Cuando la crítica tiene que crear nuevas etiquetas para definir tu música es que algo estás haciendo bien. Es lo que ocurre con Manuel Sánchez -más conocido como Anntona, o «el guitarrista de Los Punsetes«-, que admite que lo más bonito que le han llamado es «poeta urbano», pero le cuesta acordarse de lo malo. Y es que Anntona es como su música: positivo y contagioso.
Internacional (Everlasting Records, 2017) es un disco divertido pero también es mucho más serio de lo que puede parecer a primera escucha. Y es que, aunque en ocasiones le hayan comparado con el humorista Ignatius, Anntona va mucho más allá del humor y se desnuda en cada canción (mientras que Ignatius lo hace en la vida real). Hablamos con él sobre dónde están los límites, sobre lo políticamente correcto y sobre por qué perderse Una mierda como un castillo en directo sería un error. Ah, la oportunidad más inmediata llega mañana en Barcelona, ya que actuará en Sidecar junto a Yumi Yumi Hip Hop.
¿Qué ofrece Anntona en directo?
Va a ser un concierto muy basado en este último disco, que voy a tocar con los miembros de la banda Papaya, con Yanara a la batería, Sebastián, que ha sido el productor en mi disco, a la guitarra, y Miguel al bajo, y Clara que nos hace coros. Así que una banda tocando el disco a tope. Un concierto muy divertido y espero que muy ameno.
¿Ampliaréis la gira?
Vamos a hacer Madrid- Barcelona, vamos a hacer alguna ciudad más y a ver qué va saliendo, seguiremos tocando todo el año.
¿En qué tipo de festival encajaría tu música?
Creo que en cualquiera. En cualquier festival de pop de España podemos tocar tranquilamente. Hombre, cuando iba yo solo si que era una cosa un poco más… solo para determinados ambientes (risas), pero ahora lo podemos adaptar a cualquier entorno. En cualquier sitio quedamos estupendos.
¿Cuáles son esos “determinados ambientes”?
Cuando tocaba yo solo con la música grabada no era para llevarlo a un escenario grande. Son conciertos más íntimos si quieres, o ideales para ambientes más pequeños, pero ahora ya no es el caso porque ya te digo que estamos preparando un directo más petón, no hay solo una persona con una guitarra en el escenario, que estaba bien también y me gusta hacerlo, pero para este disco he querido buscar la opción precisamente de tocar con más gente.
¿Cómo surge tu proyecto en solitario?
Surgió hace bastante tiempo la verdad. Salió antes que el primero de Los Punsetes y surgió por la necesidad de acumulación de material propio que el grupo no quería hacer y a mí me parecía que estaba muy bien y, aparte, la inquietud que siempre he tenido de grabar en casa y producir desde casa e ir aprendiendo e ir probando programas, cacharros y tal. Llegó un momento que tenía bastantes cosas acumuladas y me propusieron editarlas en un sello de Madrid y a raíz de eso empezó Anntona.
En Imbécil Internacional dices que “La gente se entretiene comentando porque a la gente encanta comentar”. ¿Qué es lo mejor y lo peor que han comentado de tu música?
Humm.. (risas), siempre me cuesta recordarlo, la verdad. Lo peor que han dicho es que soy así como muy chosco, chusco, mal hablado, así como de trazo grueso o demasiado chistoso, que se dice. Y lo mejor es que soy un poeta urbano (risas). Pero ambas cosas son probablemente un poco exageradas, la verdad.
¿Te molesta que crean que tu música es de cachondeo?
No, porque para mí el humor es muy importante. Que alguien me diga: he escuchado esta canción y me he partido el culo… me lo han dicho muchas veces y me encanta. Me molesta cuando alguien dice que algo es divertido como para hacerlo de menos. Eso me molesta porque las cosas que a mí me divierten no me parece que tengan poco valor. Que alguien me diga: es como si Ignatius cantara… Yo soy muy fan de Ignatius, entonces me encanta que me relacionen con él. Pero cuando alguien lo dice como: bah, este es uno contando chistes, cuando lo dice para menospreciar lo que estás haciendo me molesta obviamente, pero como si habláramos de Ignatius me molestaría también.
Tú has estado muy relacionado con el mundo del humor al margen de la música.
Por eso te digo, de hecho profesionalmente estoy super ligado al humor. He participado en la producción de la serie de Ignatius y también en Muchachada, o sea que para mí el humor es una cosa muy importante, pero a veces me parece que nos referimos al humor con muy poco respeto cuando yo soy muy respetuoso y muy fan.
En el disco también hablas sobre tu calvicie o te llamas gilipollas. ¿Es la música una forma de desnudarte?
Claro. Todos deberíamos ser críticos y un poco cómicos con nosotros mismos, y claro que son cosas mías. Hombre, son cosas mías un día equis, otro día te diré que soy estupendo. Es cierto que las canciones las utilizo muchas veces como válvula de escape y como terapia personal, entonces me ataco bastante.
Vivimos en una época en la que prima lo políticamente correcto. Tus canciones tocan muchos palos, algunos que mucha gente no se atrevería tocar por miedo a la crítica. ¿Dónde te pones el límite? ¿Sobre qué no escribirías?
Bueno, sobre un montón de cosas. Lo único que intento es que si se me ocurre algo que realmente me hace gracia y me parece divertido contar y pertinente, no me censuro pero hay mil cosas sobre las que no haría chistes o no haría una canción, como todo el mundo. Cosas que realmente me parecen mal, la autocensura existe. Nunca haría una canción racista por ejemplo, porque no lo soy.
¿Hasta dónde va a llegar Anntona?
Nunca lo sé, la verdad es que siempre me lo planteo muy a corto plazo. De hecho antes de este disco llevaba seis años sin hacer nada. Los Punsetes sí que es un grupo que tiene una forma de hacer las cosas más ordenada y más natural porque no depende de mí solo. Pero Anntona nunca sé muy bien hasta dónde lo voy a llevar. De momento lo único que me planteo es defender muy bien este disco, hacer una buena promo, tocarlo en directo todo lo que sea posible y sacarle el jugo ya que he conseguido hacerlo y terminarlo. Y lo que venga después pues no sé. Seguiré haciendo música muy probablemente porque me gusta mucho. No sé con qué frecuencia, con qué tamaño o con qué intención pero seguiré haciendo cosas seguro.