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Nine Stories: «Hacía muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto sobre el escenario»

Cuatro años de silencio nos han regalado lo mejor de Nacho Ruiz. Con su proyecto musical, Nine Stories, publicó Cinema Vérité (2017) este año y aún seguimos intentando asimilar la gran evolución en su sonido. Ha sido una espera larga, pero ha merecido la pena, y hemos hablado con él.

Como decíamos, han tenido que pasar cuatro años desde que lanzasteis Trafalgar (2013) hasta que ha visto la luz este Cinéma Vérité (2017), ¿cómo ha afectado ese espacio entre discos en el sonido de este último? ¿Y en las letras?

Es verdad que han pasado cuatro años, aunque es un espacio un poco tramposo, en cuanto a que el disco se terminó bastante antes de su publicación (unos ocho meses). Dirigir el sello en el que se editan tus discos te obliga a ser muy cuidadoso con los plazos. En cualquier caso, el paso del tiempo imagino que me ha cambiado como persona, mi manera de entender el mundo y la música. Noto que Cinéma Vérité es muy distinto a Trafalgar y realmente era la idea, así que estoy contento en ese sentido.

Cinéma Vérité es un disco con un sonido oscuro y misterioso, evocador, pero a la vez muy cuidado y perfeccionista. ¿Le has dado mil vueltas a los temas antes de que se pareciesen lo más posible a lo que sonaba en tu cabeza o ha sido un trabajo con algo más de improvisación?

Diría que es el disco cuyo sonido es el más alejado de la base de cuando escribí las canciones. Quiero decir que ha habido mucho trabajo de estudio. Carasueño (productor) y yo hablamos mucho de cómo trabajar las pistas. Teníamos muy claro que no nos queríamos repetir y que buscábamos dotar a cada canción de arreglos y detalles que las hicieran especiales. Pero eso no fue óbice para que luego en el estudio improvisáramos un montón de cosas. La intención era no tener miedo, por decirlo de alguna manera, no autocensurarnos con ocurrencias que pudieran ser más o menos alocadas. Cogimos un par de samples de discos viejos de música clásica, por ejemplo. Cosas así que a priori podrían no funcionar pero que en el contexto del álbum son mágicas.

Llama la atención los cambios inesperados dentro de las canciones, a veces suben de repente y otras parece que hemos saltado al siguiente tema del disco aunque sigamos en el mismo. ¿Querías crear esa variable?

Sí. Quería huir en la medida de lo posible -sin que resultara forzado o gratuito- de las estructuras clásicas de pop (estrofa-estribillo). También me pasa que soy un poco ansioso. Por circunstancias externas, se sacan los discos cada cierto tiempo y se me acumulan arreglos, melodías… Trato de ser siempre “generoso” en el número de canciones y de ideas que caben en una canción. Siempre está el peligro de la sobreproducción, que soy consciente que es algo que me pasa. Pero bueno, mejor pecar por exceso que por defecto, creo.

Has trabajado bajo los mandos de Carasueño en la producción, ¿cómo ha sido trabajar con él? ¿Cómo ha hecho que este disco suene distinto a otros?

Carasueño es un genio. Lo digo siempre, pero es que creo que es así. Me refiero al sentido más literal de la palabra: su mente discurre a mayor velocidad de lo demás. Es ingeniero de profesión y eso se nota. Es capaz de ser muy analítico y ver las canciones en su globalidad. Yo lo que quería era hacer un disco con él, que lo produjera a la antigua usanza. Le pedí que fuera muy duro con mi composición, que me dijera si una canción recordaba a otra que ya había hecho y que también fuera exigente con la interpretación. La otra premisa es que sonara actual, a 2017. Aunque pueda haber referencias más antiguas, la obligación era utilizar todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición hoy en día.

El Cinéma Vérité nació como una corriente que buscaba volver a los orígenes del cine, abogaba por lo tradicional y “lo realista”. ¿Buscabas aplicar el mismo procedimiento en el disco y hablar de “lo real” o te has “contaminado” y has acabado recurriendo a tu interior?

El título tiene algo de juego de palabras. Efectivamente, hay una intención de ser muy “puro” en las letras. Lo que sucede en el movimiento cinéma vérité es que no existe esa pureza en el arte: todo está contaminado por el autor. Puedes querer hacer un documental, pero sólo por el hecho de decidir qué se enfoca y qué queda fuera de cuadro ya estás provocando esa contaminación. En el disco pasa lo mismo: acabo hablando de mi visión particular del mundo que me rodea, aunque en el álbum aparezcan tantos conflictos externos como internos.

¿Cuál es la relación entre el collage para la portada, realizado por Pigeon P., con la música de Nine Stories y este trabajo en concreto?

Ella es mi amiga, eso por delante. Quería trabajar con ella porque nos unen muchas cosas a nivel vital y sentimental. Pero, aparte, sus collages mezclan realidad y ficción; figuración y abstracción; actualidad y leyenda. Ideas aparentemente contrapuestas que sentía que dialogaban bien con lo que era el disco. Luego, obviamente, me pasa que su arte me parece flipante.

Antes de poder escuchar Cinéma Vérité, lanzaste Friends We Lost on the Way y The Remains of the Day, dos singles que al final no han acabado por estar en el disco. ¿No cuadraban con la idea que tenías del LP pero no querías que no saliesen a la luz o fue más por un tema de no seguir sumando temas al disco?

Las dos cosas, siendo sincero. El disco tiene 14 canciones y subir a 16 me parecía demasiado. Al margen, nunca había editado un 7” y me flipaba la idea de poder hacerlo. Cogí dos canciones muy distintas entre sí que me funcionaban como cara a/cara b y que creía que podían tener fuerza por sí mismas, fuera del contexto del elepé.

El disco tiene un aura de nostalgia y diría que la línea argumental de Cinéma Vérité es el paso del tiempo, ¿estoy en lo cierto? ¿Por qué crees que ha acabado siendo la temática? ¿Nine Stories se hace mayor?

Sí, es algo que me obsesiona. Cuando escribí las canciones tenía alrededor de 35 años y eso me provocaba una sensación de fecha especial, como si desde los 30 hasta los 35 fuera una etapa y de los 35 a los 40, otra. Quizá no sea así y yo siempre esté creyendo que todas las edades son una bisagra. Sea como sea, nos hacemos mayores, es un hecho. Tengo más sensación de prisa, de no tener tiempo que perder y, a la vez, si echo la vista atrás, me siento distinto a cómo era hace 10 ó 15 años. Aparte de eso, percibo que vivimos en un momento en el que todo pasa a mil por hora, estamos sometidos a impactos constantes que duran poquísimo, nuestra capacidad de atención se resiente.

Mañana (este cuestionario se envió el 18 de octubre) presentas el disco en la Moby Dick, ¿tienes alguna sorpresa preparada? ¿Qué debemos esperar de Cinéma Vérité en directo?

Estoy combinando conciertos con banda (de súperlujo, aunque esté mal que yo lo diga: Xema Fuertes, Cayo Bellvesser y Alfonso Luna) con otros acústicos, en función de las características del sitio. Me siento muy cómodo en ambos formatos, hacía mucho, muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto sobre el escenario. Ojalá pueda tocar mucho, que no es fácil por las condiciones económicas (tocar en España es una heroicidad) y también por las mías particulares: sufro ansiedad crónica y necesito tener horarios regulares, dormir bien y dedicarle tiempo a hacer ejercicio en la medida de lo posible.

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