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THE VERVE – A NORTHERN SOUL

Cuatro meses intensos, locos. Realmente fuera de control. De una forma genial, pero también de una forma terrible. Como sólo la buena música, las drogas malas y las emociones mezcladas pueden hacerlo.

Richard Ashcroft

Después de la publicar A Storm In Heaven (Hut, 1993), Verve (a secas) se embarcaron en una gira por Estados Unidos para promocionar un álbum tibio y poco inspirado en el que predominaban los ambientes oníricos y lisérgicos propios de aquella etapa de su carrera. A pesar de que las ventas del disco no fueron favorables, el lanzamiento de los sencillos Blue y Slide Away contaron con el apoyo de la crítica especializada. En pleno festival Lollapalooza, el cantante Richard Ashcroft fue ingresado por una severa deshidratación debido al consumo ingente de éxtasis. Poco tiempo más tarde, el batería Peter Salisbury fue arrestado por destrozar una habitación de hotel en Kansas. Por último, la discográfica de jazz Verve demandó al grupo alegando que había violado los derechos de copyright. A la formación no le quedó más remedio que cambiar de nombre para no pagar una cuantiosa multa.

La gira había dejado una sensación amarga a los músicos y las primeras desavenencias personales que minarían la estabilidad de la banda. En aquel estado, volvieron a su ciudad natal, Wigan, dispuestos a grabar su segundo álbum. La inspiración no daba señales de vida y no les quedó más remedio que instalarse en los Loco Estudios de Gales junto a su productor Owen Morris (conocido por Definitely Maybe y (What’s The Story) Morning Glory? de Oasis). La creación de A Northern Soul fue única: Ashcroft acababa de romper con su novia de toda la vida, detalle que influyó profundamente en las letras que tratan sobre la desesperación, el dolor de perder al ser amado, la búsqueda personal, el efecto de las drogas y el alcohol, la añoranza y la soledad. Según la leyenda, el grupo pernoctaba en el estudio en sacos de dormir rodeado de velas, entre botellas de vodka, pastillas, cocaína y comida basura. Habían perdido el control: caos, tristeza, paranoia, depresión, peleas constantes y sesiones influenciadas por el efecto de los narcóticos alumbraron un trabajo que, a diferencia de la insípida producción de A Storm In Heaven, posee un sonido colosal y exprime la voz de Richard Ashcroft al máximo. A Northern Soul fue un disco de catarsis, drogas, emociones dolorosas, locura creativa y autodestrucción. La experiencia fue tan intensa no les quedó otro remedio que separarse tres meses después de su lanzamiento.

El álbum comienza en crescendo de forma magistral con A New Decade: las guitarras sucias e intrincadas de Nick McCabe junto a una poderosa base rítmica los distancia de todo lo que habían grabado antes. El sonido marca la pauta de lo que vamos a encontrar: abrasivo, sofisticado, denso y melódico. Poco queda el grupo que se inspiró en el shoegazing para armar sus primeras composiciones. Uno de los mejores versos es el siguiente: And how long will I run for? Who am I running from?

This Is Music (elegida como primer single) se convirtió por derecho propio en uno de los pilares en directo de la banda. Cabe destacar la entrada de bajo que arranca la canción, las pistas de guitarras superpuestas y el juego de voces al final de la misma. Un tema sobre la grandeza del rock, de tintes autobiográficos, que anuncia que The Verve estaban dispuestos a conquistar el planeta.

On Your Own (segundo single) es una de las mejores baladas del grupo cuya letra melancólica sería el preludio de la sublime The Drugs Don’t Work. Tocada con guitarra acústica, palmas, piano, una batería que sobresale sobre el resto de los instrumentos y falsete (a lo Mick Jagger en Emotional Rescue). El estribillo define su esencia perfectamente: You come in on your own, and you leave on your own, forget the lovers you’ve know, and your friends on your own.

So It Goes es un tema space rock con un formidable trabajo de bajo, guitarra y órgano Hammond. Similar en forma y construcción a Already There pero mucho mejor grabada, con un sonido perfectamente enfocado y una letra que desgrana las miserias y pesares sentimentales de Ashcroft. Un tema que, aunque no resulta tan inmediato como los anteriores, gana con las escuchas.

A Northern Soul (dedicada a Noel Gallagher) define perfectamente el núcleo del disco: un muro sonoro que avanza y retrocede como el oleaje del mar. Guitarras sobresaturadas, batería potente, bajo agresivo y la voz desgarrada de Ashcroft la convierten en una joya difícil de olvidar. Otras líneas para el recuerdo: Gime me your powder and pills I want to see if they cure my ills.

Brainstorm Interlude es una pista instrumental que sirve para cerrar la primera cara del álbum. Una especie de jam session con innumerables efectos de sonido, distorsión, pedales y reverberaciones que demuestran que McCabe es uno de los guitarristas mejor dotado y experimental de la industria británica. Una pena que su timidez siempre lo haya mantenido a la sombra de Richard Ashcroft hasta que tuvo el valor de formar su propia banda: Black Submarine.

Drive You Home es una balada densa y claustrofóbica colmada de tristeza similar a Where The Geese Go, Velvet Morning o Numbness. El bajo lleva el peso del tema y los punteos psicodélicos de la guitarra ofrecen un delicioso contrapunto a un Ashcroft devastado por la melancolía y la pérdida. Una canción lenta que también gana con las escuchas.

History (tercer y último single) continúa siendo mi canción favorita del grupo. Los arreglos cortesía de Will Malone (grabados en los Estudios Abbey Road) elevan un tema inspirado en el poema Londres de William Blake y la profundidad de John Lennon a un nivel que solo sería superado por Bitter Sweet Symphony. Mecido por una dramática sección de cuerdas, narraba la desintegración sentimental que el cantante mantuvo con su pareja. La noche que la grabaron, Morris, llorando de rabia porque no lograba captar el espíritu de la canción, estampó una silla contra la mampara que separaba la sala de los músicos de su puesto en la mesa de sonido. Por desgracia, fue un sencillo que implosionó en las listas británicas convirtiéndose en el (momentáneo) epitafio del grupo. Una agorera frase aparecía en la portada del single: All Farewells Sould Be Sudden. Los últimos versos son estremecedores: The bed ain’t made but it’s filled full of hope I got a skin full of dope. 

No Knock On My Door puede que sea la canción más ruidosa del álbum. Resulta increíble la facilidad de Nick McCabe de superponer pistas como si tocaran varios guitarristas a la vez. Todo el tema se encuentra supeditado bajo sus riffs. El bajo de Simon Jones no se queda a la zaga y la batería también se encuentra a la altura. Ashcroft al piano eléctrico, como de costumbre, brillante.

En Life’s An Ocean volvemos a encontrarnos con los paisajes espaciales de A Storm In Heaven tratados con mayor madurez musical. Al igual que en Gravity Grave, el bajo resulta protagonista absoluto del tema. Otro de los grandes favoritos en directo y contiene un verso que formaría parte de la iconografía de la formación: Imagine the future woke up with a scream I was buying some feelings from a vending machine. 

Stormy Clouds es otra pieza psicodélica más pausada que la anterior. La voz de Ashcroft vuelve a los orígenes, cuando cantaba de forma líquida y musical para acompañar los vaivenes siderales de la banda. La guitarra, aunque se encuentre en un discreto segundo plano, sobresale por su armonía aterciopelada. Una revisitación del shoegazing de sus inicios filtrada por la estupenda producción de Owen Morris.

(Reprise) cierra el álbum con otro instrumental lleno de capas, teclados, pistas de guitarra e infinitos matices que buscan conducir al oyente a una especie de trance. La mejor despedida posible para un trabajo que estaba vaticinado a convertirse en un clásico de la música inglesa de los años noventa.

A Northern Soul consiguió un respetable Nº13 en las listas de ventas y todos sus singles entraron en el Top 40. La recepción crítica, obnubilada por el emergente movimiento Brit Pop, lo recibió tibiamente. The Verve tuvieron que competir contra Elastica de Elastica, Diferent Class de Pulp, (What’s The Story) Morning Glory? de Oasis, The Great Escape de Blur, I Should Coco de Supergrass, The Bends de Radiohead, Wake Up! de The Boo Radleys, por poner algunos ejemplos. Su disolución paralizó la carrera de la banda hasta que, dos años más tarde, después de que Richard Ashcroft hiciera las paces con McCabe, retornaran con el grandioso Urban Hymns que los haría famosos en todo el planeta y los convertiría en estrellas.

Afortunadamente, el tiempo ha puesto su segundo disco en el lugar que merece y en la actualidad está considerado unos de los mejores elepés de la época. Cosa que, en su momento, los miembros de la banda afirmaron que conseguirían. Han pasado veinte años desde su publicación y continúa sonando igual de fresco que antaño. No se equivocaban. Lástima que Ashcroft se haya negado a reunir a la formación para celebrarlo sobre los escenarios.

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