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Sensacional: «No buscamos el éxito, sino la sostenibilidad»

Sensacional es buscar la transmisión directa de una emoción a través de una canción. Esa es la intención de estos músicos gallegos afincados en Madrid. Llevan unos meses cosechando elogios y nos ha apetecido conocerles. Su pop es un compendio de sonidos anglosajones refinados por unos músicos eclécticos con ganas de inspirar emociones. De eso se trata esta banda que atendió hace unas semanas a CrazyMinds horas antes de actuar como teloneros de Depedro en sus tres conciertos consecutivos de cierre de gira. Nos reunimos en Malasaña para charlar sobre música pero todo comienza hablando de morriña norteña. El tiempo es una mierda pero se come de puta madre. Concluimos entre risas para después comenzar una entrevista amena y muy descriptiva del momento actual de la música en España.

¿Por qué Sensacional?

Es hacer un compendio de todo lo que escuchamos: diferentes colores, texturas, sensaciones en definitiva. De ahí lo de sensacional. Tratamos de transmitir sensaciones. Puede tener una connotación de lo sensacional como adjetivo pero es realmente un juego de palabras. El proyecto es una búsqueda continua de sensaciones, de poder transmitir ese compendio de las cosas que nos gustan. No queremos que suene presuntuoso ya que únicamente se trata de sensaciones.

¿El peso de la expectativa es pesado u os motiva?

Nos motiva. Llevamos tocando años en otros proyectos. En ese aspecto tenemos las cosas claras y los pies en el suelo. No somos nuevos en esto. Te motiva para estar centrado y trabajar el proyecto. Creemos en estas canciones, queremos llevarlas lo más lejos posible. El hecho que generes unas expectativas te obliga a trabajar. No nos podemos relajar, el disco lleva poco tiempo en la calle y aún queda mucho por hacer.

¿Qué tipo de éxito os gustaría conseguir con Sensacional?

No es cuestión de éxito. Es una cuestión de sostenibilidad. Es hacer sostenible nuestra pasión. Actualmente, la música tiene un punto muy artesanal. Las discográficas y el negocio del entertainment ha cambiado completamente y la gente se está autogestionando. Triunfar es tener sostenibilidad sin tener demasiados impedimentos. Nos gustaría dedicarnos a la música en exclusiva.

¿Aún quedan escenas locales?

Hoy en día, debido a las redes sociales los movimientos artísticos son menos locales. Antes las propuestas de los artistas eran más inaccesibles, ahora están a tu disposición en cualquier momento. Es cierto que hay que vivir en los barrios y las situaciones que crean estas escenas pero el hecho de que sean accesibles las hace más cercanas y asimilables por más gente. El público escucha lo mismo aquí que en cualquier sitio. La industria y la prensa musical están en Madrid y Barcelona, y en ese aspecto si que puede estar latente la llama de estar en el sitio donde se cuece algo. El único hándicap de residir en Galicia es la logística. Madrid está en el centro de todo y a la hora de girar no es lo mismo ir de La Coruña a Barcelona que salir desde Madrid. Al final es fundamental restar kilómetros a las giras.

¿Pueden volver a crearse escenas fuera de las grandes capitales?

En los 90 no había una implantación de Internet como hoy en día y es cierto que las escenas se desarrollaban entonces de manera más autóctona. Siempre había bandas de referencia que triunfaban y traspasaban fronteras. El resto iba un poco al rebufo de esas bandas punteras aprovechando su estela para ver si se podía salir de las diferentes escenas madrileña, andaluza, catalana, vasca o asturiana. Todo ha cambiado mucho desde entonces. La gente se comunicaba más en los bares y la comunicación entre músicos también ha cambiado. El twitter y demás ha sustituido al bar y a los conciertos. Y ese es un gran cambio sustancial. Ha transformado todo.

¿Cómo es autogestionarse?

Es jodido. Mucho trabajo. Le metemos un montón de horas y dinero. Cada mínimo logro es mérito exclusivo nuestro. Emocionalmente es muy bonito pero a nivel económico es una ruina. Lo que implica que si dedicas 40 horas semanales al proyecto, la mayoría de ellas estás con un teléfono en la mano o delante del ordenador en lugar de componer pero es lo que hay. Lo positivo es que hacemos lo que queremos y no necesitamos estar atados a las opiniones de los demás. La autogestión te evita la censura de temas o sonidos por parte de discográficas.

¿Grabaríais con una discográfica?

Si es interesante se podría mirar. Si nos dan carta blanca…

¿Cómo surgen vuestros temas?

De forma natural. No hay un método, depende mucho de la inspiración.

¿Cómo veis el momento actual del pop español?

Estamos viviendo un momento óptimo. Nunca ha habido tantos festivales como ahora aunque estaría bien que se compensara la afluencia de los conciertos en salas. Sin duda, es un momento dulce en cuestión de calidad y cantidad. El tema de internet se refleja en las bandas, hay más cultura musical. España vivió durante una época oscura un retroceso con respecto a la música anglosajona. Aquí las producciones de los ochenta eran técnicamente muy pobres. La calidad de los discos han envejecido muy mal, a pesar de que las canciones podían ser buenas. Las nuevas plataformas y la accesibilidad de la música en internet abre muchas posibilidades. Además, ahora es posible autogestionarse y tener en casa un equipo de grabación que hace años era impensable. Ahora las canciones surgen y pueden llegar directamente al corazón de la calle. No hay filtro. La gente decide directamente lo que le gusta. No existe la figura del inquisidor. Tienes que tener algo que ofrecer, eso sí.  No es algo que sea seguro que te salga bien pero es una posibilidad muy interesante. Hay que saber gestionarlo y hacer maniobras de marketing sensatas. No es la panacea pero te evita tener dependencia del beneplácito de personas que se dedican a la empresa en lugar de la música. Gente que traduce música en números.

¿Los festivales son indispensables para subsistir?

Es un escaparate muy importante. Atraes mucha atención, la gente se fija en los carteles e investiga.

¿Se pierde afluencia en las salas?

Lamentablemente sí, no hay tanta afluencia.

¿Qué tal con Depedro?

Somos amigos de Jairo desde hace años, somos casi de la familia y nos une una fuerte amistad. Fue un placer y un honor tocar con estos máquinas que musicalmente son la leche. Nos sentimos muy cómodos con ellos. Gente muy agradable con la que trabajar cómodamente.

¿Cómo es ser telonero?

Abrir para un grupo es complicado. Cuando abres ya sabes lo que hay. Estás ahí para calentar motores pero siempre es una manera de descubrir nuevas cosas. Depedro fue telonero de Calexico por todo el mundo. Nos ha pasado a todos los músicos. Se trata de ser el zapador, de hacer el «trabajo sucio». Es lo que queda.

¿Cuáles son vuestras bandas fetiche?

Es una pregunta muy habitual y siempre decimos lo mismo. ¿Qué no es influencia? Todos escuchamos mucha música. No somos nada talibanes. Consideramos que la música son estados de ánimo. Lo que buscamos es transmitir eso. No ponemos barreras a lo que escuchamos si nos gusta y si consigue transmitir algo. da igual que sea lo que sea. Somos muy eclécticos en este sentido.

¿Qué proyectos tenéis en mente?

Por el momento, hay que apretar el cuello a este disco Relatos e invenciones de hoy. Nuestro objetivo ahora es tratar de tocar lo que se pueda, en salas y en festivales en verano. También tenemos pensado hacer un clip musical. Tenemos material nuevo y cuando haya tiempo no dejaremos que la máquina pare y nos meteremos con un segundo disco. Ahora mismo nos van saliendo fechas, como el concierto del 5 de febrero en Madrid, dentro del Son Galicia. Tratamos de cerrar con los festivales de primavera e ir incorporando nuevas fechas.

¿En qué festival os gustaría aparecer en caso de poder elegir?

Si fuera por nosotros apareceríamos en todos. Como músicos los vemos de manera diferente que la del espectador. No somos muy festivaleros. Preferimos los conciertos en salas. Los festivales son incómodos y no suenan tan bien. Entiendo que por una entrada ves muchos conciertos que de otra manera no podrías ver y de paso descubres muchas sorpresas en la letra pequeña de los festivales. Un festival que nos encandila es el Monkey Week, una especie de feria de muestras de empresas del management. Austin esa semana es conciertos en gasolineras librerías, bibliotecas, en toda la ciudad se palpa la música. Es una manera de generar cosas, cotactos y conocer bandas. Algo fundamental. Con el tema de la crisis y la autogestión tener contactos es importante para apoyarse entre las bandas y hacer sostenible giras y conciertos. Con la crisis cada vez es más difícil. Es la pescadilla que se muerde la cola. No puedes tocar si la gente no paga una entrada. Hay gastos detrás de un concierto pero a la gente le cuesta ir a conciertos. Administra más el ocio y la oferta musical es tan grande que hace inviable que se pueda vivir de esto.

Dejamos a Sensacional prepararse para un concierto muy intenso en la Galileo y esperamos su regreso a Madrid en el Son Galicia para acabar de disfrutar Relatos e invenciones de hoy, un disco que pone en el mapa a un sinfín de sonidos perdidos en el tiempo con sabor anglosajón y alma castiza.

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