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Iván y Amaro Ferreiro: «La vida es un 10% lo que te pasa y un 90% cómo te lo tomas»

Las entrevistas deberían hacerse en lugares comunes. Lugares acogedores y bonitos. Es algo que uno siempre piensa. Iván y su hermano, Amaro Ferreiro, aparecían por el pasillo del edificio principal del sello discográfico que les respalda en España. Sonrientes y expectantes. Entramos en la salita e Iván le preguntó a una de las chicas «Lo único… ¿Aquí se puede fumar?«. La chica asintió mientras sonreía también y explicaba como abrir la ventana.

Hechas las presentaciones, sentados los tres, Iván volvió a exclamar algo: «Es la hostia. Hace unos años venías aquí, cuando la cosa estaba bien, y cogías casi cinco discos de cada grupo grande. De los grupos gordos. Se notaba cómo estaba todo. Recuerdo que, una vez, llevaba la maleta tan llena – cuando aún no se facturaba por peso – imagínate, que me hicieron pagar por exceso de equipaje. Y ahora, fíjate, cómo ha cambiado…»

Entonces uno, que tiende a pensar en el entorno, cae en la cuenta de que lo importante son las personas que tiene delante. Y su conversación.

CRAZYMINDS: Val Miñor Madrid es un título un poco arriesgado. Se supone que concentra la cronología, precisamente, que comprende el viaje de tu vida. Los viajes, como tal, están siempre muy presentes en tu música. ¿Qué crees que ha cambiado en ti para poder poner música a esta última etapa más cercana?

Iván: No sé, yo no creo que sea una cuestión de hablar sólo de una etapa. Yo creo que nosotros siempre que hacemos los discos – o las canciones – tratamos de que tengan varios significados distintos. Y yo creo que, en este caso, lo que intentamos es que esos significados mientras que esta vez las canciones sí son más concretas, hay menos lugar para la interpretación, mientras que antes hacíamos canciones que si tú lo pensabas, a lo mejor la oías y te parecía que contaba algo muy terrible, y de repente lo pensabas bien y te dabas cuenta de que te estaba contando algo bonito también. Aunque las palabras te fueran despistando. Jugábamos muchas veces a que las cosas dijeran lo que decían y lo contrario. En este caso el juego va por otro sitio, ¿no? Y de alguna manera también el juego está en el título. Me refiero, nosotros no hemos nacido ni en Val Miñor ni en Madrid, hemos nacido en Vigo. Y, realmente, aunque tenemos casa en Val Miñor y casa en Madrid, no vivimos en ningún sitio realmente. Yo hace mucho rato que sí me siento en mi casa cuando llego a mi casa de Galicia, o cuando llego aquí a Madrid, también estoy en casa, pero nunca me da tiempo a tener hogar, de alguna manera.

Amaro: A lo largo de los años, donde menos estamos precisamente será en Madrid y en Val Miñor porque al final siempre estamos en cualquier otro sitio.

Iván: Entonces de alguna forma nosotros lo que queríamos era decir, mira, por un lado te vamos a contar lo que nos va pasando día a día, pero por otro lado te estamos contando todo lo que no nos pasa, de una forma. Y aunque yo creo que los discos hablan de Madrid y de Val Miñor, de alguna manera también hablan de lo contrario. De todo lo que no es Val Miñor y todo lo que no es Madrid.

Amaro: Todo lo que está en medio. Entre Val Miñor y Madrid. Muchas veces cuentan lo que pasa en el medio de llegar a Val Miñor o llegar a otro sitio.

Iván: Y a veces no es geográfico exactamente. Me refiero, para nosotros Barcelona está entre Val Miñor y Madrid. No es una recta.

Amaro: No es una línea recta es… Es una línea cuántica.

(Ríen)

Iván: Efectivamente.

C: Sobre esto que estabAis diciendo ahora de que las canciones, esta vez, parecen más luminosas, no son tan terribles a lo mejor, ¿estáis de acuerdo en eso?

Iván: Yo sí estoy de acuerdo en lo que se refiere a musicalmente, creo, y de ciertos mensajes. Pero yo creo que en todos los discos de alguna forma, aunque fueran un poco más oscuros, o se enfocaran desde otros sitios siempre buscábamos la luz de alguna manera.

Amaro: Sí, yo creo que siempre hemos tratado de buscar la luz. Pero, sin duda, lo que está claro es que nuestra vida en los últimos años ha sido…

Iván: Más luminosa.

Amaro: Entonces seguramente eso se traslada a la música, pero no es como algo que hayamos querido hacer premeditadamente, sino que es un reflejo de dónde estamos.

Iván: Bueno, sí hay algo de premeditado, es decir, de alguna forma, nosotros íbamos haciendo los discos y nuestra vida personal ha ido muy relacionada con nuestros discos y nuestras canciones. Entonces, nosotros que somos personas básicamente optimistas, entonces… creo que en los otros discos contábamos lo que nos pasaba desde el sitio en el que estábamos que no eran sitios tan buenos como en el que estamos ahora a nivel personal por cuestiones. Hijos, familia, novias, lo que sea. Y nosotros sí creo que buscábamos esa belleza, y de hecho, para nosotros esos discos contenían esa belleza, mucho más que la parte terrible. Lo que pasa es que para nosotros era imposible contar una historia desde un sitio que está rodeado de basura… No contábamos fábulas. No somos unos tíos a los que nos guste mucho la fábula a no ser que la hagamos muy a lo bestia. Entonces sí que creo que este año teníamos todo a nuestro favor en un montón de sentidos y la música que nos salía, los propios acordes, las propias melodías, y lo que queríamos contar no era, no teníamos mucha mierda con la que comparar las cosas, entonces, quedó menos comparativa. (Risas)

Amaro: Sí, yo creo que antes, no sé, quizá nuestra situación, nuestros problemas, nos impedían ver más allá de muchas cosas. Ahora es como que está todo más claro, y puedes ver con una mirada más limpia las cosas.

Iván: Y luego que teníamos ganas de alguna forma de hacer un disco más alegre. Sí había una cierta premeditación. Lo que pasa es que no nos salió tan bien, en el sentido de que si te fijas también hay muchas canciones melancólicas en el disco (sonríe), pero sí que por lo menos hay representantes de lo que podría ser un poco de alegría ¿no?

Alegría sin más, además. Queríamos hablar de la luz y de la positividad desde todos los puntos de vista. Como solemos hacer. Por lo menos para nosotros. Y queríamos felicidad plena en algunos sin explicación – lo que llamamos la felicidad de los gilipollas, y luego está una felicidad más compleja. Hay gente que, por ejemplo, Twin Peaks la ve una canción tal, pero para mí es una canción que habla realmente de la felicidad. Hace un apunte sobre las cosas malas en algún momento, habla de todo lo bueno que vendrá. Y, no sé, me parece mucho más profunda que…

Amaro: Sí había mucha felicidad con este disco, pero yo creo que es más como serenidad. Como ver las cosas un poco desde otro punto de vista. Con calma quizá.

C: ¿Cómo ha sido el trabajo con Ricky Falkner?

Iván: Pues perfecto, la verdad. Ha sido…

Amaro: Brutal, maravilloso.

Iván: Sí, muy fácil, muy fácil. Ya nos habíamos hecho muy amigos de Ricky. Y ya nos llevábamos muy bien, ya era uno de nuestros amigos habituales. Teníamos nuestras mejores reuniones y bueno, primero hicimos la gira de Picnic con Standstill y ahí ya nos conocíamos pero fue cuando nos hicimos realmente amigos. Luego él trabajó en Confesiones… con nosotros, en la promo coincidimos mucho en Madrid y estuvimos mucho con el mundo de Barcelona. De hecho, creo que eso marca también por qué nos vamos a Barcelona a grabar. Y la verdad es que con Ricky es una gozada. Es un músico excepcional y tiene ideas todo el rato y trabaja para la canción, y se parece mucho a nosotros en cómo trabaja.

Amaro: Su forma de trabajar es lo más parecido y más cercano a cómo trabajamos Iván y yo a lo mejor una maqueta, pero bueno, él haciéndolo de verdad y nosotros de mentira.

Iván: Tiene una forma de trabajar parecida a nosotros, trabaja con Santos y Florenci, pero él también reparte ese trabajo con ellos, en el sentido de que si Santos se encarga de la mesa, Florenci se va a encargar de cosas de teclados, de arreglar movidas. Entonces, de alguna manera en este disco sí que era necesario que cada uno hiciera su parte. Entonces, yo soy cantante y toco el teclado, da igual si hice la canción o quien la hizo. ¿Qué necesitamos? Que suene de esta manera, vale, pues tú tocas esto, tú tocas esto, y entonces Ricky organiza ese trabajo, y lo va completando y realmente yo no dije ni mú en toda la grabación.

Amaro: Cuando entramos en el estudio la única premisa era «el productor manda».

Iván: El productor manda ¿sabes?

Amaro: Y nosotros estábamos ahí…

Iván: Nosotros llegábamos allí, nos sentábamos, «¿qué quieres?»

Amaro: ‘Toca aquí», «Vale, pues toco».

Iván: ‘Toco».

Amaro: «Canta». «Vale, pues canto».

Iván: «Aquí hay que hacer coros» «Vale». «¿A ti te gustan los coros?» «Me dan igual». Y cuando él no sabía y nos miraba: «Vale, ¿qué hacemos?» «Elige. Decide tú». Yo creo que opiné en dos cosas, una en la grabación y una en la mezcla. Así, cosas así. Pero cosas así de pequeñitas (dice Iván estrechando los dedos para mostrar el tamaño). No es que dijera, «No, no, hay que cambiar todo». Fue, «No, mira, ¿por qué no empieza la batería aquí?» «Hostia, vale, ¡sí!». Nunca más volví a hablar. Y en la mezcla, después de oírla un montón, el último día ya me dije, «¿podéis quitar los coros de la segunda estrofa de no sé qué?» «Sí» (Risas) Y es que ni se nota, yo te digo que te pongo las mezclas y no te enteras.

C: Cada vez parece más natural todo lo que rodea a las canciones y las historias. A mí, personalmente, me impresiona la narrativa, la delicadeza y la rotundidad de las historias. ¿Qué considerarías que resulta más inspirador? Un lugar, una sensación, algún sitio en el que estés especialmente a gusto…

Iván: Va un poco de eso. Todo, me refiero. Yo creo que las mujeres nos inspiran siempre. Y al final acabamos hablando de mujeres casi todo el rato, de alguna forma, ¿no? A veces tratamos de hacerlo para que también sirva para los hombres, pero las mujeres están todo el rato ahí.

Amaro: Sí, pero sin duda, creo que la mayor inspiración para nosotros este año ha sido trabajar. Poder trabajar.

Iván: Sí.

Amaro: Tiene positivismo el disco, y está en otro sitio. Pero yo creo que es porque, por suerte, hemos podido trabajar durante dos años muy bien. Y somos unos afortunados en eso. Y eso nos ha dado la inspiración para hacer estas canciones.

Iván: Sí, porque hubo ocasiones en las que de repente hacíamos una gira larga y no componíamos casi por el medio. Porque nos dedicábamos a otras cosas, y después llega el momento de «venga, vamos a componer», y de repente nos poníamos durante ocho meses a componer canciones, y estaba bien, ¿sabes? Pero…

Amaro: Pero ahora hemos hecho la mezcla perfecta entre ir a tocar el fin de semana y llegar y…

Iván: Trabajar toda la semana.

Amaro: Trabajar en ello.

Iván: Lo que hemos trabajado estos dos últimos años era mucho, a veces tocábamos miércoles, jueves, viernes, sábado. Otros días era viernes y sábado. Otros días era el sábado pero sí, tocábamos todas las semanas. Tocábamos, el domingo llegábamos a casa y el lunes por la mañana estábamos trabajando. Cuando no estábamos juntos porque estábamos en Gondomar o en Val Miñor, pues el lunes ya, casi siempre, Amaro tenía una idea, yo tenía otra idea, y teníamos una idea en común para grabar. Esa semana nos dedicábamos a grabar dos o tres temas, nos íbamos a tocar, a lo mejor volvíamos y lo retocábamos. Y volvíamos a cambiar la letra, me refiero, trabajábamos. Fue genial porque pudimos trabajar mucho los temas, trabajarlos bien a nivel de escribirlos. Cuando se los damos a Ricky estaban ya bastante acabados en ese sentido.

Amaro: A veces haces una canción por la semana pero no puedes grabarla porque no te da tiempo, o te tienes que ir a tocar otra vez. Pero ya vuelves con las ganas de retomar eso que habías dejado.

Iván: Claro, pues a lo mejor durante una semana llegábamos y el lunes terminábamos de grabar una cosa que teníamos. Y el martes surgía una idea, y el martes nos poníamos a escribirla, y mientras que hay canciones que salen en el mismo día hay otras que te das cuenta que no, que hace falta otra parte. Estábamos hasta tarde a lo mejor, pero a la hora de cenar ¡para casa! Nos metimos alguna semana de grabación…

Amaro: Sí, pero…

Iván: De grabación-composición, que también es muy gratificante.

Amaro: Pero la normalidad fue…

Iván: Pero la normalidad fue 9 de la noche, venga, hacemos la cena, pum. Cada uno a su movida… «¿Quedamos mañana?» «Sí, venga, quedamos mañana». Por mi parte, en las letras, yo noto que cuando hacía los otros discos estaba obsesionado todo el rato con escribir y no había un tío tocando. Equilibrando la balanza. Me refiero a que creo que tocar, escribir y grabar son tres cosas de puta madre que se enganchan de la hostia. Y este disco hicimos todo juntos. Es decir, aunque luego grabemos el disco aparte, las grabaciones que nosotros hacemos son muy curativas, porque nosotros es que llevamos las canciones pero hasta que las grabamos no las escuchamos, igual que vosotros. Es decir, hay que terminarla. Y el punto ese de tocar-escribir-grabar, tocar-escribir-grabar, yo creo que es lo que hizo que estuviéramos todo el rato casi para arriba.

Amaro: Claro, que la inspiración al final es una cosa como muy etérea. No creo mucho en la inspiración.

Iván: Creo que ninguno de los dos creemos absolutamente nada en la inspiración.

C: Los grupos cuando empiezan parten de nada. Es decir, tienen historias que comparten con la gente porque están, digamos, en la misma dinámica vital. Las historias de los comienzos enganchan muy fácil porque son más cercanas a la vida de las personas. Cuando ya tienes una trayectoria, supongo que las historias cambiarán en algún punto. Hay cosas comunes, pero el hecho de estar girando, moviéndote casi todo el tiempo, reduce un poco las realidad de las historias. ¿Cómo se mantienen esos relatos? Porque no es común salir a tocar todos los fines de semana. Cambia algo desde el principio.

Iván: Sí, pero al final, imagínate que tocamos una semana tres días. En total son seis horas de escenario respecto a una semana entera de vida.

Amaro: Creo que la vida sigue siendo la misma. Las relaciones con las personas. Da igual que te relaciones con tus amigos saliendo el fin de semana cuando tienes veinte años que te relaciones con tus compañeros tocando el fin de semana. Después está la vida real a lo largo de la semana.

Iván: Sin contar que, por un lado, yo creo que hay una cosa que es común a todo, me refiero, las emociones, o cuando uno se enamora o cuando tal, son comunes todo el tiempo y supongo que las canciones de pop son una metáfora sobre la vida, ¿no? Y nosotros, incluso para hablar de nuestra propia vida lo que hacemos es hacer historias de ciencia ficción. Y las historias de ciencia ficción le gustan a la gente porque hablan de ellos también. Es decir, para eso están las cosas. Pero sí, creo que hay de alguna forma una parte que no tiene que ver con la vida de los demás donde a la gente le gusta imaginarse. A mí me pasaba cuando oía canciones. Que pensaba que era increíble que un tipo que estaba de gira todo el rato sintiera las mismas cosas que sentía yo, por lo tanto mi vida ya tenía algo de rock. Y hay algo de realidad reflejada en lo que está contando Mick Jagger. O Morrissey. Morrissey llega y te cuenta una historia a veces sobre dos tíos, que se van a quedar detrás de un parque para echarse un polvo, ¿sabes? Y yo lo veo a mi puta manera, para eso están las canciones. Bowie hacía canciones que iban sobre algo que no tenía que ver con las personas muchas veces. Eran personajes extraterrestres o lo que sea y, sin embargo, por ejemplo, te cuentan una historia de un robot y el robot, de repente, llega y abraza a alguien y te emociona muchísimo que lo haga. No sé.

Amaro: Sí, antes quizá existía más el estereotipo de músico de rock, que tenía una vida diferente. Pero yo creo que actualmente la gente, aunque no se dedique a hacer música, vive una vida más cercana al rock de la manera en que hay una estabilidad, una inestabilidad, la gente viaja mucho, ahora con cualquier trabajo puedes tener que viajar mucho por ahí. O sea, que no creo que la gente que toque tenga algo muy especial. O algo especial-único que no haga otra mucha. Las vidas al final son iguales. Son bastante parecidas. La vida es el 10% lo que te pasa y el 90% cómo te lo tomas.

Iván: Claro. Mira, si tú te vienes el lunes que viene conmigo a mi casa verás que llego a Gondomar. Tengo que abrir una puerta. Donde yo vivo tengo que bajar la basura en coche porque es un pueblo y no tengo cubo de basura al lado. Entonces tengo que llegar a unos cubos de basura, subirlos al rollo, bajo al pueblo, tiro la basura, voy al supermercado, saludo a la cajera. Me refiero, no hay nada especial en absoluto. En mi pueblo llevan viéndome toda la vida, no llego y hay fotógrafos esperando. No existe el rock. Al final, lo que tengo es la misma vida que los demás, sólo que con algunos problemas más. Porque es más complicado ser padre estando de gira, pero de la misma manera que es más complicado ser padre siendo marinero. Lo que quiero decir es que te puedo mostrar veinte profesiones que son mucho más duras, en el sentido del rock, que el rock. Un camionero es rock n’ roll todo el rato. Y si nos ponemos en el lado salvaje, en el que nosotros no vivimos, pero si fuera una fiesta de cocaína y mujeres ¿sabes? Cualquiera hoy en día que tenga un poco de cabeza o tal sabe encontrar cocaína y mujeres.

Amaro: El rock se ha democratizado.

Iván: Me refiero que los ricos viven mucho más el rock que nosotros. Los ricos viven de puta madre y pueden irse a Londres a comprar ropa y contratar una puta de lujo. Yo qué sé. Es que no sé lo que sería distinto o tal, pero yo tengo más amigos puteros que no se dedican a la música que amigos músicos que sean puteros. Pero muchos más. Y hay tantas infidelidades entre la gente normal como infidelidades en el mundo del rock. Es más, si te digo la verdad, en el rock, y en la música, la gente tiende a la fidelidad generalmente. Aunque la gente crea que hay un montón de estereotipos muy marcados, luego no existen. La cosa es que si un bajista que va de gira con no sé quién y le pone los cuernos a la novia es como un rollo del rock. Pero, sin embargo, si lo hace el pavo del banco, se está follando a su secretaria, no tiene rock n’ roll. Pues me parece que tiene mucho más rock n’ roll. Lo del tío del banco me parece estar mucho más al límite. Joder, que hay como muchos aspectos que la gente cree que son de una forma y mira, al final es un trabajo. Vas a tocar, es un trabajo bonito. Pero de la misma manera que nuestro colega que diseña barcos tiene un trabajo de puta madre y va por las mañanas y diseña un puto trasatlántico, sabes.

C: Existe una vertiente del público que opina, con la validez que tienen estas cosas, que hay una parte de Iván Ferreiro triste, que es algo ñoña, que hay rabia. Que hay convencionalismo. Si tuvieses que escoger un par de calificativos, sin caer en etiquetas, con qué te gustaría que se identificase tu música.

Iván: Pff. No tengo ni idea. No tengo ni idea ni es mi trabajo. Pero te lo intento explicar…

Amaro: Buenas canciones.

Iván: Nosotros tratamos de hacer buenas canciones. Una buena frase sería «intenta hacer buenas canciones«, estaría bien. Intentamos hacer la mejor canción posible.

C: ¿Qué esperas que aporte el nuevo disco – y su gira – a tu vida?

Iván: Realmente, nosotros vivimos de gira en gira y de disco en disco. Es nuestro trabajo. De la misma manera que el notario va de firma en firma. Realmente lo bueno que tenemos nosotros es que podemos imprimirle una energía a lo que vamos a hacer ese año. Porque al final vamos a acabar relacionados con las canciones, en el escenario vamos a acabar relacionándonos con ellas todo el rato. Entonces, yo este año espero que nos de todo lo que dice el disco que nos debería dar. De alguna forma nuestros discos hablan también de lo que esperamos que el propio disco nos de, ¿no?

C: El hecho de que el disco, en este caso, sea más luminoso, ¿creéis que hará que la gira sea también más positiva?

Amaro: Esperamos que sí.

Iván: La verdad es que la última gira fue muy graciosa. Y muy simpática.

Amaro: Lo pasamos muy bien.

Iván: Y el público lo pasa bien también. Y hay mucho humor. Este año ya veníamos con un mood de tocar que, realmente, estábamos tocando a veces canciones terribles, y antes de empezar la canción ya soltábamos una charla bastante graciosa. Me refiero a que hay una parte que siempre existe en nuestras canciones que es una parte irónica. Que en el fondo, hacemos un poco el ejercicio de Morrissey ese de cantar sobre cosas terribles pero en el fondo estar un poco por encima. Que es lo que hace que las canciones sean canciones.

Amaro: Lo que esperamos es divertirnos mucho tocando con la banda. Dar buenos conciertos y disfrutarlos a tope. Y hacer una banda súper guay.

Iván: Sí.

Complicidad, simpatía, entendimiento y tranquilidad resumirían bastante bien la relación entre los hermanos Ferreiro. Y mucho amor, que siempre se hace notar.

Son la una de la tarde. Les esperan siete horas de preguntas, probablemente, menos absurdas. Nos despedimos e Iván, seguido por Amaro, se acerca a la puerta: «Voy a aprovechar para saludar a…»

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