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Lori Meyers: “Ahora estamos aprendiendo a disfrutar de verdad de la música”

Lori Meyers están de celebración, aunque ellos no sean muy dados a ello. Tienen un aniversario que conmemorar y, por ello, acaban de publicar 20 años, 21 canciones, una suerte de disco recopilatorio que tiene mucho más que eso.

Fotografía: Alejandro García-Cantarero

20 años no se cumplen todos los días y, para celebrarlo, han querido editar un álbum que va más allá del típico “Grandes éxitos”. Aquí encontraremos hits, maquetas, versiones, temas inéditos… y un libreto que hará las delicias de todos los fans de los granadinos.

Noni, Alejandro y Alfredo nos cuentan en persona qué hay detrás de 20 años, 21 canciones y echamos la vista atrás con ellos, para rememorar sus inicios, sus mejores y peores momentos, su evolución artística, su crecimiento como banda, lo mucho que ha cambiado el panorama musical independiente en este tiempo, etc. Una charla entre amigos, plagada de momentos divertidos y anécdotas, donde Lori Meyers nos invitan a conocerles aún más.

El otro día en el concierto de aniversario de Love of Lesbian (que también celebran su 20º aniversario), Santi Balmes dijo algo que me sirve para abrir la entrevista. Comentó que, aunque parezca que este tiempo ha pasado muy rápido, no es así, porque los primeros años fueron muy jodidos, porque estaban muy perdidos, sin saber muy bien hacia dónde tirar. ¿Cómo fueron vuestros inicios?

Noni: Entiendo lo que dice. Es que en el Faraday (N.d.A: festival ya extinto que se celebraba en Vilanova i La Geltrú) de 2005 o 2006 nosotros estábamos de cabeza de cartel con The Sunday Drivers y Love of Lesbian estaban tocando a la tres de la tarde… Con esto quiero decir que su curva ha sido muy pronunciada (hace un gesto con la mano que indica un despegue rápido). Entonces es lógico que tuvieran un período más jodido.

Alfredo: Al principio para nosotros esto era un hobby, para nada pensábamos que iba a ser nuestra forma de vida. Entonces, en ese momento, lo que nos dio tiempo es a aprender, más que a ser conscientes de si era jodida o no esa época. Con el primer disco teníamos veinte años, lo que queríamos era asomar un poco la cabeza y ver qué podía pasar. Puedo entender lo que dicen los lesbianos porque ellos han tenido cambios estilísticos en su música y han tenido que ir buscando un poco su sonido.

¿Hubo algún momento en que vosotros también tuvieseis esa sensación?, ¿alguna vez se os llegó a pasar por la cabeza tirar la toalla?

Alejandro: Quizás sí que hubo un momento. Cuando se fue Luis, que sí tuvimos un poco de crisis estilística. Coincide que fue también con el cambio al castellano.

Noni: Sí, pero es que eso no eran casi ni los inicios. Te lo cuento: Nosotros empezamos en el 98 a ensayar y teníamos un guitarrista que se llamaba Luis. Alejandro tenía otro grupo que ensayaba en el mismo local y que hacíamos casi lo mismo. Dije a este colega que yo ya pasaba de cantar en inglés, porque me costaba mucho y luego era yo el que tenía que dar la cara cantando. Y le dije: “Pero tengo algunas canciones en español”, a lo que él me respondió: “si son en español, me voy”. ¡Y se fue! (risas).

Era esa época en la que el indie tenía que ser en inglés…

Alfredo: Cantar en español era raro. Había muchos prejuicios con eso. Y es curioso porque ahora ocurre todo lo contrario.

Noni: Nosotros en nuestros inicios también tuvimos suerte. Por ejemplo, el Ayuntamiento de nuestro pueblo (Loja) organizaba un concierto en la feria y tenías que hacer otro en las pedanías… desde el principio nos ayudaron mucho.

Ya con Viaje de estudios empezamos a tener algo de público, incluso salimos en el diario Marca porque somos muy futboleros. Aún conservo el recorte del periódico.

Quizás la época más jodida fueron los inicios. Por ejemplo, el padre de Alejandro nos llevaba a los conciertos porque no teníamos carnet de conducir, íbamos a algunos tablaos y el tío nos decía que si no cantábamos como Isabel Pantoja y cosas así (risas). Pero tampoco fue algo chungo de verdad, como para decir que nuestros inicios fueron jodidos. ¡Jodido es estar picando piedra, man! (Risas).

Alejandro: En la feria de Baza tocamos una vez y estaba todo el mundo esperando a ver a un grupo de allí. Sería 2002 o por ahí. Nosotros queríamos tocar antes, para así recoger los instrumentos y poder volver a Granada sin que se hiciera muy tarde. El caso es que estaba aquello lleno de colegas del grupo que iba tocar. Entonces nos pusimos a tocar y se fue todo el mundo, así que cuando terminamos, sacamos los instrumentos y nos fuimos por patas (risas).

Noni: En nuestra primera época ya descubrimos lo que era el “bolo chárter”, que es: recoge rápido y vete.

“Una banda tiene que darse cuenta de que con el tiempo es como va a ir conformando su personalidad”

Lo cierto es que, casi desde el principio, las críticas con vosotros fueron muy buenas. Se hablaba de vosotros como los herederos de Los Planetas, los nuevos Brincos, etc. Todo etiquetas. ¿Pensáis que ese tipo de comparaciones o referencias que la prensa suele hacer con cada grupo que empieza en esto, favorecen o, por el contrario, son una losa que luego es difícil de quitarse de encima?

Alfredo: Por una parte yo entiendo que la prensa tenga que catalogar y ubicar de alguna forma a un grupo que todavía no se conoce o que está empezando. Pero nosotros siempre pensábamos al principio que, por ejemplo, en Estados Unidos no se tiende tanto a comparar, sino que cada grupo tiene su estilo. Entiendo que tengan que catalogar al principio, pero a veces te toca un poco las narices porque piensas que no te pareces tanto a esos grupos con los que te comparan. Una banda tiene que darse cuenta de que con el tiempo y con los discos es como va a ir conformando su personalidad.

Noni: No creo que fuéramos iguales, pero sí que teníamos esas influencias.

Alfredo: La verdad es que para nosotros era un orgullo que nos comparan con esas bandas.

Noni: La prensa nos preguntaba acerca de esto como para picarnos, pero nosotros ¿cómo vamos a decir algo malo de Los Planetas? si nos dejaron su estudio,  Florent siempre nos ha aconsejado, seguimos siendo amigos y viéndonos en los bares… Así que, cuanto más decíamos que éramos súper colegas y que les queríamos mogollón, más rápido se acababan ese tipo de preguntas.

Supongo que el entorno donde habéis crecido y evolucionado como banda, tiene mucho que ver. ¿Qué pasa en Granada?, ¿a qué es debida esa efervescencia musical? Contadme cómo era esa época en la ciudad y qué queda a día de hoy de todo aquello.

Alejandro: Yo creo que es una tradición que empezó hace mucho tiempo y que, a día de hoy, mantenemos. Es una ciudad pequeña, que parece que no debería tener tantos grupos por metro cuadrado y no es así. Y no solo hablamos de la música alternativa o indie, sino que hay una escena de heavy en Maracena, una escena de mestizaje con grupos como Eskorzo, hay también bastante jazz… Es que Granada ha sido siempre una ciudad multicultural, con tradición universitaria… Tienes la sierra, tienes la playa, es una ciudad joven… Y la importancia de tener una tradición, de pasar el testigo de un grupo a otro.

Noni: También influye tener un gremio estable. Es decir, que un grupo pueda empezar desde el principio y tener a mano cuestiones técnicas, como tener un road manager, un backliner, un lucero, un transportista… Esto hace que los grupos nuevos tengan ese entorno y que, además, surjan nuevos curros relacionados con todo esto.

Alfredo: También tuvimos la suerte de que la noche acompañaba. Había un montón de bares y de vida en esos lugares. Nosotros hemos aprendido un montón porque, por ejemplo, íbamos al Ruido Rosa muchas veces a oír música únicamente. Pero yo creo que eso sí que se ha perdido un poco.

Alejandro: Bueno, el Ruido sigue abierto…

Alfredo: Sí, pero no me refiero solo al Ruido, hablo en general. Creo que se ha perdido un poco esa esencia.

Alejandro: Eso es verdad. Ahora la gente va más a bailar los hits, que a sitios como el Ruido. Es que el Ruido Rosa, ya en nuestra época, era un oasis en el desierto…

“Suele coincidir que cuando más te critican es cuando más éxito tienes”

Aunque poco a poco vuestra popularidad y tirón fue creciendo, es cierto que con Cuando el destino nos alcance llega el despegue definitivo y os convertís en un grupo más masivo. Esa época no estuvo exenta de críticas por parte de vuestros seguidores más conservadores y de gran parte de la crítica. ¿Cómo afrontáis esa etapa en la que, de alguna manera, se os acusa de venderos por hacer música más comercial?

Alejandro: Siempre suele coincidir que cuando más te critican es cuando más éxito tienes.

Noni: Nosotros en realidad pasábamos de todo eso, pero sí que entramos al trapo en esa época, sobre todo cuando empezaron a meterse con Sebastián Krys. La gente y la prensa empezó opinar sin tener ni puta idea.

Alejandro: Era hablar de Sebastián Krys y poner siempre entre paréntesis a Shakira.

Noni: Eso es manipular. Porque si tú ves todos los grupos con los que ha trabajado Sebastián, hay de todo, grupos punk, bandas de Nueva York, está La Santa Cecilia… A ver cuántos artículos sacan de Sebastián Krys ahora que ha hecho el último disco de Elvis Costello… ¡Vaya hombre, ahora ha hecho algo con uno de los últimos grandes que quedan! Pero claro, si tú pones solo los nombres que te interesan, manipulas. Si tú dices cosas chungas de un tío que es un trabajador y que nadie conoce, manipulas. Es entonces cuando nosotros hacemos un comunicado y decimos: “Vamos a defender a nuestro currela”.

Y, si hablamos de nosotros, ¿cómo intentamos defender Cuando el destino nos alcance? Nosotros no vamos a repetir Luciérnagas y mariposas porque nos ardería la sangre y no sabemos hacerlo. Lo que ocurrió fue que cuando hicimos Cronolánea, que era un disco más rock, yo me compré unos cuantos sintetizadores y parte de las canciones de Cuando el destino nos alcance se crearon con esos sintetizadores. No voy a mentir y a autocensurarme porque creo que vaya a defraudar a los fans. Por supuesto que no. Vamos a hacer lo que nos dicta la creatividad, el arte, las musas o como lo quieras llamar. Lo que hicimos fue, justamente, ser lo más sinceros posible.

Alfredo: Te voy a decir una cosa. Creo que la defensa que hicimos de ese disco, con respecto a lo que nosotros pensábamos que era la música independiente, que era hacer lo que nosotros queríamos en todo momento, quitó muchos prejuicios. Creo que fue un punto de inflexión para todos, para los músicos y para la prensa.

Esa fue un poco la época de ruptura, la de quitar esa línea roja que separaba lo indie de lo mainstream.

Noni: ¿Qué le pasa los españoles con los sintetizadores? Si es Vangelis, tío. Bueno, ya sé lo que pasaba aquí con los sintetizadores, que la gente solo ve lo de Mecano (risas).

Alejandro: La verdad es que nosotros hicimos ese disco y se lo enseñamos a todo el mundo con mucha naturalidad, sin pensar que fuera un cambio estilístico tan grande.

Noni: Si Alejandro, que es el guitarra, compositor también de Lori y miembro fundador, ve que hago una canción con un sinte y ni siquiera él dice nada, ¿qué coño tienen que decir los demás? Es que nosotros hacemos lo que nos da la gana.

Alejandro: Cuando recibimos las mezclas de Sebastián, flipamos. Sí consideramos que era una cosa radical. Y cuando algo es radical, es bueno, porque te estás arriesgando. Lo que pasó fue que mucha gente se marchó y otra vino, pero la vida es así.

Antes del despegue definitivo al que hemos hecho referencia, ¿qué momentos de vuestra carrera consideráis los puntos de inflexión, los pequeños hitos que habéis ido consiguiendo hasta llegar donde estáis?

Alejandro: Hay un momento clave, que es cuando nos ofrece Houston Party el contrato en el Ruido Rosa. Éramos un grupo de maquetas de Granada, llegó el jefe de Houston Party, escuchó la maqueta en el Ruido porque trabajaba él ahí (señalando a Noni) y, a la semana siguiente, ya teníamos un contrato discográfico. Ahí fue cuando pasamos de ser amateurs, a ser profesionales.

También recuerdo la primera vez que la gente cantó nuestras canciones aquí, en Madrid. En la sala Moby Dick, siendo teloneros de The Long Winters. Había 30 o 40 personas cantando nuestros temas y eso que había salido nuestro disco una semana antes. Ese es uno de los momentos en los que ya ves que hay algo. A partir de ahí todo es currar y currar.

Actualmente, cada pueblo o cada ciudad tiene su festival de verano, es casi una burbuja que no sabemos a dónde va a llegar. Lógicamente esto es positivo para público y para bandas, pero como veteranos que sois de estos eventos, ¿cómo recordáis este tipo de festivales de la época en la que empezabais? Ha cambiado mucho la historia, ¿verdad?

Alejandro: Antes estaban los festivales que se basaban en el cartel extranjero, sobre todo. Pero nosotros hemos crecido a la vez que los festivales que se han basado en los grupos nacionales. Por ejemplo, Sonorama empezó en 2004, cuando nosotros sacamos el primer disco. Nos llamaron y tocamos a las 7 de la tarde. Por eso le tenemos un especial cariño a este tipo de festivales, porque hemos crecido a la vez y hemos aportado nuestro granito de arena para que haya un tejido de festivales tan importante en la actualidad. La contraposición es que ahora hay un cierto hartazgo con este tipo de eventos, porque todo se basa en ellos y las salas, por ejemplo, salen perjudicadas. Es cierto que quizás haya demasiados festivales, pero al final se pinchará la burbuja y se mantendrán los que verdaderamente valgan la pena.

Noni: Yo creo que serán los que traten bien a su público y se diferencien un poco de los demás. Por ejemplo, el festival En Órbita de Granada, que es un festival pequeño y lleva poco tiempo. Pero ahora lo están haciendo como para padres, los horarios son distintos y pueden llevar a los críos.

Hay que decir también que los festivales, de un momento a otro, se profesionalizaron mucho.

Alejandro: Actualmente hay festivales que están de puta madre. Por ejemplo, el Vida Festival, el Monkey Week… No podemos decir que, porque haya muchos, son una mierda. Creo que hay que dejar también un poco las cosas claras, porque parece que hay una corriente de opinión y muchos medios en los que se dice que los festivales son una mierda y no es así en todos los casos.

“No nos avergonzamos de las maquetas, son la intrahistoria de todo lo que ha venido después”

En 20 años, 21 canciones, se incluyen 2 cd’s. El primero es un recopilatorio, pero ya habéis dejado claro que no es un “Grandes éxitos”, ¿por qué no lo es? Contadme cómo ha sido el proceso de elección de los temas.

Alfredo: No es un “Grandes éxitos” porque en realidad el tracklist no está confeccionado por nosotros. Obviamente queríamos hacer un repaso a todos los discos, pero cada canción la ha elegido el escritor que habla de ella en el libreto. Hay hits, está claro, pero por ejemplo, José “Chino” habla de Vigilia, que siempre ha sido claramente una cara B.

Noni: Por ejemplo, habla Jon Sistiaga y cuenta la historia que le pasó con esa canción, en el coche, con su hijo; El Monaguillo habla de cuando se vino a Madrid, con su humor malagueño; el texto del “Chino” es súper emotivo…

Alfredo: Vamos, que no es un análisis musical de cada canción, sino que queríamos que nos contaran lo que ese tema provocaba en ellos. Les dimos toda la libertad del mundo para que escribieran lo que quisieran en 15-20 líneas.

Noni: Uno de los mejores es el de Paco Méndez, que es su padre (dirigiéndose a Alejandro), que hace un resumen de esa época del principio, cuando no teníamos ni carnet de conducir. Él pedía una furgoneta que tenía un pariente suyo y que usaba para repartir Bollycaos por la mañana y, con ella, nos llevaba los conciertos por la noche.

Ya que han pasado 20 años, que no somos muy de celebrar y que tampoco vamos a hacer muchas más celebraciones, queríamos hacer un inciso y recordar toda esa época, a la gente que nos acompañaba y que nos ayudó.

Alfredo: Se puede considerar que todos estos amigos nos han regalado nuestro propio disco.

Además de esa recopilación de éxitos, habéis incluido un segundo cd con material inédito, versiones, maquetas… Habladme de esos cuatro temas inéditos. ¿De dónde vienen?, ¿los cuatro estaban en un cajón guardados o los habéis compuesto ex profeso para este 20º aniversario?

Noni: Son todos antiguos. Nosotros solemos componer bastantes canciones para los discos y luego elegimos según el concepto. La canción que ha salido como adelanto que se llama 70, en realidad iba para Impronta. Ese disco estaba basado, desde el principio hasta el fin, en un corte de relación con tu pareja y esta canción no tenía mucho que ver con ese concepto.

Creo que tenemos muchas canciones o maquetas que tienen mucha gracia y que no tienen por qué quedarse ahí guardadas.  De hecho, después de haber hecho esta primera revisión de todo ese material, no te digo que no vaya a haber un “lost tape” muy guay. Tenemos muchas cosas, incluso canciones en inglés, pero ya no me avergüenzo de nada. Al final, esto es la intrahistoria de todo lo que ha venido después.

Al hilo de esto que comentas, con la edición de algunas de vuestras maquetas, ¿no sentís inseguridad o cierto pudor al mostrar bocetos y trabajos inacabados?

Alfredo: No. Yo creo que ahí está la gracia, en mostrar también nuestras carencias.

Además del interés lógico que pueda suscitar a vuestros fans, ¿qué habéis querido contar al incluirlas en este disco?

Alejandro: Generalmente las canciones las grabamos dos veces. Las maquetas las grabamos nosotros, incluso las arreglamos con el ordenador y después ya las grabamos para el disco. Muchas veces, en ese paso, la canción cambia. Cada vez que grabas una canción, tienes que cambiar el chip para no caer en la “maquetitis”. La “maquetitis” es querer que la canción sea exactamente igual que en la maqueta, pero sonando bien. Eso nunca funciona.

Noni: Lo guay es que con esto tienes las dos versiones diferentes.

Yo ya estoy esperando el momento en que salga el primero y diga: “¡La maqueta era mejor!” (Risas).

Alfredo: Espérate que todavía habrá gente que diga: “¡Sebastián se cargó la canción!” (Risas).

Algunas de las maquetas tienen letras muy diferentes a las de la versión final que todos conocemos, como ocurre con Mi realidad o ¿Aha han vuelto?, por ejemplo. ¿Cómo es ese proceso de creación de una letra y a qué son debidos esos giros finales?

Noni: Es que yo lo que hago es escritura automática. Hago la primera melodía y ya me enchufo el micro, porque lo importante para mí en ese momento, no es la letra, sino que mi cerebro asimile 4-5 fraseos que sí que quiero meter. Luego ya confeccionaré la letra más tranquilamente. Por eso hay algunas maquetas que pueden llegar a ser vergonzosas, porque en algunas he hecho media frase en inglés, luego he tarareado y cosas así.

“Hemos aportado nuestro grano de arena para crear ese tejido musical alternativo que tenemos ahora”

Casi en el mismo momento cumplís 20 años Love of Lesbian, Sidonie, Vestusta Morla, vosotros… Además todos vivís un momento de popularidad enorme y habéis abierto el camino para que la música independiente sea, por fin, un fenómeno de masas. De alguna manera, ¿os sentís pioneros en todo esto?

Alfredo: Pero no todos celebramos lo mismo, algunos celebramos los 20 años del grupo, otros los 20 años de carrera discográfica, etc.

No sé si pioneros, pero nosotros hemos vivido el enlace entre la primera época indie de los 90 y el año 2008 en adelante, que fue cuando ya pegó el bombazo esta música. Nosotros cogimos el testigo de esas influencias indies primigenias y nos hemos ido adaptando a una escena nueva que se ha creado. Sí que creo que hemos aportado nuestro grano de arena a crear ese tejido industrial musical de festivales, salas, grupos y público.

Si echáis la vista atrás, ¿hay algo de lo que os arrepintáis? O, dicho de otra manera, ¿cambiaríais alguno de los pasos que habéis dado a lo largo de todos estos años?

Noni: Yo soy del rollo ese de Regreso al futuro, que si cambias algo del pasado, se empieza a borrar la foto. Personalmente, creo que los aciertos o los errores que he cometido me han llevado hasta aquí y, para nada estoy descontento con lo que me está pasando. Yo creo que todos pensamos igual, que hemos tenido buenas y malas decisiones, pero todas nos han llevado a donde estamos ahora.

Alfredo: También es verdad que nosotros estamos en este grupo desde que éramos pequeñitos y no podemos comparar con otras carreras musicales que hayamos tenido.

¿Qué habéis aprendido en todo este tiempo?, ¿cuál es la mejor enseñanza que os lleváis y con la que afrontáis vuestra carrera a partir de ahora?

Noni: Yo creo que estoy aprendiendo ahora a disfrutar de la música. En todo este tiempo tampoco te enteras muy bien, vas teniendo cada vez más responsabilidades y, a veces, todo eso no te deja disfrutar todo lo que quieres. Ahora soy más consciente de lo que ocurre, de lo que podemos hacer, pero con la energía y la inercia de cómo éramos antes, siguiendo nuestra línea y nuestra intuición. Antes no pasaba eso. Antes teníamos una intuición, la seguíamos y nos salía bien de pura chorra (risas).

Para terminar me gustaría que me dijerais con qué momento de estos 20 años os quedáis cada uno.

Alfredo: Ya he dicho algunos, pero voy a cambiar ahora. Me quedo con el momento en el que me gasté el dinero en comprar mi primera batería. Al final sirvió.

Alejandro: Yo también voy a cambiar. Voy a decir algo que luego al final te das cuenta que no es para tanto, pero me quedo con la ilusión de ir a Los Ángeles. Es increíble cruzar el océano y estar, de repente, en la tierra del espectáculo. Cuando Sebastián nos llamó y nos dijo que fuéramos allí a grabar yo flipé como hacía mucho que no flipaba.

Noni: (Tras pensar durante mucho tiempo) Estas preguntas son difíciles de contestar para mí. Me quedaría con una amalgama de momentos, pero es cierto que de la primera época no me acuerdo de mucho (risas). Venga, voy a decir la pollada que dice Alfredo siempre: “El mejor momento está por llegar“.

(Entre risas) Os voy a decir una cosa. No sé por qué me ha venido a la cabeza, pero cuando estaba pensando en momentos, me ha venido cuando se cayó el Eric en el Contempopránea… Pero he pensado: “¡no le voy a decir eso!” (todos ríen a carcajadas). No tengo ni idea de qué tiene que ver eso con mis momentos, pero se me ha pasado por la cabeza.

Alfredo: Es importante también que Noni estuviese trabajando en el Ruido Rosa aquel día en el que le dimos la maqueta al director de Houston Party.

Noni: Era el bar de 091, nos trataban muy bien y yo estuve un tiempo trabajando allí de camarero. El bar ponía la mejor música de Granada y, de repente, entrabas y estaba Jota, estaba Juan Alberto… Y ahí fue, un martes típico chungo. A primera hora ponía música más moderna y luego ya música más retro. Yo tenía un recopilatorio de Houston Party y cuando se va el pavo y me paga las cervezas, me dice: “Oye, muy buena la música, me ha gustado mucho”. Y yo le dije: “Sí, es de un sello catalán que se llama Houston Party”, a lo que me contestó: “Yo soy Jaime Hernández y soy el dueño de Houston Party Records”.

En ese momento era solo distribuidora de grupos de Estados Unidos, pero él nunca había grabado a un grupo, ni había hecho un contrato discográfico. Así que fue en ese momento en el que Houston Party pega el salto, con un grupo como nosotros. Era la discográfica más cool de España en ese momento y nos firmó un disco a los Lori.

Alfredo: Estábamos flipados, solo con ver los discos que ellos sacaban…

Noni: Todo ese rock de guitarras y voces, como The Posies, lo editaba este tío. De repente, le pongo una canción, le doy una maqueta para que se la lleve y a la semana nos manda un mail y nos dice que nos da x dinero, que quiere grabarnos un disco y que nos manda un contrato. Así que sí, ese momento es muy importante en nuestra carrera y fue un poco de casualidad.

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