Definitivamente, 2010 fue el año de la vuelta a los sesenta. Ya sea en su versión más surfera y pop, ya sea en su vertiente más underground, la década prodigiosa ha regresado con fuerza. Puede que sea una moda pasajera, de estas que vienen y van y al año siguiente nadie se acuerda de ellas. Pero lo que está claro es que no se trata simplemente de un recurso fácil ante la falta de ideas. Y Women son otro claro ejemplo de ello.
Los cuatro chicos canadienses han decido reunir lo mejor de cada casa y sacarlo a relucir en un trabajo más compacto, en comparación con su disco debut. No importa que la mezcla sea tan explosiva como unos guitarrazos noise a lo Sonic Youth y una psicodelia que juega entre la Velvet Underground y Syd Barret -dos parientes musicales no tan lejanos-.
Lo importante es la intención, el envoltorio. Aderezar el sonido con una espesa niebla, con una nevada como la que cubre la portada del disco y que introduce definitivamente a la banda en el sonido más artesanal y lo-fi. Sólo basta oír Heat Strain. O Narrow with the Hall. Puro pop psicodélico que haría resucitar al propio Barrett. Incluso Penal Colony, con su ritmo machacón, con ese eco infantil.
Sin embargo, uno nunca puede tomarse del todo en serio sus influencias (no vaya a ser que se terminen rebelando en tu contra). Dejando a un lado sus fantasías psicodélicas, Women se lía a mamporrazos con la guitarra, mientras la batería adquiere el protagonismo. Como una cuchilla afilada, cortando el tempo del disco por la mitad. China Steps o Drag Open se convierten en la punta de lanza del sonido más abrasivo de la banda. De aquí a ver a Kim Gordon pegando alaridos sobre el escenario, sólo hace falta un paso. Y es que, en el fondo, estos canadienses no pueden estarse quietos, sin jugar con su ejército de sintetizadores y efectos, hasta encontrar la senda adecuada.
Y aunque pudiera parecer que hubieran encontrado la fórmula mágica como por arte de magia, casi sin buscarlo, un vistazo más de cerca saca a relucir sonidos más elaborados, temas como Eyesore o Locust Valley. Aunque terminen sepultados bajo la nieve, bajo esa espesa niebla que amenaza con despertar mi nostalgia. Y es que Women han debido de pasarse los últimos años escuchando esos viejos vinilos de sabor añejo, sucio y rompedor. Hasta conseguir esa mezcla perfecta en el que ingredientes como Sonic Youth, Syd Barret y la Velvet, sazonados con una intención honestamente lo-fi, parecen parientes de toda la vida.
La pena es que entre tanta avalancha revival (más o menos sonrojante), grupos como Women se queden en un segundo plano, esperando dar el salto al gran público. Entre tanto ellos seguirán a lo suyo, jugando entre el post-punk y el shoegaze, entre el pop y el underground, dando guitarrazos a diestro y siniestro en una canción y creando atmósferas progresivas a la siguiente. Y es que hay grupos que no tienen remedio.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9/10
