InicioEntrevistas - ArchivoEntrevista Crazyminds con…Ken Stringfellow (The Disciplines)

Entrevista Crazyminds con…Ken Stringfellow (The Disciplines)

THE DISCIPLINES

A este redactor siempre le han gustado ese tipo de artistas, en continuo peligro de extinción, que llevan media vida buscándose las habichuelas en esto de la música. Ken Stringfellow encaja a la perfección en este guión, pues su nombre, además de estar unido a grandes bandas como The Posies, R.E.M., Big Star o Minus 5, aparece en los créditos de discos de medio mundo. Ahora llega a España con su último proyecto, The Disciplines, nacido de su colaboración con los noruegos Briskeby. Una oportunidad para charlar con un músico que tiene las cosas claras, pero que no pierde la oportunidad de abrirse a nuevas propuestas. Desde una terraza de la madrileña calle Montera hablamos con Ken Stringfellow, un tipo de verbo fácil, al que le gusta hablar sin tapujos. Aquí tenéis el resultado.

CRAZYMINDS: Se ve que te gusta España. En 2000 The Posies editasteis un álbum grabado en Barcelona. Además, las canciones de vuestro último álbum fueron grabadas en Cádiz con Paco Loco. ¿Crees que estabais en parte obligados a venir a España para presentar vuestro disco?

KEN STRINGFELLOW: Bueno, no lo llamaría obligación, más bien lo llamaría un placer. En mi cabeza sabía que este álbum iba a ser bien recibido en España, sobre todo pensando en todas las personas que conozco aquí y que aprecian lo que hago más de lo que hacen otras personas. Nunca sabes, pero creo que [España] es un buen sitio para tocar canciones con guitarras potentes y melódicas. La gente las entiende, a la gente le gusta este tipo de bandas mucho y creo que este tipo de bandas tienen más sentido aquí que The Posies.

C: Sin embargo, hace un tiempo disteis un show aquí en España en el que sólo había 25 personas.

K.S.: Bueno, tienes que empezar de alguna manera. Hicimos ese concierto en Moby Dick hace tres años, sin un disco en la calle. Fue el peor fin de semana del año para tocar porque no había nadie en la ciudad.

C: ¿Piensas que esta vez será mejor?

K.S.: Van a ser más de 25 personas… También tengo que decir que en ese concierto vendí 25 CDs. [Ríe]

C: La mayoría de la gente te conoce por tu trabajo con The Posies, pero has colaborado también con muchas bandas de Noruega, de Ecuador, de muchos otros países. ¿Cómo eliges tus proyectos? ¿Qué te lleva a decir ‘sí’ a unos y ‘no’ a otros?

K.S.: Creo que si miras a mi carrera, las veces que he dicho ‘no’ son bastante limitadas. Siempre estoy trabajando con gente. De hecho, creo que he dicho ‘sí’ a casi todos las personas que han querido trabajar conmigo… En general, creo que mi instinto es bueno… creo que he tenido muy buena suerte.

He aprendido unas cuantas cosas trabajando con la gente. Por ejemplo, a veces tengo una maqueta que es realmente mala y la persona quiere trabajar conmigo. Y dices: “Ok, lo voy a intentar”. Y pienso: “Va a ser un desastre, ¿qué voy a hacer?”. Y esos proyectos se han terminado convirtiendo en algo genial a día de hoy.

Pienso que en cierto modo cuando haces arte no hay respuestas. Si realmente tienes la mente abierta puedes cambiar cualquier cosa en una buena situación. Tengo amigos que han crecido conmigo y que son muy especiales a la hora de elegir las personas con las que trabajan. Dicen: “No voy a hacer esto, esto no es cool”. Y, sí, han trabajado en unos cuantos discos cool, pero no han trabajado más.

Para mí, mi idea de cómo trabajar con personas no es producir un disco, hacer unos conciertos… eso es secundario a la cuestión, la cuestión central es que cualquiera que pasa tiempo en Facebook y Twitter y cosas como estas sabe que tu red es básicamente tu vida. Muchos antes de que las redes sociales existieran yo ocupaba mi tiempo con mi comunidad. La comunidad es todo. Tus amigos, tu negocio, tu familia. Y yo intento hacerla más grande todo el tiempo. En conclusión, trabajar con gente y enfrentarse a determinados desafíos permite hacer tu comunidad más grande .

C: Además has trabajado con grandes grupos como The Posies, R.E.M., Big Star ¿Qué te han aportado todas estas experiencias? ¿Hay alguna diferencia?

K.S.: No hay diferencia si lo piensas. Quizás con bandas como R.E.M. estoy simplemente apoyándoles y en The Posies soy el creador. Pero son pequeñas diferencias realmente, porque en cualquier caso tienes que enfrentarte a la situación e intentar que salga lo mejor que puedas. Para mí el concierto con cinco personas es muy importante, es lo mismo que el concierto para cinco mil…. y puede que sea más importante, porque si tocas con cinco mil personas, como con R.E.M., no puedes hacerlo realmente mal. Puedes cometer algunos fallos, estás muy lejos y el público no puede ver realmente lo que estás haciendo. Pero el día que vas al club y está vacío, se convierte en un reto, porque tienes que crear una energía. Puedes no tocar y decir: “esto no me gusta”. Pero estás perdiendo una oportunidad, porque cuando tocas con esas 25 personas en Moby Dick y haces un buen show, ganas un fan leal para siempre.

Con R.E.M., cuando los conciertos podían ser más grandes o más pequeños, podías ver que los fans reales de R.E.M. eran muy pocos respecto a los fans casuales. Hay muy pocas bandas que llevan haciendo grandes conciertos durante toda su carrera. En rock, quizás dos… los Rolling Stones y U2. Surgen nuevos sonidos, la gente envejece y pierde su interés en la música.

Realmente siempre quieres tocar con los fans más fieles porque esa gente, cuando tienes 70 años, quieren que vayas más allá, sin embargo, los fans casuales se han ido hace mucho. Es la misma misión todo el rato, convertir a la gente en grandes fans y que formen parte de tu comunidad.

C: Entonces, ¿piensas que The Disciplines son un reto?

K.S.: En parte es un reto porque es música muy difícil de cantar, y además no tengo ningún instrumento, simplemente tengo que cantar y convencer. No te puedes esconder detrás de un piano o una guitarra, es sólo tu cuerpo y todo lo que puedas hacer con él. Por tanto, sí creo que es un gran reto y creo que ahora lo disfruto. Es más como sostener esa energía. Debido a que The Disciplines es algo nuevo, puedo tratarlo como una nueva banda, algo con lo que empezar. Para mí es divertido. Tocar esos grandes shows con R.E.M. es mágico, pero con los conciertos de The Disciplines puedes conocer nuevas bandas y tocar en pequeños clubs, y es allí es donde conoces gente que está creciendo. Me encanta conocer nuevas bandas, y cuando paso mi tiempo con gente que tiene 18 o 28 años (yo tengo 43) creo que es bueno y te mantiene joven.

C: Quizás esta sea tu propuesta más rockera y directa, los temas de vuestro último disco apenas superan los dos o tres minutos.

K.S.: Sí, me gusta la palabra ‘directa’, esa es la cuestión. Es algo poco pretencioso, pero no por ello poco meditado, he puesto un montón de cuidado y dirección… es algo muy natural, muy cercano… muy sencillo… podemos reírnos, pero a veces un trozo de pan es la cosa más profunda del mundo, como un milagro a todas horas. Supongo que esta banda es un recuerdo para no olvidar las cosas que son elementales.

Vivimos en una época en lo que todo es bastante tecnológico y la música se está convirtiendo en algo tecnológico. Yo aprecio la tecnología. Uso tecnología musical todo el tiempo cuando grabo discos para la gente. Pero me gusta recordar a la gente bandas como esta [The Disciplines], en la que no tenemos ordenadores sobre el escenario o detrás del escenario. Es sólo: qué pueden hacer en 2011 cuatro tipos con sus manos. Creo que es bueno hacer esto. No se si esto es parte de una confesión, pero creo que es sano. Todo tiene tiene que hacerse en este momento.

C: Alguna vez has comparado el sonido de The Disciplines con grupos de rock como The Hives o Hellacopters, aunque de una manera más cercana y directa. ¿Puedes explicarnos esto?

K.S.: Creo que The Hives, por ejemplo, son como una gran broma, en cierto modo. Después de todo puedes verlo como algo gracioso. Pero también puedes decirles: “No tengas miedo, quítate tus trajes, preséntate tú mismo y muestra al tipo interesante”.

Hellacopters están más cerrados a la realidad. Por eso quiero decir que, de todos ellos, creo que nosotros somos los más originales, porque en The Hellacopters o The Hives tienen que tocar bajo ciertas reglas del rock&roll, bajo ciertas reglas clásicas que se pueden convertir en cliché. Nosotros venimos de ese mismo espíritu, riffs de guitarra y esas cosas, pero no tenemos reglas, ni usamos clichés. Porque creemos que son una trampa.

Otra banda que toca bajo el cliché de “no-parar” es el grupo Turbonegro. Están atrapados. Su música es divertida, para un rato, pero no han cambiado en veinte años. No pueden realmente reírse de ellos mismos y por ello no pueden ser realmente cien por cien honestos. Creo que esta banda [The Disciplines] es bastante honesta, aunque puede parecer aburrida para gente que busca lo espectacular y lo fantasioso.

C: Viendo bandas como The Hives, The Hellacopters o, incluso, The Disciplines parece que hay un nuevo comienzo del rock en los últimos años. Pero viendo las listas de éxitos no ves canciones de rock, ves canciones de R&B o de hip-hop ¿Piensas que el rock está pasado de moda o ha vuelto con más fuerza?

K.S.: Rock es una gran categoría. Por ejemplo, el R&B tiene elementos del rock. En el fondo, nada es puro. Pero sé a lo que te refieres. Creo que el rock, el rock&roll tal como lo conocemos, es una música especial que viene de hace muchos años. Creo que tiene la suficiente flexibilidad como para sobrevivir. El rock es como el jazz. Nadie tiene éxito con discos de jazz, pero esa música existe porque es interesante para la gente y lleva ciertos mensajes. Creo que el rock&roll es más flexible que el jazz, el cual siempre tiene ciertas reglas. El rock&roll es más sencillo, es más para la gente. Pueden oírla, pueden tocarla. Ahora mismo puede haber en esta ciudad un niño de 8 años tocando la guitarra.

Creo que la verdadera música actual, la que capta la atención de la gente, no creo que sea el R&B, creo que es más una mezcla de club music y R&B. Creo que es la música más emblemática hoy en día. Pero está bien. Está bien que muchas cosas existan al mismo tiempo: música folk, flamenco y música procedente de todo el mundo. Y que todas esas cosas sigan existiendo.

Lo curioso es que realmente me encanta la música contemporánea. Me gusta la música contemporánea que es underground y freaky, y me gusta la música contemporánea que es indie-rock, la cual se ha convertido en algo bastante adulto, porque la gente que empezó en el indie son ahora mayores. Me gusta la música… que yo llamo ‘música de habitación’. No porque tengas sexo con ella [Ríe]. Música que no necesita de los grandes estudios, que se puede hacer con un ordenador, en cualquier momento y en cualquier lugar. Creo que esa es la revolución. No necesitas de grandes estudios. Es más, para este proyecto yo hice eso, aunque por otros caminos.

spot_img