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Mazoni: «Con el inglés me he sentido a gusto recuperando esa parte de mí que estaba en un cajón»

Detrás del nombre de Mazoni se esconde, o al menos se escuda, Jaume Pla. Es un cantautor catalán que lleva desde 2002 trabajando en este proyecto en el que trabaja con los músicos que le acompañan: Aleix Bou, Miquel Sospedra y Guillermo Martorell.

El primer álbum, 7 Songs For A Sleepless Night, se lanzó en 2004. Tras él, cinco álbumes en los que la banda se convierte en una de las abanderadas del pop catalán de cantautor. En marzo de 2016 salió a la luz el séptimo trabajo de Mazoni y segundo disco en inglés, 7 Songs For An Endless Night. Lo ha presentado en Cataluña en directo, y en las últimas semanas ha tocado en el Monkey Week de Sevilla y tiene programadas dos citas, en Madrid este miércoles 23 de noviembre en Costello Club y un día más tarde en la sala 16 Toneladas de Valencia. 

Hemos hablado con Pla sobre Mazoni, cómo ha trabajado este disco, la perspectiva de su carrera y las barreras lingüísticas en la música. Dentro entrevista.

Mazoni es una banda, pero es tu proyecto propio y personal, ¿cierto?

Jaume Pla: Me gusta jugar con la ambigüedad de las dos cosas. No quería poner mi nombre como el del proyecto porque me gusta más como una banda en los ensayos, grabando o en directo. Pero sí que es mi proyecto en el sentido de que yo hago las canciones, decido cuándo hacer los discos, etc. Es un mix entre una cosa y la otra.

¿Y qué te aporta la banda además de interpretar el instrumental en el estudio y acompañarte en directo?

Discutir ideas sobre todo. Tener otros puntos de vista. Si algo no me convence y alguien tiene que decidir, seré yo, pero mientras el debate esté abierto, me gusta saber lo que opinan los músicos, cómo lo ven ellos, y soy bastante flexible a discutir ideas. Intento que me aporten cosas buenas.

Estuviste treinta y un días seguidos actuando y de ello salió el DVD 13:31. Hablando de buenas ideas, ¿cómo surgió esta? 

Nos gusta a veces pensar ideas que se salgan un poco de la típica rutina de disco-gira, y pensé que era interesante, en un territorio tan pequeño como Cataluña, inventarse una gira que fuera como lo que hacen los americanos cuando atraviesan el país. Aquí normalmente se toca los viernes y sábados, y algún jueves, pero cuesta tener esa sensación de estar constantemente tocando y lo que te lleva a ello, esa soltura que te pasa cuando tocas día a día. Es como un hecho biológico en ti porque cada día tienes tu concierto. Quería buscar esta sensación, y fue provocada porque evidentemente no salieron los treinta y un conciertos de casualidad. Nos buscamos la vida para tocar en lugares poco frecuentes. La gente se apuntó cuando vio que formarían parte de esta gira y le hacía gracia poner su local a disposición un lunes o un martes, por ejemplo.

Dices que fueron sitios poco frecuentes. ¿Dónde estuvisteis tocando?

Los jueves, viernes y sábados en lugares convencionales. Pero por ejemplo, en pueblos muy pequeños donde no tenían un local habilitado.

También he leído que estuviste otros 31 días encerrado en el Arts Santa Mónica para componer, pero esto no sé si es ironía o realidad. 

No, no era ironía. Al cabo de la gira de treinta y un días, como aquella experiencia había ido bien, pensamos en reeditar la experiencia pero desde otro punto de vista: en lugar de ir tocando treinta y un días en sitios diferentes, serían treinta y un días en un mismo sitio componiendo canciones que se tocarían al final de esos treinta y un días. El día uno no había canciones, pero ese día treinta y uno se tocarían en directo. Pero iba a dormir a casa, no es que estuviera encerrado todo el mes. Iba cada día, como una jornada laboral.

Os gustan mucho las experiencias especiales a la hora de crear. 

Sí, de vez en cuando. Han pasado cinco años de esto, pero sigo abierto a ello. Me gusta hacer discos y me gusta presentarlos, también de manera tradicional pero a veces con cosas divertidas. Por ejemplo, una vez tocamos una versión de Sister Ray de The Velvet Underground que duró media hora. Era un concierto en el que teníamos media hora para tocar, y fue chulo tocar sólo un temazo en todo el concierto.

¿Para este 7 Songs For An Endless Night has preparado algo divertido?

Lo más curioso de esa presentación fue que, como es un disco de siete temas, bastante corto, tocamos el disco en orden, y al llegar a la séptima lo tocamos en orden inverso: seis, cinco, cuatro, tres, dos y uno.

En este disco resulta muy obvio que el título está relacionado con el primer disco, 7 Songs For A Sleepless Night. ¿Es una continuación?

Tiene similitudes, pero en realidad son muy diferentes en cuanto a sonido. Ambos tienen siete canciones, y cuando son pocas me cuesta menos transmitir una atmósfera más acotada en todo el disco. Pero el primer disco es muy tranquilo y este es muy enérgico. Se parecen en el contexto pero no en las canciones.

El «para dormir» del primer va en el sentido de cuando no tienes sueño y el disco puede tranquilizarte e inducirte al sueño. El de «la noche sin fin» es al contrario, es una noche para no dormir queriendo no hacerlo, para pasarlo bien de fiesta. Son dos noches muy diferentes, quizás de aquí a un tiempo vuelvo a hacer otra noche.

Para este disco has trabajado en la producción con Brendan Lynch, que es un grande y ha estado con Paul Weller o Primal Scream. ¿En qué ha influido en este disco?

Se lo llevé a Londres y él lo mezcló. Antes sonaba muy diferente, lo que yo tenía aquí grabado se parecía bastante más a los discos anteriores, pero cuando volvió de allí era un disco totalmente diferente. Al principio me costaba escucharlo porque no me reconocía, pero luego me fui acostumbrando y sobre todo los músicos me dijeron que estaba guay y que el trabajo estaba muy bien hecho. Realmente, ahora veo que suena mucho más británico.

Con este sonido nuevo que tenéis en el disco, ¿los directos van a sonar así o se van a parecer más a la idea que tenías antes de pasar por Lynch?

A nosotros siempre nos han dicho que los discos no estaban a la altura del directo: que el directo era mucho mejor. Y creo que lo que pasa en este disco es que eso se ha equilibrado más, y ahora disco y directo, ambos están bien. Pero es como si, al grabarlo yo, no supiera transmitirle la energía que sí que tenemos en directo y siempre hemos tenido. No se plasmaba en el disco, pero ahora sí.

Lo has estado presentando en Cataluña, y ahora lo estás sacando fuera. En Sevilla actuaste en el Monkey Week, que es un festival emergente, aunque tú ya tienes una carrera dilatada. ¿Eso es positivo en este sentido?

Sí, porque fuera de Cataluña sí que somos emergentes, no se nos conoce casi nada. Es un territorio para descubrir.

También has estado en otros festivales como el Primavera Sound, que es un gigante y uno de los importantes a nivel nacional. ¿Te sirvió como plataforma para lanzar más a Mazoni? ¿Notaste mucho la diferencia entre el antes y el después?

Pues no mucho. Fue muy al principio de mi carrera en catalán, en 2006. Como currículum, ayudó, pero no fue fundamental. Fue más con una canción llamada No Tinc Temps, que una radio de aquí acogió esta canción en verano y la pusieron cada día, y la gente que escuchaba la música de esta radio la escuchaba también bastante, y esto me dio un empujón para que se me conociera aquí. La emisora nació al mismo tiempo que el disco y pensaron que la canción sería el símbolo de lo que querían poner en la radio. Más tarde salieron Manel y demás, y se creó este movimiento en Cataluña de pop.

Con el sonido que teníais antes de este disco, en los álbumes en catalán, manteníais un poco ese rasgo del pop catalán, pero con este sonido diferente ¿te vas a sumar a un nuevo movimiento de rock allí?

Soy un poco caótico cuando hago las cosas, y realmente no me planteo en qué movimiento estoy y en cuál no. En Cataluña, sacar un disco en inglés no es precisamente una buena estrategia, porque a mí ya me iba bien con el catalán. Hago las cosas porque las siento: escuché aquel primer disco en inglés y me acordaba de cuándo lo hice, y cuando actuaba con mi anterior banda Holland Park también en inglés. Me vino un poco la nostalgia y me puse con este disco. Quizás el próximo sea en catalán otra vez.

Fue nostalgia en el sentido de que he estado componiendo la misma cantidad de años en catalán que en inglés. Pensé «esto lo he hecho mucho tiempo«, ahora la gente sólo conoce la parte en catalán, pero yo también soy este que escribió en inglés durante mucho tiempo. Me sentí a gusto volviendo a recuperar esa parte de mí que parecía estar en un cajón.

Tras el primer disco en inglés, te pasaste al catalán. ¿Por qué motivo fue?

Yo escribí ese primer disco en 2002. Entre ese y el primero en catalán, yo dejé la música. Estaba muy cansado de llevar muchos años de carrera y ver lo típico de ir a tocar y que no haya nadie, no ganar dinero, y te vas gastando. Luego empecé a escribir en catalán, algo que no había hecho desde que tenía catorce o quince años, y me sentí bien. El idioma influyó para que la gente conectara más, porque la gente es muy de letras, y tiré por este lado.

Existía esa inercia a que los grupos indien no cantaran en catalán porque no se sentían a gusto, pero hubo una oleada de grupos que cantaban en inglés y se pasaron al catalán, como Mishima. Te quitas ese prejuicio, ves alguien que lo hace bien. El hecho de que después tuviéramos repercusión influyó evidentemente en tener más ganas de trabajar, porque te hacen caso.

Cuando haces canciones, esperas que alguien las escuche y le lleguen tus pensamientos y tu arte. Es muy bonito hacerlo en casa, pero si no le llega a nadie también te quedas muy frustrado. No es cuestión de llenar pabellones, es cuestión de que llegue a alguien. Mínimos, no máximos.

¿Crees que en el resto de España el idioma te ha supuesto una barrera, o simplemente piensas que el motivo es que «como en casa en ningún sitio«?

Ahora a grupos como Manel y Mishima les va bien cuando giran, pero evidentemente es un impedimento, sobre todo porque en el pop la gente prefiere entender la letra.

Este miércoles tocas en Costello Club en Madrid. ¿Va a ser un concierto políglota?

Sí. También es cierto que no tengo suficientes canciones en inglés. En el Monkey Week también pasó, y pensé que me sentiría un poco incómodo con este tema, pero al contrario: me sentí igual o más cómodo. La gente te ha venido a ver, no puedes pensar  que es incómodo para ellos porque ya están allí. Creo que estuvo bien mezclarlo.

¿Cómo describirías los conciertos de Mazoni?

Son bastante intensos. Llevamos tocando diez años juntos y se nota la complicidad entre nosotros. Es bastante enérgico y transmite ese rollo primitivo y rock. Es una sensación fuerte. Una base potente y tocar las canciones con alma.

En el directo se refuerza la parte más rock, y los discos a veces son más pop, pero en este último caso, como te digo, no hay tanta diferencia entre disco y directo.

Aunque estás terminando esta gira de presentación que acaba en Valencia el jueves, sé que estás trabajando en otro proyecto de cara a primavera. ¿Puedes avanzar algo?

Estoy preparando unas canciones sólo con guitarra y voz. Ya te digo que las cosas las hago cuando me salen, y esto me ha salido así, en catalán. Todavía no sé si lo voy a sacar con Mazoni o con otro nombre.

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