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La Sonrisa de Julia: “En este disco hemos conseguido hablar del amor sin caer en el dolor”

Fotografía: Alejandro García-Cantarero

Se habían despedido como banda, pero al final ha resultado ser un hasta luego, porque La Sonrisa de Julia está de vuelta con un nuevo y excelente álbum bajo el brazo. Maratón es el título bajo el que se encierran las 11 nuevas canciones de la banda liderada por Marcos Cao. Un trabajo diferente a lo que nos tenían acostumbrados, con un nuevo sonido que no ha hecho más que potenciar una colección de temas que, desde su lanzamiento, se han convertido en imprescindibles.

El propio Marcos, junto a Raúl Delgado, Juan Díaz-Terán y Curro Moral, nos ceden parte de su tiempo de promoción para contarnos todo lo que supone este Maratón, cuál es el concepto que hay detrás de este disco, las razones de su regreso como La Sonrisa de Julia, sus nuevas ilusiones… Una historia de música y de amistad, sobre todo de amistad. Esa es la razón fundamental por la que han vuelto, porque al final, lo importante para ellos es su relación personal, anteponiéndola a la propia banda como tal.

La primera pregunta es casi obligada. Después de haberos despedido en 2015, el año pasado os juntáis para hacer un par de conciertos y ahora por fin regresáis con un nuevo disco bajo el brazo. ¿Por qué decidisteis parar y por qué ahora habéis tomado la decisión de regresar?

Marcos: En realidad, la decisión la tomamos hace cinco años, cuando sacamos El viaje del sonámbulo. Lo que pasa es que hicimos gira de despedida y al final nos tiramos un año tocando.

Raúl: La decisión de parar la tomamos por varios sucesos que fueron ocurriendo. Para empezar, que llevábamos desde 2002 sin parar. El tiempo también te cansa y la energía no es la misma. Además, ese mismo año (2013), Currito se había bajado del tren en alguna ocasión. Ese disco lo estaba preparando con nosotros y, justo antes de empezar a grabar, decidió no continuar. La verdad es que eso dolió. Fue otra cosita más que añadir a otros motivos, así que decidimos que era el momento de tomar aire y dedicar el tiempo a hacer otras cosas. Aunque realmente nos llevamos bien…

Marcos: Se trataba de distanciarnos de La Sonrisa de Julia, no de nosotros.

Raúl: Justo después, Marcos y yo empezamos a hacer un disco. Pero sí que creíamos que La Sonrisa de Julia era un capítulo en el que había que pasar página.

Marcos: Visto desde la perspectiva de ahora, necesitábamos probar otras cosas. Ahora que hemos vuelto y estamos tan felices de haberlo hecho, nos preguntamos: “¿cómo pudimos acabar cansados?”. Pero creo que era algo que necesitábamos. Yo por ejemplo quería hacer un disco en solitario, grabado en mi casa, por mí mismo, sin tener que preguntar a nadie.

La Sonrisa de Julia es un proyecto que a nosotros siempre nos ha costado mucho trabajo sacar adelante. Tirábamos de un carro sin ruedas y ha habido momentos difíciles. Además de todo esto, cuando decidimos dejarlo, empezamos otro proyecto que ha salido fantástico (N.d.R: Billy Boom Band es un proyecto de música enfocada a los niños), es un carro que va por delante, tira de nosotros y eso es una maravilla. Con esto nos lo hemos pasado muy bien porque somos padres ahora y hemos conectado muy bien con ese público. Hemos disfrutado mucho haciendo eso y la verdad es que la banda seguía siendo prácticamente la misma. Juan toca con nosotros en la Billy Boom Band, igual que Mario, el bajista, Currito venía mucho con nosotros a Cantabria…

Siempre estaba en nuestra cabeza hacer alguna vez algún concierto de reencuentro. Julia, que es mi pareja y parte también del grupo, siempre nos decía que de vez en cuando podíamos hacer un concierto en la Joy Eslava que es donde nos despedimos.

Curro: Es que no hay una regla que diga que si te vas, ya no puedes volver. Además teníamos muy buena relación entre nosotros, así que hacer eso no nos iba costar nada.

Marcos: Eso siempre estuvo ahí, pero era algo que teníamos aparcado. Luego, por distintos motivos, se fue avivando el fuego. Subió Currito a Cantabria, en un viaje estuvimos escuchando temas, nos emocionamos y dijimos: “venga, vamos a hacer el concierto”. Lo que pasó después fue muy heavy porque en diez días se agotaron las entradas, con cinco meses de antelación. Y solo habíamos puesto tres o cuatro post en nuestro Facebook que hacía mucho tiempo que no usábamos.

La Sonrisa de Julia

Supongo que ese fue el impulso definitivo que necesitabais.

Marcos: Ese fue el gran impulso.

Raúl: La sensación entre nosotros, cuando nos juntábamos a ensayar para preparar esto, era muy buena. Sonábamos muy bien y disfrutábamos mucho de cada ensayo.

Marcos: La banda siempre sonaba muy bien, pero Mario que era el otro guitarrista conmigo pasó a ser bajista y entró Juan, que ya tocaba con nosotros en otros proyectos. Con esto ganamos un guitarrista y a Mario de bajista, con lo que ya, por fin, éramos una banda completa. Fue la primera vez que teníamos la sensación de ser una banda de verdad.

Supongo que ahora afrontáis esta nueva etapa con las ilusiones renovadas. ¿Es como volver a empezar?, ¿habéis reseteado muchas cosas para arrancar de nuevo?

Marcos: Hemos hecho el disco en el que nos hemos vuelto a encontrar como amigos músicos. Este es el lugar donde nos sentimos a gusto en este momento. A nosotros nos da igual que este disco se parezca o no a las anteriores, simplemente hemos hecho el trabajo más honesto que podíamos.

«Este disco hace justicia a nuestros directos»

Vamos a hablar ya de Maratón. El feedback está siendo buenísimo, ¿verdad?

Marcos: Por ahora solo hemos tenido el feedback de gente cercana, de seguidores en las redes y de periodistas. Pero la verdad es que es realmente fantástica la acogida que se está dando al disco.

Juan: Desde las maquetas y los ensayos, hasta la grabación, nosotros teníamos mucha ilusión puesta en este disco.

Marcos: Con las maquetas ya teníamos la sensación de que teníamos un material increíble. Pero cuando entramos al estudio nos dimos cuenta que eso se había convertido en un disco que nunca habíamos hecho, con una gran coherencia de arreglos, de producción, de sonido… y una frescura enorme.

Juan es muy claro en esto porque él nos ha visto desde fuera. Nos vio en el concierto de despedida de Madrid como público y no era amigo nuestro. Él dice que nuestros discos anteriores no le inspiraban lo que luego vio en los conciertos. Siempre nos decía que los discos no hacían justicia al directo, pero con este disco creo que eso sí que ocurre.

Juan: A mí con La Sonrisa de Julia me pasó eso, que yo había escuchado sus discos pero nunca les había visto en directo. Les vi cuando hicieron la despedida en Madrid y flipé.

Marcos: Si nos preguntas si esperábamos esto, la respuesta es que lo deseábamos. Deseábamos muchísimo que el disco os gustara.

Raúl: Yo creo que nosotros salimos de la grabación pensando que habíamos hecho lo mejor que podíamos hacer y estábamos muy contentos por ello.

Marcos: Ojalá guste el disco a todos, pero es cierto que cuando uno graba un álbum también tiene ese miedo, de pensar que el disco solo le guste a uno mismo.

¿Sentís esa responsabilidad de saber que la gente os espera con muchas expectativas puestas en vosotros?

Marcos: Nos encantaría que no haya un solo seguidor de los de antes al que no le guste el disco, pero sé que eso es imposible. Siempre va a haber gente que prefiera lo anterior. Si te repites, porque te repites y si evolucionas, porque evolucionas. Siempre va a haber alguien al que no le guste lo que haces. Así que, a lo que aspiro es a que ese porcentaje sea muy pequeño.

Lo primero que llama la atención es el sonido renovado que traéis con este disco. ¿Fue algo premeditado volver de una manera diferente?

Marcos: Es premeditado el hecho de trabajar con Santos & Fluren y con Ricky Falkner, unos productores con los que no habíamos trabajado nunca. Nosotros queríamos trabajar con ellos para conseguir algo que tienen en sus producciones y que nosotros no teníamos. Por tanto, creo que sí que es premeditado el cambio de sonido, aunque no sabíamos lo que iba ocurrir.

Es cierto que estábamos un poco cansados del sonido que teníamos hasta ahora. Muchas veces, nosotros habíamos producido nuestros propios discos y queríamos que alguien metiera mano en estas canciones, para darles un giro. También es verdad que nosotros siempre hemos sido muy celosos con nuestras producciones, así que necesitábamos mucha confianza. El primer día que llegamos a Barcelona y empezamos a hablar con ellos y a probar cosas, flipamos, nos encantaba todo lo que proponían. Conectaron muy bien con lo que nosotros buscábamos.

“Hay cosas en la vida que solo aprecias con una perspectiva de tiempo larga”

Habladme del concepto que hay detrás de Maratón. Habláis de un recorrido vital.

Marcos: Una cosa es lo que puede significar para nosotros y otra cosa es el mensaje que queremos lanzar a la gente.

Por un lado es una maratón personal nuestra, como banda. Llevamos muchos años juntos y hemos pasado muchos momentos distintos. En una maratón da tiempo a sentirte eufórico, a sentirte hundido, a estar sediento, a distraerte con otras cosas, a estar cansado de correr, con ganas de ver la meta… Creemos que nuestra carrera, en cierto modo, se resume muy bien así. Son 16 años haciendo música juntos y tenemos la sensación de haber cruzado una meta y empezar otra maratón como banda, con las nuevas incorporaciones.

Por otro lado, a nivel personal y vital, nos parece muy interesante la perspectiva maratoniana de que hay cosas en la vida que solo aprecias con una perspectiva de tiempo larga. Pasa con las relaciones personales, con una pareja, con un amigo… yo tengo amistades con las que igual no tengo tanta confianza conceptual pero que hay algo que me une a ellos. Eso es el maratón que me tocó: tomé la salida, me crucé con ellos, fui creciendo con ellos y, aunque a lo mejor hablando contigo puedo tener más confianza, hay algo que siempre me unirá a ellos. Con una pareja también pasa esto. Yo con la mía tengo dos hijos y la sensación ahora no tiene nada que ver con la que tenía hace ocho años. Yo creo que con esta parte sí que se puede identificar la gente.

Curro: La maratón, si se completa, conlleva una satisfacción muy especial. Lo bonito es aguantar hasta el final, mantener el tipo, la superación… yo personalmente lo vivo así. El reencuentro que hemos tenido nosotros es una maratón feliz por haberla completado y seguir todavía aquí.

Marcos: Es verdad que hay una sensación de haber cruzado una meta, porque ahora a nivel grupal tenemos una relación increíble. La entrada de Juan ha aportado mucho, porque él tiene esa frescura de alguien de 24 años que se toma todo mucho menos en serio que nosotros, por lo menos el propio grupo.

Luego está la relación entre nosotros tres. Nosotros nos hemos tomado muy en serio esto de La Sonrisa de Julia desde hace años… quizás demasiado en serio. Nos tomamos muy en serio el proyecto pero no nuestra relación, que muchas veces salió dañada por eso. Ahora, con el tiempo, todo eso ha cambiado y anteponemos nuestra relación personal a cualquier otra cosa.

Curro: Por eso estamos aquí de nuevo.

Marcos: Y por eso estamos disfrutando tanto. Porque ya hicimos en su día la maratón que teníamos que hacer y esto es una celebración. Estamos en la recogida de premios (risas).

El arte del disco, los vídeos, las fotos, todo gira en torno a la misma persona. Contadnos cómo surge esta idea y qué pretendéis contar con todo esto.

Marcos: El concepto del maratón lo teníamos y estuvimos dándole muchas vueltas con un estudio de diseño de Santander con el que siempre hacemos todos nuestros proyectos. Pero ninguna de las ideas que teníamos nos encajaba. Este verano encontré una foto de mis padres y se me encendió la luz. Pensé en los años 70, en la distancia temporal y en una estética retro que no se encanta. Así que escribía a todos por WhatsApp y les pedí fotos de sus padres de los años 70 para intentar basar el concepto en eso. Juan, que es el más joven, no nos había mandado nada y yo le dije que por favor enviara algo porque teníamos que empezar a diseñar ya las cosas.

Curro: Yo no envié nada porque las fotos de mis padres eran de los años 40 (risas de todos)

Marcos: De repente ese día, a las 12 de la noche, Juan empieza a mandar fotos de su padre. Todos conocemos a su padre, es un señor de 60 años, que surfea y tal, pero que todos le hemos conocido como el padre de Juan. El caso es que nos empiezan a llegar unas fotos de una vida alucinante: surfero, skater, Ibiza Londres… Es un tío que tuvo a Juan con 37 años y digamos que vivió. Definitivamente, la vida que él había tenido era diferente a la de mis padres, que tuvieron con 21 años a mi hermano mayor. Las fotos de mis padres eran guapas, pero no es esto (señalando y enseñando las fotos del libreto del CD). Encima aparte de tener todas estas fotos, él tenía una manía, que era meterse en un fotomatón cada vez que lo veía.

Juan: Todo lo que hay aquí es original, son fotos de las páginas de los álbumes de mi padre (enseñando las fotos del libreto). Yo siempre que veo esos álbumes alucino.

Marcos: Así que hablé con Julia y le propuse que todo girara en torno a la vida del padre de Juan. Su padre accedió encantado y nos pasó todos los álbumes.

Juan: Claro, a mi padre le hacía ilusión que todo ese curro que había hecho sirviera para algo (risas).

Marcos: Julia, que es editora de libros y controla mucho, se encargó de pensar todo el diseño con Mutta Estudio. Así que ya decidimos que toda esa estética se iba a basar en esto.

La Sonrisa de Julia

El primer adelanto fue la canción Maratón. Un tema peculiar, que dura casi 7 minutos y está dividido en dos partes bien diferenciadas. Pero seguramente sea el que mejor resume el espíritu global del álbum, ¿verdad?

Marcos: Maratón fue una canción que creció muchísimo en el estudio. Nos parecía que se podía escuchar un poco el resumen de todo lo que te vas a encontrar en el disco: Hay una parte con muchos coros, una parte final más intensa, tenía cosas de La Sonrisa de Julia de antes, cosas más actuales… pensamos que era un resumen perfecto, aunque durara siete minutos.

Juan: Pero eso, a nivel conceptual, funciona muy bien, que el maratón dura siete minutos.

¿A qué se deben esas dos partes tan diferenciadas en la canción?

Marcos: Yo tenía Maratón por un lado y la otra parte por otro. Tenía eso ahí guardado desde hace muchos meses y, de repente, vi que la letra encajaba muy bien con Maratón. Además me pareció que la canción cogía otro camino más maratoniano, largo y pausado. Una vez que las junté, me parecía que la canción tenía más sentido.

“Si no tienes una predisposición positiva ante las cosas, no las vas a solucionar nunca”

Canciones como Merece la pena o Solo nos queda bailar son eminentemente optimistas y ese es un tono que se percibe en todo el disco. A nivel personal, ¿tenéis esta manera de entender la vida?

Marcos: Creo que hemos aprendido a quejarnos del mundo sin ser quejicas. Eso es algo que a mí siempre me ha costado. Si te fijas en discos anteriores, cuando nos quejábamos de algo, nos poníamos muy duros, muy violentos, muy agrios… Esa es una perspectiva que a mí ahora no me interesa nada. Si yo ahora conociera al Marcos de hace diez años, le diría: “Vale chavalito, analizas muy bien todo, pero tus soluciones son nefastas”.

Evidentemente hay cosas que no me gustan del mundo pero solo las puedo cambiar si yo tengo esta actitud positiva. Creo que es algo muy claro en este disco. Hay canciones como las que tú has dicho que dicen cosas agrias, pero la solución que proponemos es este sentimiento de celebración.

La Sonrisa de Julia

Vivimos tiempos convulsos a nivel social y político. ¿Por qué creéis que hay que afrontar esta realidad de una manera positiva?, ¿en qué nos puede ayudar el optimismo?

Marcos: Lo primero es que sin ser constructivos y sin sentido del humor no vamos a ningún lado. La primera vez que fuimos a Late Motiv, con lo de Marcos Cao, Buenafuente nos regaló un cuadro que hizo. Es un autorretrato de él, con una nariz de payaso y pone: “Reírse es la única salida“, o algo así. Me parece filosóficamente muy acertado, aunque parezca así de simple.

Yo siempre he sido muy amargo con estas cosas, pero creo que no es la salida. Si tú no tienes una predisposición positiva ante las cosas, no las vas a solucionar nunca. Es que es muy fácil criticar al otro y decirle que es un mierda por tal cosa pero, al mismo tiempo, tú estás siendo también un mierda por actuar así. Es muy fácil hacer crítica de la realidad pero proponer soluciones es lo más difícil que hay.

Por otro lado, canciones como Pájaros, Alma de fuego o Me gustas tú, son de una increíble sensibilidad. En esta última, en concreto, parece que te has abierto en canal, hay muchísima sinceridad. ¿Temes desnudarte demasiado en las letras?

Marcos: No, porque en el disco que dice como Marcos Cao me puse en pelotas completamente. Era una catarsis que yo necesitaba. Fue un disco casi pornográfico, no por lo sexual, sino por la exposición.

En este disco he conseguido hablar del amor sin caer en el dolor. A mí eso me costaba muchísimo.

Alma de fuego está dedicada a mi hija, que es pelirroja y tiene un carácter… Es una canción que está hecha desde el positivismo y eso es porque el amor que sientes por tus hijos no tiene nada que ver con el que sientes por los demás. Ha de ser positivo y constructivo, no te queda otra. En el amor que no es paternal siempre hay algo de interés, porque tú te enamoras de quien te gusta… o al menos deberías (risas). Con un hijo es totalmente diferente, porque sabes que es algo que vas a tener siempre ahí y sientes que no es ni razonable. Tú por un hijo darías la vida y eso es algo que yo no he sentido jamás por nadie, ni por mi pareja, ni por mis padres… por nadie.

Estoy muy contento, sobre todo, con Me gustas tú, porque a mí siempre me costaba mucho ser tan claro y decir “me gustas por esto, por esto y por esto”. Creo que lo he conseguido sin caer en la ñoñería, yo cada una de las palabras que hay ahí, me la creo. Me gusta la canción porque te coloca en una posición que es perfecta para ver lo que te gusta del mundo. Es la típica canción que puedes escuchar 20 veces al día y te deja siempre un estado anímico fantástico.

La Sonrisa de Julia

Los arreglos de la canción ayudan mucho a conseguir eso que dices.

Marcos: En eso tienen mucho que ver los productores. Ellos aportaron esos bajos y baterías que aguantan hasta el final o, por ejemplo, Ricky Falkner metió unas acústicas que tenían un rollo increíble. La canción ganó mucho en verdad, ha quedado muy sobria. Santos decía que, a veces, a las canciones hay que darles menos para emocionar, que no hace falta exagerar. Incluso insistía en que la voz la grabaríamos al final, cuando yo me fuera de fiesta por Barcelona y tuviera la voz más seria, más oscura. Es verdad que ahora escucho la canción y veo que está cantada de verdad, nada de cantante… estaba de resaca, así que imagínate (risas).

Arroyo claro es un poema de Federico García Lorca y en el tema participa Marc Ros. Cuéntame cómo surge esta colaboración y la idea de poner música a las palabras de Lorca.

Marcos: Nosotros con la Billy Boom Band grabamos un disco de canciones con letras de Lorca. En este disco hay varias canciones que son muy de adultos: Arroyo claro, A Margarita, Siete corazones, Ciudad de los gitanos… cualquiera de las cuatro podría estar perfectamente en este disco. Teníamos muchas ganas de meter Arroyo claro porque es una canción que te deja un estado anímico fantástico. Llegamos allí y los productores no lo tenían muy claro, Juan y Curro tampoco… la verdad es que solo lo veíamos Raúl y yo.

No sé si fue Ricky el que dijo que sí lo veía y decidimos probar. Le dieron un carácter mucho más festivo de lo que habíamos hecho nosotros antes. La canción al principio parece un poco rara pero luego engancha, hasta el punto de que es como un mantra, algo que llena de luz tu corazón. Da muy buen rollo. Al final acabaron cantando Raúl, Ricky Falkner y Fluren, fue todo una fiesta. En la mezcla se oyen voces, percusión y otras cosas de fondo que parece que estás en una fiesta de pueblo.

Cuando fuimos a Barcelona después de grabar el disco a retocar las mezclas, apareció Marc, al que no conocíamos personalmente. Santos y Fluren y Ricky nos hablaban mucho de él y de que podía colaborar en alguna canción. De repente, un día Marc se pasó por el estudio, Santos le puso las canciones y él mismo decidió cantar en Arroyo claro, por todo el tema de la celebración y la poesía. Quizás había canciones en las que su voz quedaría mejor porque la tiene más grave, pero eligió esa aun sabiendo que le quedaba muy alta y que solo iba a poder hacer coros. Al final ha sido precioso, porque estábamos todos tocando y cantando a la vez. Es un homenaje y una celebración.

“Los nacionalismos son lo peor que le ha pasado la humanidad”

Jaque mate trata un tema muy de actualidad. ¿Veis importante que los artistas hablen de la realidad sociopolítica? Quizás la gente tenga en cuenta estas opiniones más que las de los medios de comunicación, a pesar de las posibles críticas.

Marcos: Hay artistas como Damien Rice que nunca hablan de estos temas, pero él habla de otros que nos iluminan a todos. Creo que es necesario que cada uno hable de aquello con lo que más cómodo se sienta, porque todos nos abren puertas de su mundo. Es interesante mirar desde sus ojos y desde su perspectiva emocional y sensorial.

Pero sí que es interesante que a quien le pique este tipo de temas más sociales o políticos, se moje. A mí me encanta que, por ejemplo en Estados Unidos, todo el mundo se moja artísticamente y no pasa nada. Aquí en cambio parece que si te mojas ya estás en el paredón de los contrarios, preparado para que te fusilen. Jaque mate va de eso precisamente. Del enfrentamiento que hay en este país con cualquier cosa de la que se hable.

En este caso hablas de nacionalismos, porque yo personalmente considero que los nacionalismos son lo peor que le ha pasado la humanidad desde siempre. Siempre surgen cuando las cosas van mal, es una solución fácil. Yo no soporto hablar de lo que nos une, sino que prefiero hablar de lo que nos unirá. Me encantan los países que se han creado con un proyecto de futuro y no basándose en lo que teóricamente les une, que todo es una creación ilusoria. España, Cataluña, Peugeot, las Olimpiadas y todos los dioses que queramos imaginar… todo son creaciones humanas, fantásticas todas ellas, pero dándole la importancia que hay que darle. Al final, quien se toma cualquier cosa de estas muy en serio, acaba enfrentándose al que se toma en serio la idea contraria.

De eso habla esta canción, del miedo que a veces se infunde a la población por parte de algunos en busca de su propio interés. La canción se debería llamar quizás Jaque mate (en tierra de nadie), porque el que defiende esto siempre está en ese punto. Nosotros nos posicionamos contra el miedo. El miedo siempre intenta conseguir que te quedes quieto y que aceptes lo que hacen esos que te meten el miedo.

Pare terminar, quería volver otra vez atrás en el tiempo. Cuando empezasteis en esto, el panorama musical era muy diferente al que hay ahora. La industria ha cambiado, la manera de escuchar música también. ¿Cómo valoráis la situación actual?

Marcos: A mí personalmente el consumo de música me gustaba más el de antes. Creo que se valoraba más porque todo lo que sea gratis, se desvaloriza. Pero, por otro lado, me parece increíble que la gente tenga acceso a todo tipo de música.

Tengo esas dos visiones: Por un lado, creo que se le ha quitado valor al concepto del disco pero, por otro lado, creo que el hecho de que la música sea accesible a todo el mundo viene muy bien. Antes existía ese enfrentamiento entre lo indie y lo comercial, en cambio ahora a las nuevas generaciones les da exactamente igual todo eso. Les gustan las canciones y son muy libres al escuchar cualquier tipo de música, sin prejuicios. También te digo que esto es algo que en La Sonrisa de Julia hemos defendido desde la primera entrevista que hicimos cuando empezamos. Me parece fantástico que ahora la gente se haya olvidado de las etiquetas.

¿Creéis que un grupo que empieza ahora lo tiene más fácil que uno que empezaba a principios de los 2000 como vosotros?

Marcos: No sé si más fácil, pero desde luego, hay más vías. Antes había una sola vía, que eran las multinacionales o cuatro periodistas musicales. Hoy en día sigue existiendo eso, aunque ahora es menos infalible que antes. Además está internet, las redes sociales, etc. También es cierto que ahora los grupos tienen más posibilidades de grabar en sus home studios, con una calidad increíble. Todo esto me parece buenísimo para la música.

La Sonrisa de Julia

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