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Entrevista a Perlita: «Nos gustaría tocar en lugares no habituales como cocinas, museos o ultramarinos»

La formación compuesta entre Puerto de Santa María (Cádiz) y Madrid, Perlita, han publicado recientemente su segundo trabajo titulado Caballo Rojo. Un estilo musical basado en la mezcla, que combina el humor gaditano con la composición de una experiencia musical que puede llegar a algo místico y psicodélico.

Con motivo de este nuevo lanzamiento, que vio la luz el pasado día 9 de noviembre, hemos tenido la oportunidad de hablar con una agrupación curiosa —concretamente con Pedro— en cuanto a cómo están enfocando este nuevo proyecto surgido tras haber formado parte de otros anteriormente. Con la importancia hacia los detalles como una de las características más potentes, algo que ya se nota desde el mismo momento que se observa la portada o se leen los nombres de los temas.

En 2016 lanzasteis vuestro primer trabajo, Cangrejo Yeti, y dos años después volvéis con Caballo Rojo. ¿Cómo habéis vivido este inicio de la banda hasta ahora?

Con sorpresa. Tratando de caminar por senderos que nos lleven a lugares nuevos cada vez. Con mucha unión entre nosotros, y una sensación de sorpresa constante.
Tanto el título como la portada, en ambas publicaciones que habéis lanzado, es imposible que no generen cierta sorpresa. ¿De dónde sale esta estética imaginaria que estáis desarrollando?
Del imaginario gráfico que proyecto. Soy ilustrador, y vuelco mis libertades en los trabajos gráficos para Perlita.
¿Cómo sería Caballo Rojo en formato alimentario? ¿Un primero, un segundo o un postre? ¿Y exactamente qué sería y por qué?
Caballo Rojo tendría una tendencia a aperitivo sabroso. Un caballito de la región de Murcia, con su ensaladilla, su boquerón en vinagre, y su pico. Unos chicharrones gaditanos con su chorro de limón por lo alto. Unas ortiguillas fritas con una copa de oloroso del Puerto de Santa María. Tiene un discurso melancólico y luminoso a la vez. No sé como explicarlo, es una especie de visión gloriosa de una antigua zona común. Una mirada llena de lágrimas a una zona conmovedora.
Este segundo trabajo cómo lo describiríais, como un paso evolutivo más de la formación o como una nueva dimensión más, dentro de vuestro discurso musical.
Ambas. Los pasos conforman también nuevas dimensiones. Un crecimiento en todas direcciones.
Uno de los guiños más claros del disco es Canela Party, ¿se puede confirmar vuestra total predisposición hacia vuestra participación en la edición de 2019? 
Es difícil, puesto que ya tocamos en la edición de 2017… y no suelen repetir lineup. Estaríamos encantados. Junto a Monkey Week, es el festival que siempre se desliza en nuestro imaginario.
¿En qué lugares y festivales os gustaría tocar? 
Además de los dos que os relato en la cuestión anterior, nos gustaría tocar en lugares no habituales. Cocinas, museos, ultramarinos. Estamos en un punto vital muy diferente al que teníamos con 20 años. Nos gusta la sensación de enfrentarnos a espacios no comunes.
Uno de los aspectos de los que más se suele hablar en cuanto a la distinción entre concierto en una sala y en un festival es la actitud del público. Vosotros que habéis pasado por salas y por algunos festivales, cómo veis esta idea. 
Sala gana. En los festivales, todo se convierte en una ruleta rápida, donde haces los tuyo, pasas, vuelves. Es bonito, pero es más frenético, salvo excepciones festivaleras como los citados anteriormente y algunos más. En la Sala , el contacto siempre es mucho más orgánico. De pieles, olores y miradas. El público está muchísimo más integrado en la intención. Además, no hay tropecientosmil conciertos. Esto es un detalle importante.
Una de las cosas más curiosas que aparecen cuando se busca información de vosotros es Pornhub. ¿Cómo surgió esta colaboración y cómo la habéis vivido?
De la mano de una agencia de publicidad, Officer & Gentleman, surgió la oportunidad de componer una pieza para una línea de juguetes eróticos que Pornhub había sacado. Se lo habían dicho al mismo Dan Deacon, pero le había sido imposible aceptar el encargo por tiempos. Y allá que fuimos. Me sumergí en una composición pasional y rápida, me tuve que tragar (aquí tragar tiene connotaciones) horas de porno a través de una suscripción premium que me facilitaron, para extraer los sonidos. Fue un trabajo bonito, intenso. Un fuerte y flojo, para que nos entendamos.
¿Una de las preguntas clásicas, con qué discos publicados este 2018 os quedáis?
Ahora mismo, el único disco que ha copado mi momento es el último de Low. A Calde le gustó el último disco de Nils Frahm. Y Esteban no sabemos ahora mismo, porque está en Bali surfeando y no contesta a los mensajes….
Este mismo mes anunciasteis la detención de vuestra gira de presentación por la lesión auditiva que has sufrido. Primero, ¿cómo te encuentras? y segundo, ¿qué planes tenéis para el futuro a medio plazo?
Me encuentro en un punto delicado. Estoy trabajando para atenuar los acúfenos. Los tres padecemos este mal en mayor o menor medida, pero yo he tenido un episodio bastante salvaje. Osteopatía, acupuntura, yoga…. y reducir el nivel de estrés hasta que bajen. Por otra parte, nos vamos a introducir en el mundo de los inears, para controlar el volumen sobre el escenario. Es un proceso complejo que actualmente no tiene cura. Veremos por donde sale, pero estamos ilusionados.
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