado con un estadounidense que está muy acostumbrado a trabajar con este tipo de efecto y una de las premisas que nos preguntó al llegar a su estudio fue que hasta dónde estábamos dispuesto a llegar con la voz. Es una cuestión bastante europea y bastante española, donde la voz está muy por delante de todo lo demás, y a mí es una cosa que no me gusta, yo prefiero que esté integrada con la banda y sea un instrumento más. Nosotros le dijimos que habíamos ido hasta allí por él, era uno de nuestros productores de referencia y queríamos que hiciese lo que considerase con todo el material que había, que fuera libre.

A todas las personas que han participado en el proyecto les hemos prometido total libertad y que dejaran su saber hacer y su trabajo. Él siempre nos decía que el avisáramos cuando considerásemos que se estaba pasando. Hubo a veces que tuvimos que pararle los pies porque la cosa ya se volvía ininteligible y nosotros queríamos un equilibrio entre el efecto, la estética, y la legibilidad de la canción.

Yo he quedado muy contento con las voces e, incluso, a mí me gustaría ir más allá todavía.

La Deriva fue un disco muy político y crítico con la actualidad social del momento. Vetusta Morla siempre ha estado comprometida con el mundo que le rodea y en este disco habéis colaborado con El Mundo Today para el tema Palmeras en La Mancha. ¿Cómo surgió la idea? ¿Queríais buscarle un poco la ironía a la actualidad?

La idea surgió un poco por el carácter de la canción, se planteó como una especie de cómic en donde había un montón de personajes que iban apareciendo y que en un momento dado cortan con su vida, con lo establecido. Nos pareció interesante, por la cantidad de personajes, intentar meter como noticias que tuvieran relación con la canción.

Se nos ocurrió El Mundo Today por el carácter del tema y nos llevamos muy bien con ellos, habíamos estado varias veces en el programa y se nos ocurrió proponérselo a ellos. ¿Por qué no en vez de meter un solo de guitarra, metemos un solo de El Mundo Today? Nos pareció muy original y cuando se lo planteamos se quedaron un poco locos, pero la verdad es que les pasamos la canción como iba para que cuadrasen titulares y hemos salido muy contentos.

La estética de este disco es mucho más naif, llena de dibujos donde prima el blanco, en contraste con el negro que inundaba La Deriva.

Los discos siempre surgen casi por contraste con lo anterior, al menos en nuestro caso. No tiene nada que ver el arte en esto, es una cuestión de el impulso que te deja el disco y lo que te produce, que es opuesto.

En este caso con el arte queríamos algo nuevo, color, porque es un disco con muchas capas y mucha riqueza y nosotros veíamos color. Le encargamos el arte a Rubén Chumillas, que es un diseñador que ha ganado varios premios de diseño, y nos gustó su trabajo. Es una interpretación del disco por su parte.

Todas las ilustraciones son detalles que hacen referencia a las canciones: están el corcel y el carrusel, el lobo de Guerra Civil, la corona de El discurso del Rey, el fonógrafo de La vieja escuela… Tiene un punto naif, pero también como cruel, de miedo, con esos personajes que no tienen género con las venas por fuera. Nos gustaba mucho la idea del contraste y jugamos mucho al contraste en este disco, hay mucha ironía, mucho sarcasmo y todo eso queríamos que se reflejase. Hemos rediseñado el logotipo de la banda, le hemos dado una vuelta y contrasta con la tipografía del título del disco. Las ilustraciones tienen una inocencia retorcida.

¿Ya sabéis un poco cómo vais a llevar un disco tan repleto de capas a los directos?

Es un reto porque al hacer este disco no pensamos en cómo llevarlo al directo a la hora de grabarlo. En los anteriores sí que teníamos un pie puesto en el directo y cuando abordábamos los discos siempre pensábamos en ello, pero esta vez ha sido parte del cambio creativo y pensamos que no, que sólo íbamos a hacer un disco. De hecho, una de las primeras cosas que le dijimos a Friedmann cuando fuimos a su estudio fue: “No queremos sonar como seis tíos tocando en una habitación”.

Ahora tenemos un reto por delante a la hora de poner todas las canciones en 3D, como digo yo. De momento suena bien, pero tiene que sonar mejor todavía. Ahora en enero y febrero estaremos inmersos en el local y ya iremos puliendo todo lo que será el show. De momento es pronto para saber, pero intentaremos llevar un buen show a nivel escénico, eso siempre se cuida bastante.

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