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Entrevista a Enric Montefusco: “La música y la cultura, tienen que usarse para mejorar este mundo”

Coros de medianoche es la nueva y más que interesante referencia discográfica de Enric Montefusco. El que fuera líder de Standstill durante más de quince años, emprendió su carrera en solitario en 2016, publicando Meridiana, un disco sincero, puro, muy autobiográfico y repleto de referencias a su infancia, a su manera de relacionarse con el mundo que le rodea y consigo mismo.

Casi dos años después, mientras preparar el que será su segundo larga duración bajo su propio nombre, Enric presenta un EP de cinco canciones propias interpretadas por otros tantos artistas (Niño de Elche, Albert Pla, Los Hermanos Cubero, María Arnal y Nacho Vegas). Un proyecto personal que mantiene la línea de su predecesor en cuanto a su relación con la música popular y su manera de enfocar las historias que en él se cuentan.

Casi coincidiendo en el tiempo con la publicación de Coros de medianoche, Enric Montefusco presenta su primer libro, titulado Carne de cañón. En él, mediante algunas letras de sus canciones, relatos y otros escritos, el artista catalán repasa su carrera de manera íntima, cruda y sumamente reflexiva.

Aprovechando la puesta en circulación de estos dos trabajos, charlamos con Enric acerca de todo lo que rodea a ambas obras. Compartir con él unos minutos de conversación es suficiente para descubrir a un creador sumamente reflexivo y profundo, con una honestidad abrumadora y un gran mundo interior. No tiene nada que esconder y así nos lo demuestra.

Como prácticamente coincide la publicación de tu nuevo EP con la de tu primer libro, vamos a dividir esta charla en dos partes. Comenzaremos hablando de música, para terminar tratando tu lado literario.

Aunque ya lo has contado en numerosas ocasiones, me gustaría que, para empezar, nos contaras por qué decides en su día dar por finalizada tu etapa al frente de Standstill y emprender tu carrera en solitario.

De alguna manera, lo único que tenido claro en mi vida personal y artística es que no me quiero atar nunca nada. He querido ser siempre muy libre y el único requisito ha sido creer en lo que hago y ser fiel a lo que siento.

En el momento en el que eso dejó de ser así con el grupo (además era un sentimiento compartido entre todos), tomé la decisión de dejarlo, aunque en ese momento hubiera sido más cómodo y más práctico aprovechar el nombre y la trayectoria. Pero esa no es mi manera de funcionar. Ahora estoy feliz, con toda la energía del mundo y toda la ilusión por delante.

Dos años después de la puesta en circulación de Meridiana, echando la vista atrás, ¿qué sensaciones tienes ahora con respecto al álbum y a ese momento concreto de tu vida?

Creo que ha sido un momento bastante liberador y me ha permitido ser más yo en todos los sentidos, tanto a nivel artístico como en mi manera de relacionarme con el público, de mostrarme en general. Creo que además el disco lo refleja. Y creo que todo esto se ha percibido, se ha entendido perfectamente el salto, aunque no haya sido más arriesgado que cualquier otro que haya hecho en mi carrera. El resultado es que he hecho una gira en la que me lo he pasado mejor que nunca, donde he vuelto a tener mucha ilusión cada vez que subo a la furgoneta.

Quizás no haya sido un salto tan arriesgado a nivel artístico, pero sí que ha sido un salto muy personal. Se notaba en las letras, en la manera que tenías de contar esas historias… que te abrías completamente.

Yo creo que era un poco inconsciente. Pero, en el momento en el que estaba bajo un nombre que no era el mío y que, de alguna manera, representaba a más personas, siempre había una especie de conflicto de hasta dónde mostrarme. Había algo extraño en eso. Supongo que por eso, cuando he empezado en solitario me he abierto mucho más y me he mostrado de una manera más directa. De hecho, ahora estoy más cómodo.

Ahora vuelves con el EP Coros de Medianoche. ¿Queda algo de Meridiana en estas cinco nuevas canciones? Parece que esa tendencia al costumbrismo se mantiene, ¿cómo has enfocado la temática de este nuevo trabajo?

Respecto al contenido, creo que intento hablar de cosas parecidas, pero evidentemente ya no desde la autobiografía. Porque como comparto estas canciones a nivel lírico con otros artistas, al final se acaba hablando más desde un “nosotros” que desde mi vida más íntima.

En cuanto a forma, creo que se nota que estoy pasando por una etapa en la que me interesa jugar con elementos de la canción popular y sus posibilidades. Eso se nota la instrumentación, sin duda, que hay cierto parecido con Meridiana. De hecho, con este disco he intentado ir un poquito más lejos respecto al concepto de música popular. Ahora he intentado ponerme yo un paso por detrás y que sea la canción la que mande y la que destaque. Se trata de desdibujar un poco la autoría y ponerme al servicio de lo que quiero comunicar.

Hablando de la música popular. Últimamente parece que hay una reivindicación muy fuerte de todo ese mundo, parece que ya no “avergüenzan” estos estilos, como podía ocurrir antes. ¿A qué crees que se debe que cada vez más artistas jóvenes tiren hacia ese mundo musical?

Creo que la cultura anglosajona en la que hemos crecido no deja de ser algo circunstancial y, en el fondo, anómalo. Es decir, tarde o temprano tenía que haber cierta reconexión con el lugar de dónde venimos, tanto en el tipo de música, como los contenidos.

Lo digo también porque ha habido una herencia en la que copiar el estilo americano significa, desgraciadamente, entender la música como ver a un tío con un peinado genial en la tele y que dé igual lo que está diciendo. Tarde o temprano teníamos que corregir eso. Teníamos que volver a entender la importancia y el potencial de las letras y de la música popular, en el sentido de tratar temas universales, que nos toquen a todos y nos ayuden a ser mejores.

Es como resetear todo esto y volver a empezar de cero.

Es que hemos llegado a un extremo tal, que creo que tenía que haber una corrección tarde o temprano.

¿Por qué decides que estas canciones las canten otros y no ser tú mismo el que lo haga?

Yo entre disco y disco siempre intento hacer algún proyecto diferente que me ayude a investigar, a crecer, a ponerme en contacto con otra gente… a alimentarme de alguna manera. A veces lo he hecho haciendo obras de teatro y esta vez me apeteció ahondar, como te decía, en las posibilidades de la música popular y hacer un ejercicio un poco loco, pero que me apetecía mucho. En este caso pasaba porque interpretaran canciones mías otras personas y no solo eso, sino que pudiera compartir las letras con ellos.

Una vez que tenía la idea clara, empecé a componer. Cuando tenía los temas musicalmente cerrados y la idea de las letras, cada canción me pidió un tipo de voz y yo pensé en cada uno de los artistas que me acompañan. A partir de ahí, ya nos pusimos a cerrar juntos las letras.

De los cinco temas de los que se compone el EP, hay tres en los que las letras están escritas junto a los artistas que los cantan, que son Niño de Elche, Albert Pla y Nacho Vegas. ¿Cómo ha sido esa tarea describir de manera conjunta?

Como te podrás imaginar, ha sido muy interesante ver los procesos creativos de los demás. Cada uno está con sus inercias, con su propia manera de funcionar y poner eso en común con otra persona, tener que llegar a soluciones y lugares comunes compartidos, es un ejercicio súper interesante para un creador. Además de interesante, ha sido fructífero, porque algunas ideas abstractas que yo tenía, gracias a ellos han llegado a un punto al que yo no hubiera llegado solo.

¿De qué o de quién has aprendido más?

Todo el mundo tiene algo muy particular, algo que le hace diferente a los demás. Ellos no son la excepción y además llevan ese carácter y esa diferencia muy lejos. Ver eso en un proceso creativo es muy enriquecedor. No tanto porque yo vaya a hacer lo que hacen ellos, sino porque te da amplitud de miras. Porque ves cómo se pueden llegar a hacer las cosas y cuántas maneras hay de hacerlas.

“El arte es la herramienta principal que tenemos para conectar nuestros sufrimientos diarios con los demás”

Habéis coincidido en este mismo proyecto algunos artistas de los que tienen un mayor espíritu crítico en la actualidad (Nacho Vegas, Albert Pla…). ¿Qué importancia das al hecho de que el arte sea un medio para hacer crítica social, para denunciar y protestar?

Creo que, por definición, el arte debería ser eso. Yo creo que es la herramienta principal que tenemos para conectar nuestros sufrimientos o problemáticas diarias con los demás. Es casi una herramienta defensiva que tenemos para poner en común y aflorar aquello que tiene que ser cambiado.

Con lo que no estoy tan de acuerdo es con poner la música al servicio de un discurso concreto. Creo que cada vez que un artista se casa con una propuesta concreta, con una proposición cerrada del mundo y de la vida, la está vendiendo. El artista tiene que estar a la contra por definición. Es muy fácil ponerse al lado de alguien que esté en el poder o que aspire a él, pero tal y como yo lo entiendo, nuestro lugar es el de verlo siempre desde el otro lado. Cada posicionamiento político, en el fondo siempre tiene un reverso con consecuencias para los demás, porque siempre poda o corta cosas en un lado o en otro.

Muchas veces, los ciudadanos de a pie agradecemos que los artistas se posicionen y se conviertan, de alguna manera, en un altavoz para visibilizar las injusticias o los problemas que nos rodean.

Yo creo que esa es mi función. Ahí es donde me siento cómodo, por eso no me gusta ser complaciente. La música también puede servir para evadirse, para ayudar a hacer más llevadero este mundo que nos ha tocado… yo lo respeto, pero para mí la música no es eso. Para mí la música y la cultura en general, tiene un potencial que creo que tiene que usarse para mejorar este mundo que está tan jodido.

Lo que pasa es que estamos en un momento en el que posicionarse puede salir caro. El tema de la libertad de expresión se está convirtiendo en un problema realmente grave. ¿Es el momento de ser más combativos que nunca?

Desde luego que dan ganas. Yo por ejemplo, nunca he tenido un tono en mis letras o en mi obra que pueda ser susceptible de eso, porque intento hablar en otro plano, intento que sea algo más profundo, no tan de actualidad o tan personal. Pero viendo lo que está pasando, me dan ganas de cagarme en la puta madre de quien haga falta y las veces que haga falta. Me parece espantoso que haya que estar pensando en lo que puedo decir y en lo que no. Yo quiero pensar que esto será algo puntual.

Es que al final la historia del arte se basa en eso. Todas las vanguardias y movimientos artísticos se han basado en eso, en criticar lo establecido.

O, por lo menos, los artistas que han trascendido son los que se han puesto por encima de todo esto.

Es que ningún artista que haya trascendido se ha puesto a crear pensando en lo que se podía o no se podía hacer o autocensurándose.

De hecho, lo que pasa muchas veces, es que la gente que se autocensura o que se pone al servicio del poder o que hace lo que se supone que tiene que hacer, puede tener un éxito inmediato. Parece que tiene todo a favor, pero eso no tiene valor y al cabo de poco tiempo se le pone en su lugar. En cambio, los que van por delante y no se dejan dirigir, como Goya sin ir más lejos (lo dice señalando la portada del EP), llegan hasta el día de hoy.

Enric Montefusco - Coros de medianoche

¿Se puede considerar Coros de medianoche el principio de algo o es simplemente un proyecto puntual?

En mi cabeza esto es un ejercicio puntual, del cual estoy muy contento tanto del proceso como del resultado. La lectura que yo hago es que aún puedo ser más libre de lo que era hasta ahora. Ya no hace falta ni siquiera que cante yo para hacer algo que me guste y que llegue al nivel y a la identificación que me gusta que haya en mi obra. En ese sentido, me abre las posibilidades aún más, pero eso no quiere decir que vaya a hacer este formato en concreto.

Lo vas a trasladar al directo pero únicamente en el concierto que tienes programado en Barcelona, ¿verdad?

Sí, solo una vez. Evidentemente, es muy difícil en todos los sentidos llevar esto de gira. Así que vamos a hacer una apuesta en un único día. Con un espectáculo y un repertorio pensado para la ocasión, con una escenografía muy bonita en la que estamos trabajando mucho.

“Este libro ha sido un ejercicio de ordenar todas mis problemáticas más recurrentes”

Hablemos ahora de Carne de cañón.

En una época en la que la inmediatez lo invade todo y parece que se lee menos en profundidad que antes (titulares, tweets, etc.), resulta curiosa la buena salud de la que goza el mundo editorial y, sobre todo, la cantidad de lanzamientos literarios en los que os estáis embarcando un gran número de músicos. Niño de Elche, Albert Pla, Santi Balmes, Mikel Izal… ¿A qué crees que es debido este repentino éxito o boom de los músicos-escritores de libros?

Yo creo que la gente está necesitando algo más de profundidad que eso que se nos ofrece cada día. Quizás el músico que escribe es uno de los canales más fáciles, ya que tiene un determinado perfil de gente que ya ha declarado su devoción por él y, de repente, ahí se le abre un campo más profundo. La lectura que yo hago es: ¿cómo lo podemos hacer para que toda esta gente que necesita de unos tempos más pausados, de unos temas tratados más en profundidad, de menos ocio y de más reflexión y crecimiento, tengan más opciones y las aprovechen?

¿Qué permite un libro a la hora de expresarse, que en una canción resulta imposible o más difícil?

Todo lo que pasa por mi bolígrafo es la parte más racional de todo lo que yo he llegado a construir o entender. Es el mundo que he llegado a comprender y que he articulado con todas mis experiencias. Todo eso es mucho más amplio que lo que yo pueda plasmar en un ejercicio de expresión, muchas veces visceral, que suele ser lo que hago con las canciones. En ese sentido, para mí este libro ha sido un ejercicio de ordenar todas estas problemáticas recurrentes o que han acabado saliendo de diferente manera en mi trayectoria y, además, ahondar en ellas escribiendo nuevos relatos sobre cada una de ellas.

Yo creo que es muy complementario y es muy interesante intentar llegar a la emoción y a la conmoción a través de la escritura y del pensamiento. Pero también es más difícil, porque con una guitarra tú haces tres acordes bien puestos y ya te emocionas. Pero, al cabo de dos horas, esa emoción ya se te ha ido. Con un libro, en cambio, si llegas a construir algo que acompañe a alguien a ese lugar, será más duradero. Eso me parece muy interesante y es muy complementario a la música.

Como has dicho, Carne de cañón es una ordenación de tus ideas, de diferentes escritos, letras de canciones, relatos… ¿qué estructura le has dado?

Lo he ordenado por ejes, por problemáticas que he entendido que eran las más recurrentes. Por ejemplo, crear y destruir, lo íntimo y lo político… siempre supuestos contrarios, dualidades en las que mi trayectoria ha ido basculando y, por lo que sea, han formado parte de mi manera de analizar las cosas. Es interesante también ver cómo han ido evolucionando.

Enric Montefusco

¿Carne de cañón es un libro completamente autobiográfico o hay también una parte de ficción en él?

Sí, incluso los relatos son abiertamente autobiográficos. Y todas las letras, directa o indirectamente, hablan de mis experiencias.

Háblanos un poco del proceso que has seguido para dar forma al libro. Tú mismo has dicho que ha resultado muy estimulante.

Evidentemente, yo le tengo mucho respeto al libro. Llevo muchos discos y creo que domino muy bien lo que se puede llegar a hacer en un álbum, sus posibilidades… he jugado mucho con ello y me siento cómodo. Pero claro, este es mi primer libro y me lo he pensado muy bien antes de sacarlo. Antes he tenido que entender que eso tenía el mismo valor y el mismo empaque que un disco. En el momento en que entendí que esas mismas letras, reordenadas y acompañadas de un texto introductorio, tenían una lectura diferente, vi que era una aproximación distinta a cómo había sido en cada disco y entonces era casi como una obra nueva. Además, creo que el libro hace que esas letras se entiendan más, puestas en perspectiva, tanto temática, como de espacio-tiempo. A mí este ejercicio de ir aproximándome y ser más claro cada vez, me gusta.

¿Qué puede encontrar un lector de estimulante en este libro?, ¿por qué lo recomendarías y a quién?

Sin duda, lo que yo pretendí desde el principio, es que este libro lo pudiera leer cualquier persona y, para nada, fuera un producto de fan o de alguien que tiene curiosidad por saber más cosas de mí. A mí eso no me interesa. No me interesa el morbo, me alejo corriendo de eso. Yo lo que quiero es compartir de una manera profunda mi experiencia, porque lo necesito, porque esta es mi profesión y el libro me permite hacerlo. Y esa experiencia mía, cruda y honesta, tal y como la explico, es compatible absolutamente con cualquier persona. Todos, en el fondo, venimos de un sitio similar, nos gustaría llegar a un sitio similar y pasamos por las mismas problemáticas. Por eso, en ningún caso me gustaría que esto lo entendiera solamente el fan, sería un completo error.

Al escucharte me da la impresión de que has necesitado parar y contar todo para, de alguna manera, volver a empezar de cero. Has dicho que ha sido algo muy liberador, ¿hasta qué punto?

En realidad tampoco sentía ese peso. Creo que, de vez en cuando, tengo cierta necesidad de mirar atrás, porque tengo una manera de ser como de ir siempre hacia delante, de manera muy rápida y solo pensar en el futuro, en lo que me ilusiona. De vez en cuando, me sienta bien parar como dices tú. Lo hice, por ejemplo, en el documental 10 años y una zanahoria, que también es un tipo de ejercicio que estoy muy contento de haber hecho, porque ¿cuánta gente gracias a haber hecho ese documental entienden desde dónde escribo o desde dónde hago estas canciones? Siempre he intentado explicar la verdad tal y como es y no vender humo ni una vida que no tengo, que es a lo que muchas veces se juega sin querer cuando tienes un grupo. Yo entiendo que parte de mi deber y del mandato es explicar las cosas como son y como han sido. Yo busco la verdad cruda y habrá quien no esté dispuesto a acompañarme en ese viaje, pero cuanto antes lo sepamos, mejor, porque si no tarde o temprano habrá un desengaño.

Estos ejercicios, como los del documental o los del libro, en los que hablo desde la trastienda de todo esto de una manera bastante cruda, en el fondo me unen más a la gente, porque hablo con el corazón y con la verdad por delante.

¿Te has abierto aquí quizás más que en tu carrera musical?

Es que esto permite hablar de una manera más explícita y menos poética. Aquí hay muchos detalles y muchas cosas muy concretas de mi pasado y de mi presente. La verdad es que me sienta bien hacerlo. Me sienta bien sentarme aquí delante de ti y no sentir que estoy vendiendo algo. Estoy aquí tranquilísimo porque no tengo nada que esconder.

Tanto la música, como la literatura, el cine o cualquier otra forma de expresión artística tienen un poder sanador. Desde tu punto de vista, ¿cómo nos puede ayudar en nuestro día a día el arte o la cultura?

Yo pienso en lo que me ha ayudado a mí. A mí me ha ayudado a salir de un tipo de vida a la que se me había arrojado por defecto, en la cual estaba completamente a disgusto e infeliz, sin saber nada de mí, ni de lo que quería, ni de lo que sentía, ni de lo que podía hacer con mi vida… No tenía perspectiva de ningún tipo. Estaba pasándolo mal sin saber ni siquiera por qué. La cultura, al final, en boca de artistas concretos, me ha ayudado a tomar perspectiva, a entender que lo que me pasaba mí, le ha pasado a otra mucha gente. Que esas cosas tienen un nombre, que se puede hacer algo con ello. En definitiva me ayuda a ser libre, a ejercer la libertad.

Al final la cultura te salva la vida.

Absolutamente.

Enric Montefusco - Carne de cañón

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