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La Habitación Roja: «Hay gente que nos considera la banda sonora de su vida»

Con motivo del lanzamiento de su décimo disco, bajo el título de Sagrado Corazón, la banda valenciana nos ha dedicado un rato a hablarnos de todo lo que rodea a este lanzamiento, al paso del tiempo, las giras y otros muchos recuerdos. Con más de veinte años sobre sus hombros, pueden hablar con propiedad de la evolución del circuito independiente, de las experiencias con el público y sobre todo de este último disco que nos ha robado el corazón.

Os dejamos con nuestra entrevista a La Habitación Roja:

Vuestra canción Ayer supera el millón de reproducciones en Spotify. ¿Cuánto caso hacéis a los números? ¿Quién se espera algo así 20 años después de haber comenzado?

Jorge: Hay incluso alguna más que supera el millón. Realmente esto es algo nuevo, antes te guiabas por las ventas de discos. Por ejemplo, el otro día tocamos en Joy Eslava y cuando acabas el concierto y ves a la gente salir de la sala, genera mucha emoción pensar que toda esta gente ha venido a verme a mí, es como si lo vivieras en una película, visto desde fuera, hasta que no lo ves, no puedes creer que hayan venido por ti. Luego pasas al lado de la gente y posiblemente no te reconocen. ¡No somos como Mario Vaquerizo! Es bastante importante ver que un millón de personas ha escuchado tu canción, sobre todo cuando oyes cosas como que el Gangnam Style tiene 80 millones de visitas.

Pau: Es una cosa muy buena porque sabes que es gente de todo el mundo, es la ventaja más grande que ha tenido internet, que el feedback te viene de Perú, de Colombia o de Estados Unidos.

En esta ocasión presentáis este trabajo como un canto al amor puro como sentimiento universal como lo es la música. ¿Qué le hace diferente a este disco en cuanto al contenido? ¿Qué lo ha inspirado?

Jorge: En realidad somos un grupo que sigue una línea de continuidad y sobre todo nos dedicamos a hacer canciones, las variaciones que puede haber entre disco y disco pueden ser motivadas por una acción-reacción, no es lo mismo grabar con una persona que con otra, eso lo hace cambiar y realmente el momento personal de cada uno influye en cómo abordamos cada grabación. Recuerdo cuando hicimos el primer que era muy pop y muy directo y después el segundo fue casi todo lo contrario: Canciones muy largas, mucho más ruido. Con Radio nuestro productor nos decía «Parece que Pau solo quiere tocar los teclados» y al final, pues compramos unos teclados. De esta forma vas haciendo camino. Por ejemplo, en Universal es un disco muy acústico, Fue Eléctrico fue otra vez una reacción a todas estas cosas y ahora de repente en este disco hay un poco de todo, es heterogéneo, incluso experimentos bailables, setenteros muy al estilo de The Cardigans o Tahiti 80 incluso el estribillo de Nuestro Momento tiene cierto punto disco, pero luego por otro lado tenemos canciones más lentas como 24 de marzo o más guitarreras.

Creo que hay una serie de coordenadas donde nos sentimos bien y los cinco creo que tenemos el punto de encuentro, aunque coincidimos en muchos gustos hay cosas que si hiciera solo las haría de forma diferente pero como hay consenso, esto hace que los discos se vayan moviendo, cambiando, mutando. Este disco al final recoge todo lo que nos ha ido interesando en todos estos años y la experiencia personal más marcada que nunca.

Luego, por ejemplo, hace poco hemos tocado en acústico en FNAC y nos hemos dado cuenta gracias a nuestra manager de lo bien que suenan las canciones en acústico y eso es una cosa importante también, el poder desnudar las canciones y dejarlas con una guitarra y una voz, un piano y una voz y en este aspecto creo que lo importante son las canciones, luego ya las vistes como quieras y casi cualquier canción se puede deconstruir, trocear incluso putear al máximo (risas). Las cosas se hacen como van viniendo.

¿Se han quedado canciones en el tintero? ¿Cómo ha sido el proceso de elección de las canciones que han entrado al final en Sagrado corazón?

Jorge: Sí se han quedado canciones fuera. Se han ido descartando por nosotros, por el productor o el tipo de canción. Teníamos muchos medios tiempos, al final hay que quitar canciones de este tipo porque sino queda muy homogéneo y lineal. Por otro lado tenemos un productor que tiene mucha importancia en las grabaciones y nos dijo de elegir doce o trece canciones y vamos a trabajar estas para no dispersarnos. Realmente en este disco hemos recuperado tres o cuatro canciones de otras épocas y las hemos trabajado como lo hacemos ahora, sacándolas el rendimiento y partido que merecían. Por ejemplo, Taxi a Venus podía haber estado en el anterior disco pero no la hubiéramos trabajado como se merecía. Se han quedado unas diez canciones.

¿Darían para otro disco?

Pau: Bueno, hemos sacado dos canciones extra a través de Spotify y con el tiempo iremos acabándolas y las buenas irán viendo la luz como merezcan.

Jorge: También al escuchar el disco en todas partes e incluso al tocarlo, acabas un poco saturado e incluso no sabes ya si te gusta o no y seguro que en unos meses, vuelves a casa, coges el ordenador y y te pones a escuchar las que dejaste fuera y dices, «Oye, ¿Y las que dejamos fuera? La tendríamos que haber metido«. De repente te molan más de las que ya están en el disco, es una cosa que suele pasar. Pero bueno, creo que las retomaremos, podrían haber estado en el disco, pero por ahora no ha sido así pero esto también pasa cuando tienes muchas canciones y muchos discos.

 ¿Cómo han sido las primeras reacciones al oír los temas de Sagrado Corazón en directo?

Pau: Para haberlo tocado entero en directo, que ya es algo raro, y que encima no lo conocieran, la reacción ha sido inmejorable. De hecho la gente se había molestado en escuchar los adelantos y aunque tú pienses que una canción es muy buena, no sabes nada de ella hasta que no la confrontas con el público, no sabes si mantiene el nivel y lo que sientes al tocarla.

Jorge: Lo del jueves 31 en la Joy Eslava fue un vacile, la verdad (risas), después dijimos: «Nos hemos cascado el disco entero«. Eso es una cosa que nunca hemos hecho, ni con el primer disco nos dejábamos alguna, tocábamos de las maquetas pero aquí dijimos que tocábamos las diez.

¿Os ha gustado la experiencia?

Jorge: La verdad es que sí. Somos un grupo que tocamos bastante así que renovar el repertorio es chulo. Luego irán quedando las canciones que se han abierto camino, las que mejor suenan, las que mejor toquemos o las que más gusten a la gente; siempre pivotamos entre estas coordenadas también: lo que te gusta tocar, lo que tienes que tocar y lo que le gusta a la gente. No somos el típico grupo que se pone a tocar las desconocidas o las caras B, siempre se puede recuperar alguna. Por eso lo del otro día fue un poco atípico, creo que cualquiera que seamos un poco fan de algún grupo quieres que te toquen los clásicos, eso de que te toquen las canciones nuevas a veces pasa en festivales para presentar.

Desde Fue Eléctrico vuestra música se ha vuelto muy luminosa y también con melodías muy características, aunque hay huecos para medios tiempos como Ahora todo es posible. ¿Hacia dónde va el sonido de La Habitación Roja?

Pau: En realidad, evoluciona hacia muchas, son campos abiertos, desde 24 de marzo que es una balada que podía haber sido hecha en el año 69 hasta Nuestro Momento que es un tema de baile, las coordenadas con el tiempo se van estirando un poquito más. No creo que hagamos reggae (risas) aunque a mí me gusta.

En varias ocasiones os hemos visto comentar que ya tenéis una edad, entendemos que lo decís porque la edad otorga siempre otra perspectiva. ¿La madurez os ha vuelto más sensibles?

Pau: Más que más sensibles, uno de da cuenta de que las cosas, aunque lejanamente, van a acabar. Vas viendo más gente cercana que tiene enfermedades o incluso gente de nuestra generación que ha muerto; en vez de ir corriendo hacia delante, uno se para y piensa en lo que está haciendo. Sobre todo la reacción ante esto es disfrutar las cosas más. De lo que tenemos, de los conciertos, de los viajes o de comer juntos, la verdad que la música te hace vivir muchas aventuras, nos exige mucho pero también nos está dando mucho por otro lado.

Jorge: A nivel personal también se nota. En mi caso yo que tengo hijas también te cambia mucho. No sé si te hace más sensible pero sí que de repente te hace más reflexivo. Cuando eres joven crees que todo va a ser así para siempre, no eres consciente del paso del tiempo. Es algo que siempre está reflejado en nuestras canciones, muchas de nuestras serigrafías de los carteles se basan en este tema simbolizado con relojes; es algo que está mucho en mis letras y yo sí que soy más consciente. Tú no te ves, pero sí ves fotos y te das cuenta.

Nos vemos bastante bien para la edad que tenemos, pero el tiempo es implacable. Creo que es importante como músicos y como personas también que nunca hemos dado el éxito ni las cosas buenas por sentadas; el hecho de ser conscientes de lo que nos estaba pasando nos hace apreciar mucho lo bueno. Nos hace saborear las buenas y relativizar las malas. Sí que somos más sensibles como músicos o al menos intentamos no perderla, pero por ejemplo somos más fuertes ante inconvenientes y problemas. Yo creo que es bueno mantener el espíritu alto, la motivación y las ganas, es muy importante mantener la frescura. Por ejemplo, hay muchos grupos que envejecen en edad y mentalmente, y eso nosotros lo hemos hecho bastante bien. Veo muy buena actitud por parte nuestra en los conciertos, creo que el público lo siente y se transmite, se crea una comunión público-grupo muy importante. Esperamos envejecer con dignidad, me imagino perfectamente tocando cualquiera de nuestras canciones dentro de veinte años, si se da el caso.

Pau: Algunos tenemos una edad, otros no tanto, te aseguro que los más jóvenes son los más viejos (risas).

Por otro lado, hay temas sorprendentes como You Gotta Be Cool, mucho más desenfadados, ¿Esta madurez os da más alas para plantear el disco u os vuelve más exigentes?

Jorge: Yo creo que es una canción más de La Habitación Roja pero que tiene un punto fresco y moderno, si en vez de decir «You gotta be cool» hubiéramos dicho otra frase en castellano probablemente nadie diría nada de esto. Surgió como una anécdota y es una canción que me gusta mucho, es muy divertida y, ¡la culpa es mía!. Yo pensé que tras la maqueta, no había nada más cool que esa frase. Y también pensé que llevaba veinte años en la música y que podíamos probar; si genera controversia pues mira, por algo será, aunque creemos que les gustará más a gente que no conoce al grupo que a los fans, aunque ha creado opiniones encontradas.

Leyendo entre líneas L’Albufera es un bonito homenaje a vuestra tierra, ¿Cómo veis la escena musical en vuestra zona?

Jorge: Nunca hemos esperado nada de nadie ni nos lo hemos planteado, aunque al cambiar el gobierno quizás se mueva algo, más que apoyo a los grupos hay más apoyo a quiénes tratan de hacer cosas.

Pau: Yo me conformo con que no nos puteen, es un poco como el fútbol: tienes un defensa y ya te conformas con la que van hacia fuera, no te las metan dentro. Ha habido todo tipo de trabas, ahora viendo lo que ha hecho Ada Colau en Barcelona permitiendo tocar en los bares ya sería una pasada, que hubiera más legislación sobre el asunto. Otra cosa que me gusta es que dejen entrar a menores a las salas, para crear cantera, que puedan llevar a hijos o a gente joven, son medidas necesarias. Hablando de los grupos, la verdad es que nunca nos han regalado nada.

Jordi: La verdad es que hay un montón de grupos guays pero la pena es que no trascienden tanto como por ejemplo podemos hacerlo nosotros. Sí es cierto que en Valencia hay actividad de grupos haciendo cosas, festivales como el Deleste o Les Arts además de por tener buen tiempo tenemos otros festivales de los más importantes como el Low, FIB o Arenal, en ese sentimos que sí goza de buena salud.

Por otro lado, no hay que caer en el victimismo del no nos ayudan: hay un circuito de salas que está bien, hay medios, podría ser mejor todo pero sí hay recursos, podría ser peor.

Pau: Siempre hemos huido del rollo del victimismo. Está claro que hoy en día habiendo internet…

Jordi: Lo que está claro que la gente que pierde el tiempo quejándose, no está tocando y ensayando, no está componiendo. Hay muchos grupos que están saliendo a hacer giras europeas y no se quejan tanto, les va bien por eso. Los grupos van por libre, no es un gremio organizado.

Pau: Las buenas canciones siempre se abren paso…¡Las malas también! (risas)

¿Qué consejo le daríais a las bandas que comienzan en esta bonita pero competitiva industria?

Jorge: Que lo dejen, que lo dejen, que abran un todo a 100 (risas). Hay que hacer lo que te gusta, cómo te gusta y pasártelo bien, es algo creativo. Por ejemplo, mis hijas han comenzado a tocar instrumentos y hacer conciertos, yo veo que se lo pasan bien; si algún día me dicen «Qué mal papá fuiste» seguro que sacan algo positivo de todo esto, es una parte educativa. La música es algo bonito y positivo y mientras hace música, no atracas bancos, sino que canalizas tus sentimientos.

Jordi: Lo que está claro que el equipo no hace al músico. Tener una guitarra buena está bien, pero lo importante es tener una idea para sacar una canción a través de los sentimientos y dar valor, si crees en ello, hay que ir con ello a muerte. También hay que ser autocrítico, cuando haces una canción que te parece una mierda, pues los vemos entre todos y decimos «Oye, esto no va a ningún sitio«. El tema es pasarlo bien.

Aunque ya ha habido varios conciertos de presentación ¿Qué se pueden encontrar vuestros fieles seguidores en los directos? ¿Se recuperan temas antiguos, alguna versión inesperada?

Pau: Somos un grupo que en esto está claro, el grueso es el nuevo disco pero siempre tienes alguna mejora técnica a nivel de equipo técnico y humano y ofrecer el mejor concierto, no solemos salirnos de la norma. Llevamos nuestras mejores canciones y las tocamos bastante bien. Vamos, no vamos a poner fuegos articiales, pero bueno, una buena traca no estaría mal, que somos valencianos (risas).

Jorge: Realmente somos un grupo de cinco personas interpretando nuestras canciones, sí solemos recuperar alguna canción. Alguna vez hemos hecho versiones, estás en el bis, son cosas que surgen en el momento. De hecho en México, con motivo del veinte aniversario, hemos tocado Boys don’t cry, que ya la tocábamos antes incluso de que Pau estuviera en la banda.

Tenéis una conexión muy bonita con el público, hay un clima de respeto que os habéis ganado a base de trabajo constante, ¿Cuál es el recuerdo más intenso que tenéis de alguna gira, algún detalle inolvidable?

Pau: Hemos visto de todo, desde gente que se casa hasta gente que se separa. El otro día estuvo un chico que nos contó que su novia había tenido una enfermedad y que nuestra música siempre estuvo ahí de forma anímica. Nuestro caso es algo privilegiado.

Jorge: Peña que se tatúa frases nuestras, yo pienso: ¿Tu madre ha visto esto? Hay gente que considera que nuestra música es la banda sonora de su vida y a nosotros, como banda, es lo más grande que nos puede pasar. Veo las cosas que la gente nos dice y escribe, vemos sus caras, estamos provocando en la gente lo que en nosotros han provocado otras bandas y eso, cuando empuñas la guitarra, decides estar al otro lado y subirte a un escenario a hacer canciones, nadie da por sentado que todo esto va a salir bien y vas a poder vivir de ello ni por asomo, menos aún ser algo importante en la vida de los demás. A mí esto me da mucho sentido a lo que hago.

En mi casa siempre me han dicho que me dedicara a lo mío pero luego cuando van a algún concierto o les enseño lo que escribe la gente, son conscientes de que con la música puedes hacer el bien. Jordi, tú dejaste la carrera por dedicarte a esto, ¿qué piensan tus padres de ello?

Jordi: Todos los padres desean lo mejor para sus hijos, debería haber acabado la carrera, pero es lo que hay.

Este año volveréis a tocar en el FIB, uno de los festivales que funciona como un gran expositor para las bandas nacionales, ¿Qué supone estar en el line up de un certamen con tanta proyección internacional?

Pau: Pues estamos muy contentos de volver a un festival donde el grupo ha tocado unas cuantas veces. Además vamos al escenario grande, con buena hora y un día guay, estamos muy contentos. Nosotros hemos crecido como grupo a la sombra de los grandes grupos que han ido a tocar al FIB, entendiendo como sombra como bandas referentes que han encabezado el cartel del festival, sobre todo en las primeras ediciones. Es algo muy importante para poder defender nuestro disco.

Jorge: Hay una serie de festivales en España que son un grand slam, como el Primavera Sound, FIB y ahora el BBK en cuanto a tamaño aunque nos gusta tocar en todo tipo de festivales, sala, fiestas patronales, siempre intentamos disfrutar cualquier lugar y cualquier formato, sea eléctrico o acústico. Yo antes solía decir que antes del FIB no había nada, y de alguna manera, yo que fui a la primera edición y a casi todas, alguien dijo: «Van a hacer un festival en la Comunidad Valenciana y van a tocar The Charlatans, Ride…» y claro, estamos hablando de una época donde unas 8.000 personas que venían de cualquier parte de España y les gustaba una serie de grupos que no era como ahora. Tú decías que te gustaban The Lemonheads o Teenage Fanclub y nadie tenía ni idea, ahora el rollo independiente está en las películas, en los anuncios; los grupos independientes llenan pabellones.

La historia es que el FIB fue el comienzo de algo, además, se apoyaba mucho a la escena local independiente, llegamos a vender 200 discos y 150 camisetas en los tenderetes, eso era de locos. Era el despertar de algo y ha venido lo que ha venido, pero no ha tenido parangón. Lo recuerdo como una época muy bonita y muy naïf porque tocabas al lado de grupos muy profesionales, eso era flipante, ahora los grupos van más preparados y son más pro. Algo ha salido de todo esto, de hecho, sigo siendo fan de aquellos grupos que tocaban como Los Planetas o La Buena Vida, tenían algo especial; ahora tocamos con grupos de otras generaciones, pero lo importante es la música.

Por último, sois conscientes de que vuestra música hace de lazo de unión de generaciones, ha sobrevivido a los décadas y permanece en el recuerdo, ¿Qué es lo que esperáis de estos tiempos que corren?

Pau: Lo has descrito muy bien y lo más importante será que dentro de veinte años siga viniendo gente de veinte años.

Jorge: Lo veo todo desde otra perspectiva pero me flipa nuestro rollo intergeneracional, es una de las cosas más bonitas que nos está pasando, el ver a nuestros fans, gente joven y aún más joven, como pasa en México. En algunos conciertos que hemos visto en Estados Unidos y veíamos al público donde iban padres con hijos, hermanos, tíos, todos en familia y todos fans, en España no suele pasar. Pero lo guay es que la gente de siempre permanezca pero necesitamos relevo generación para mantener la chispa, es necesario. Además, el rock no es mainstream, no es la corriente principal del divertimento y el ocio para la gente, no es el rock la máxima expresión, desde los 90 al rock no hay adicción.

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