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Niño de Elche: «Para mí lo prioritario es el discurso. La música y el sonido son herramientas que uso para hablar de cosas»

Niño de Elche es un artista inclasificable. Y eso le gusta. Provoca para estimularse y no deja de reinventarse en cada trabajo o colaboración que hace. En febrero sacó nuevo disco, Antología del cante flamenco, donde revisita la historia del flamenco… a su manera.

El título del disco, Antología del cante flamenco heterodoxo, ¿es una declaración de intenciones?

En mis títulos siempre hay una declaración de intenciones, aunque en este caso está mucho más marcado, es mucho más contundente. Dejan poca interpretación y crea un imaginario y heterodoxo rompe ese imaginario cuando vas leyéndolo. De eso trata el disco. Es una antología en el sentido de estilo, es flamenco porque lo canto como yo lo entiendo. Las dos tensiones están más en los términos de flamenco y heterodoxo.

Has incluido un total de 27 temas…

Sí, porque las antologías tienen que ser extensas, tienen que tener esta cosa grande y pesada de las referencias y de intentar hacer una mirada global de lo que es una historia. Jugamos con esa mofa, porque es una utopía que una antología logre conseguir toda esa historia.

Has trabajado con Refree en la producción y con Pedro G. Romero

Sí, es la primera vez que hago un proyecto con él y la cabeza pensante es Pedro G. Romero. Con Pedro he trabajo más en exposiciones y cosas así, y con Refree es la primera vez que afrontamos un trabajo juntos. Ha sido muy interesante, siempre digo que cuando empiezas un trabajo artístico y terminas siendo otro, es que el trabajo ha ido bien, ha sido fructífero, y es lo que ha ocurrido con esta antología.

Ha cambiado mi mirada, mi conocimiento se ha ampliado a nivel musical e histórico gracias a Pedro G. y en Refree he aprendió mucho sobre producción, me ha abierto otro plano de conocimiento y experiencia.

Es curioso también el nombre de tu segundo single, Mensaje diafónico de Val del Omar

Val del Omar es un cineasta muy referencial para mí y para cualquier persona que haya hecho cine experimental o arte sonoro. Él fue el primer experimentador en el sentido electrónico que utilizó flamenco. Sus grabaciones pueden ser lo más experimental incluso hoy en día, y hablamos de los años 50. Es un referente global que acapara muchísimas cuestiones de las que yo soy hijo. El título es de esos experimentos, de esas fórmulas que él inventó y que hoy día en el arte las tenemos normalizadas, pero que él inventó y que muchas veces se olvida.

El vídeo está dirigido por Francisco Contreras Molina, que ha logrado comprender perfectamente la métrica interna de la canción y plasmarla.

También hay una versión de Lola Flores, Rumba y Bomba de Dolores Flores

Sí. En la antología hemos hecho bastante versiones, pero no como se conocen las versiones, sino que utilizamos esas piezas para apoyarnos y hablar de otras cosas. En el libreto habla este tema de lo político en lo flamenco y lo folclórico, cómo se ha usado en concreto, porque se usa de una forma muy distinta a la forma panfletaria de los cantautores, por ejemplo, con un tema tan crucial como la bomba atómica. También lo que supone la folclórica, los arreglos de esos años de lo trash, esa relación con todas las producciones lolailo que tocaban con otros géneros prácticamente sin saberlo y trabajaban con productores extranjeros la mayoría. La relación con Warhol… Hay diferentes conexiones que la de reivindicar la figura de Lola Flores, que no creo que haya que reivindicarla tanto como el contexto y las conexiones que eso origina y de cómo se relaciones el flamenco y en la historia y hoy en día,  que es mucho más líquido y anárquico.

Es un rediscurso sobre la historia del flamenco y de su contexto, ¿no?

Sí, en el momento en el que si coges un tema y lees la historia de forma no lineal, ahí es cuando empiezan a salir cosas, paradojas, tensiones… Y en el flamenco sobre todo, que ha sido una expresión estanco. Es en los últimos años cuando se intenta cuadrar en un género. Es una expresión artística mucho más delirante en su relación política y social de lo que entendemos hoy en día.

En la nota de prensa dice: «ha conseguido aunar géneros o disciplinas como el flamenco, la electrónica, la literatura, la performance, la poesía fonética, el rock, la canción de autor y la música contemporánea»

Entre otras cosas [risas]. Es que es una forma de relacionarse, me dicen que hago muchas cosas con muchísimos artistas y yo digo que como debería hacer cualquier flamenco. Para mí, esa es la raíz de hacer flamenco: experimentar. Y esta antología lo demuestra.

El flamenco es experimentación, pero dentro del género hay una línea muy marcada

Sí, por esta cosa de entrar en los géneros, por qué entendemos como género musical… Yo eso nunca lo he entendido, soy contrario a estas programaciones de género, porque son muy reaccionarias. Cuando las ideas intentan imponerse por encima de la experiencia, es reaccionario.

Es muy difícil describir la música que haces, porque al final… ¿qué es lo que no haces?

Para mí eso es un piropo, cuando se extrañan e intentan encasillarme y no pueden. Que mi disco no pueda colocarse en una balda o en otra es un piropo y un problema a nivel industria [risas]

Es un problema, pero genera curiosidad en el público

Si no tuviésemos internet y una accesibilidad tan abierta, podemos entender que la etiqueta te sirva para saber qué es, pero hoy en día no tiene sentido. La mayoría de artistas que yo sigo y admiro son aquellos a los que no puedes catalogar.

Una canción tuya nunca se parece a otra, usas distintos discursos, introduces varios elementos…

Sí, porque para mí lo prioritario es el discurso. La música y el sonido son herramientas que uso para hablar de cosas. Si para hablar de una flor roja tengo que hacer reguetón, que nunca lo haré como se entiende en el sentido heterodoxo, ahí se desdibuja todo. De eso trata un poco esto, de apropiarte de las cosas y hacerlas lo más anárquicas posibles pero con la experiencia del trabajo. Esa es mi forma de crear, qué quiero contar y lo uso. Hay veces que no necesito la música, sino la escritura, pero sigo siendo el mismo, no hay diferencia.

Sacaste el libro No comparto los postres hace un año, ¿cómo será el siguiente?

Acabo de terminar uno de poesía y estoy deseando empezar un ensayo sobre el flamenco, aprovechando esta experiencia que he tenido para vomitarlas en un texto. A parte, saldrá un documental dentro de unos meses y una película… muy relacionado todo.

¿Te ha servido esta experiencia de la antología para hacer de todo?

Sí, porque es un discurso que toca muchísimas líneas y vertientes. Hablo no solo del flamenco, porque me interesa pero no es mi tema nuclear.

Y están preparando un documental sobre tu figura

Lo están creando ahora mismo, han grabado a la gente del disco, los colaboradores… pero tardará un poco aún.

¿No se te hace raro que hagan un documental sobre ti?

A mí se me hace raro que vaya gente a mis conciertos [risas] Es como decía Josep Pla, no sé qué interés puede haber en lo que hago. Me encanta que lo haya, es una ruptura de imaginario en mi prejuicio. Yo he empezado desde el underground, un espacio de confort pensar que a nadie le interesa, y ahora se te remueven cosas y te rompen el imaginario, tu prejuicio… Todo eso me interesa. Todo lo que sea crear interrogantes me ha interesado siempre.

El generar intriga, vamos

Sí. A mí me gusta que se cree eso, pero por mí, sobre todo. Es lo que más me apasiona. Estoy constantemente leyendo, escuchando música… Y quiero siempre generar interrogantes, y los más grandes son para los que no puedes encontrar respuesta. De eso trata la cosa.

¿Hay algún género que no te apetezca tocar nada o que ves muy lejano?

Tengo muchos prejuicios, como todo el mundo, y a nivel musical hay dos mundos en los que me cuesta mucho entrar y que por eso mismo terminaré haciendo algo con ellos: uno es el jazz y el otro es la música fado y la música brasileña. Me cuesta aún encontrar la conexión con ellos.

Igual en el siguiente disco…

El siguiente va a ser un disco totalmente diferente a este, eso te lo puedo decir. Ya está casi pensado para hacerlo.

Eres un artista un tanto insaciable

Sí [risas] No creo en la formación lineal, no soy muy seguidor de meterme en un proyecto y solo estar en ese. Tengo diferentes frentes abiertos y se van retroalimentando y se van cuestionando entre ellos. Los prejuicios solamente se pueden superar si metes la mano en la masa, desde fuera he descubierto que no se puede.

¿Alguna vez te has metido en un proyecto del que tenías un prejuicio y al salir se ha reforzardo?

Sí, sí, me ha pasado de todo. Me ha pasado que he entrado en un mundo y me he dado cuenta de que era peor de lo que pensaba, o al revés, he descubierto esos grises. Hay de todo. Lo interesante es el proceso.

¿Cómo vas a hacer con las 27 canciones en los directos?

No, claro las 27 no voy a tocar [risas] Si no, la poca gente que vaya se va a ir de allí. Es un repertorio un poco extenso pero será un directo de una duración convencional. He buscado la musicalidad, mucho más que en el disco, que he seguido una línea más lineal y he sido mucho más punky, es una escucha mucho más dura. En el directo he buscado el viaje. Pero el repertorio va a ir cambiando dependiendo del espacio, el público… Solo voy a tocar temas de  Antología.

Con la gira vas a pasar por Rotterdam, Nueva York, Miami… ¿Cómo esperas que vaya a ir?

La verdad es que no sé qué esperar. Va a ser un teatro, dentro del Festival Flamenco, por lo que me puedo coger licencias… Tengo ganas de experimentar el directo y a ver qué pasa. En Nueva York mostraré de lo que soy capaz, porque me gusta mostrar de lo que soy capaz y romper el imaginario. Me llevan un poco para mostrar esa parte, soy la rara avis.

Dentro del mundo del flamenco también eres la rara avis

Tengo algunos conocidos o amigos en le mundo del flamenco, pero no me siento reflejado por él. Para mí es una música una expresión, relaciones sociales y políticas de las que entro y salgo… Pero no me siento anclado en él. Me interesa, pero ya está.

¿Cómo has logrado que los medios más convencionales se interesen por ti?

La verdad es que no lo sé [risas] Es otro de los interrogantes que me apasiona. No sé cuánto durará esto. Yo nunca me lo esperara, estaba totalmente convencido de que mi sino era estar en los tablaos de flamenco para comer y luego irme a ensayos de teatro y performance… Y dar conciertos en el mundo underground, a los que iban unas 50 personas como mucho, y así satisfacía mi ego y mi alma. No pensaba que iba a llegar hasta aquí o a interesar a ese tipo de medios.

Al público en general le cuesta un poco cambiar de registro, y yo que encima soy muy intermitente… Pero todo esto es mucho más de lo que yo esperaba. Aunque creo que es todo muy positivo: es positivo que Sony saque un disco así, mi disco más experimental y más radical; y es positivo que los medios generalistas y de indie se interesen por ello.

Hay que intentar que no se vea como un logro de El Niño de Elche, no. Hay que intentar que sea una ruptura imaginaria para que muchos, muchas y muches podamos acceder a otros espacios. Ya hemos demostrado que se pueden romper ciertos imaginarios, pero hay que seguir trabajándolo.

Las reacciones a tu música son o de amor o de odio, no hay término medio

Bueno, a mí me gusta que se genere eso, porque es muy cercano a lo futbolístico, a la pasión flamenca, a los toros… en expresiones totalmente populistas. Creo que tienen parte de puta mierda lo que hago, y tiene parte de arte; porque no está tan lejos, el arte contemporáneo lo ha demostrado. Me gusta la pasión con la que me pueden alabar e insultar, aunque creo que no es tanto ni tan poco. Creo que mi perfil genera eso, que o me odian o me aman, pero así me quito al público políticamente correcto, que me aburre muchísimo.

Quizás tu tema más conocido es Que os follen, con otra letra puede que no hubiera funcionado tan bien…

Puede ser, la letra es importantísima en el mensaje. La posibilidad de conciencia crítica genera eso. Muchas veces lo que yo hago es coger cosas de la cotidianidad y llevarlas a otro sitio. El Que os follen fue muy relevante porque fue post 15-M, y hoy en día también está de actualidad, pero hoy en día es una actitud muy en contra de la partitocracia española. Lo importante es que la gente se apropie de ese discurso, de esa letra y que lo sienta como suya. Yo creo que es lo más pop que he podido hacer, en un sentido popular.

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