En los últimos dos años, la música de Matthew E. White ha ido pasando de oído a ído como un susurro. Con un álbum y un EP de reciente edición, su soul cósmico cargado de bases funk y arreglos aterciopelados le ha valido alguna comparación con el Bon Iver de For Emma. Él mismo reconoce que la intención fue hacer “algo bonito y que durara”. Algo que resulta alentador en estos tiempos de producciones al vuelo y discográficas al borde de la quiebra. También lo es ver que hay gente que sigue creyendo en esa manera añeja de hacer música. Esto es, juntándose con unos amigos a hacer música en el piso de abajo. La experiencia le ha valido a White para crear un sello, Spacebomb, que ha servido de paraguas para su disco en solitario y sus aventuras como productor y compositor para otros compañeros del gremio. Será esta aventura como capo de la escudería de Virginia, así como su visión sobre el negocio de la música a día de hoy, la que centre buena parte de la conversación telefónica que tuvimos con el artista norteamericano hace unos días. La excusa era su próxima gira por España (hoy 8 de Abril en Café & Pop Torgal de Ourense, 9 de Abril en Madrid en el Teatro Lara y 10 de Abril en Badalona en el Teatro Zorrilla gracias a Son Estrella Galicia) pero no nos pudimos morder la lengua.
CRAZYMINDS: Me gustaría empezar con una pregunta que suelo hacer a artistas que están empezando, ¿esperabas este éxito después de un sólo disco?
MATTHEW E. WHITE: No esperaba ningún éxito, pero también pienso que el álbum era realmente bueno. No pensaba que era un mal álbum o que no merecía cierto éxito, lo que sea que eso signifique. Creía que había hecho algo realmente bonito. Ya sabes todo lo que se espera en esta industria. Es una cosa misteriosa, porque no sabes cómo va a reaccionar la gente a algo que es bonito. Hay un montón de cosas geniales ahí fuera, es difícil de predecir. Además estaba lanzando mi propio sello, no estaba buscando otros sellos, lo edité por mí mismo de una manera sencilla y eso implica unos costes. Puede ser mi simple imaginación, pero creo que lo que pasó tenía que pasar. Estaba orgulloso de mi disco. Hicimos algo bonito. Pero no, esta clase de éxito, no lo esperaba.
C: ¿Tienes miedo de que ese éxito como artista ensombrezca tu labor al frente de tu sello Spacebomb?
M: Me gusta grabar discos para otros artistas. Cuando cree el sello no pensé en ello como en mi trabajo. No soy el único trabajando en el sello. Hay otros ocho personas trabajando allí. Amigos míos. Era como decir: “hay algo exitoso ahí fuera con lo que podemos hacer algo”. “Podemos hacer algo aquí desde casa”. Tener el trabajo de mi vida. Me encanta tocar mis canciones a la gente alrededor del mundo, me gusta hacer canciones, es lo que más me gusta hacer en este mundo. Pero si lo haces solo por ti mismo, puedes aguantar un año y medio o dos años. Con Spacebomb puedo hacer arreglos en discos de otra gente, puedo trabajar en la banda sonora de una película -como ahora-, puedo dirigir discos de otra gente, escribir canciones para otra gente, producir otros discos. Hacer todas estas cosas que me encanta hacer, sin contemplar todo el proceso comercial o el hecho de tener que hablar con la prensa. Cosas que de hecho hago. Pero Spacebomb es una cosa increíblemente flexible que permite a la gente trabajar en esta clase de cosas. Estoy muy ilusionado con la gira que voy a hacer ahora. Mi trabajo es salir ahí fuera y en el tiempo que tengo responder a correos, ir a reuniones, atender el negocio y trabajar en canciones. Para mí es una manera genial de ocupar el día.
C: Suena como algo pasado de moda. Ahora la gente piensa en un artista como en una persona solitaria que escribe, graba, produce y edita él sólo. Y crear un sello suena como algo viejo.
M: Creo que es cierto. Pero de alguna manera también creo que los medios de comunicación han contado mal la historia de cómo un artista trabaja. No creo que yo trabaje diferente a otros artistas que conozco. Ya sabes, responder un puñado de emails y trabajar en canciones. Es lo que tienes que hacer. No es glamuroso. Cuando trabajo como un artista tengo también que trabajar con Spacebomb. Tengo que buscar un punto medio. No me imagino llegando a casa… Quiero decir, me gusta llegar a casa, subir arriba, sentarme en el piano y trabajar muy duro componiendo canciones. Pero hay otra parte de mi cerebro a la que le gusta trabajar con gente, tener gente alrededor y trabajar con ellos. Eso es Spacebomb para mí.
C: Entonces Spacebomb es una especie de excusa para trabajar con otra gente, para crear conexiones con gente.
M: Me gusta trabajar con otras personas y me gusta crear música con otras personas. Estar en una habitación con diez músicos de cuerda y dirigir una sesión. Llevar una sección de diez músicos de vientos y organizar un estudio. Me gusta hacer música con gente y hacer negocios con otras personas. Así que Spacebomb es una especie de paraguas en el que todo eso existe. Ya sabes. Alguien viene a la ciudad y pregunta y yo le respondo: “Puedo dejarte un estudio y toda esa clase de cosas”. Es una manera para mí de estar en el negocio con mis amigos.
Cuando empezamos a trabajar con mi disco, estaba sentado en una habitación con la gente que quiero, con un bajista y un batería increíblemente talentosos con los que trabajar. Para mí, cuando estoy componiendo, parte del proceso es estar solo, buscar profundamente en lo que tú eres, en cómo puedes expresarlo en canciones, tratar de buscar una visión común para un grupo de canciones y ponerlas en un disco. Pero hay cierta gente que te cruzas en ese viaje. Yo soy el único que hace ese viaje al completo. De algún modo parece que lo estás haciendo a solas. Pero por el camino hay un montón de gente, el bajista, los músicos de cuerda, los de viento…
C: ¿Hay alguna diferencia entre trabajar con tus propias canciones o con las de otro?
M: Por supuesto. Hemos hecho ya algunos discos y, sí, hay gran diferencia con cómo hago mis canciones. Cuando está en mi cabeza sé completamente lo que quiero, porque soy el único dirigiendo el proceso. Con otra persona no sé completamente lo que quieren pero sigo siendo el que dirige el proceso. Es todo una cuestión de comunicación. Cuando produzco, la idea es dar facilidades a la visión de esa otra persona, ayudarle a hacer cosas, crear algo que sea cien por cien lo que ellos quieren, cien por cien una parte de ellos, aunque ellos no sean capaces de hacerlo por sí mismos. Funciona de la misma manera a cómo trabajo con los arreglos de cuerda. Soy capaz de tocar un instrumento de cuerda, pero no soy tan bueno, así que trabajo con otra personas. Su trabajo es trabajar conmigo y convertir una idea que tengo en algo real. Y es lo mismo que cuando trabajo con otro compositor. ¿Cómo queremos que sea este disco y cómo lo hacemos? En el fondo no es tan diferente. Tengo que hacer lo mismo, la misma clase de comunicación, con mi propio álbum.
C: ¿Tiene que haber cierta química entre tú y esa persona?
M: Sí. En Spacebomb no trabajamos con cualquiera que llegue.
C: Quiero decir, ¿cómo eliges los proyectos que llevas a cabo?
M: Por el momento, todos con los que hemos trabajado tenían un pasado con nosotros. Ya sabes, te conozco desde hace tiempo, conozco tu trabajo. En el fondo te gusta lo que hace y cómo es. Así es Spacebomb. Si una persona viene, un cantante, un compositor, tiene que ser realmente un buen cantante o un buen escritor de canciones. Sea lo que sea lo que hace, necesita ser muy bueno en ello. Es muy importante para nosotros. Y también tiene que entender cómo funciona el proceso, cómo colaborar con otra gente. Es hablar mucho con esa persona, entender cómo es. ¿Estamos interesados en trabajar con esta persona? ¿Entendemos lo que es trabajar con esta persona? ¿Entiende él lo que es trabajar con nosotros? Al final cuando trabajas con otras personas tienes que ser cuidadoso.
C: Mantenerlo de una manera sencilla, ¿no? La idea es grabar unos pocos artistas. La suficiente cantidad para poder manejarlos y seguir siendo rentables, pero sin perder el control. ¿Cómo os las arregláis para mantener ese equilibrio?
M: Bueno, tenemos que ver cómo crecemos. Los dos próximos años pueden ser importantes.
C: Entonces, ¿cómo ves el futuro de Spacebomb? ¿Cómo veis las cosas en un año o dos?
M: Lo primero que tengo que decir es que hemos hecho ya un puñado de discos que tenemos que editar. Tres o cuatro álbumes ahora mismo. Acabamos de editar un 7” y tenemos cosas listas para Mayo y para el otoño. Tenemos que ver. Lo primero que debemos hacer es acabar con esto, sacar esos discos. Y después de esto podremos empezar a grabar con nueva gente.
Algo realmente importante para mi es ser realmente flexibles. Creo que un sello discográfico en el siglo XXI tiene un montón de oportunidades. Más que en los últimos cien años. No es sólo editar discos, vender discos al público. Un sello discográfico se puede convertir, al menos es en lo que se ha convertido en Spacebomb, en un grupo de gente haciendo música que sea capaz de hacer algo bonito y que dure. Otro sello nos enseña un artista o alguien me pregunta si puede escribirle una canción o escribir la banda sonora de una película o yo pregunto a alguien que me gusta si quiere grabar su disco con nosotros. Tienes que manejar todo esto. En el fondo creo que hacer las cosas de una manera sincera es lo más importante. Y lo más divertido. Es lo más divertido más nosotros.
Así que vamos a sacar todo el catálogo que tenemos y entonces meternos en nuevos discos. Tomárnoslo con calma económicamente. Tratar de ser lo más inteligentes que podamos. Y seguir creciendo. La verdad es que hemos recorrido un largo camino. Sólo éramos niños. Niños que querían sacar discos. Y ahora tenemos mayor capacidad para hacer cosas.
Una maravilla poder conversar con un artista como Matthew E. White. Si aceptáis nuestra recomendación, no os perdáis sus conciertos esta semana.
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