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WOLFMOTHER – NEW CROWN

Wolfmother parecían ya sentenciados a caer en el olvido tras varios pasos en falso como un segundo disco (Cosmic Egg) no muy inspirado, indefinidos cambios en su formación y, sobre todo, la decisión de Andrew Stockdale de desechar el nombre de la banda para lanzar su primer álbum en solitario (aún menos inspirado que Cosmic Egg). No obstante, y casi por sorpresa, nos ha llegado el tercer largo del grupo, una última bala llamada New Crown con la que intentar dar en el clavo como hicieron con su disco debut y volver a ser aquel grupo fresco y esperanzador. Y la verdad es que en unas primeras escuchas podemos afirmar que la jugada no les ha salido nada mal, con un sonido contundente que, a falta de esas semi baladas del primer disco como Vagabond, no nos va a dejar respirar en ningún momento.

La formación de este álbum vuelve al esquema de trío, y quizá eso haya ayudado a decantarse por el sonido más crudo y de raíz de Wolfmother que el más masificado y complicado de Cosmic Egg. Ahí tienen un punto a su favor, New Crown parece ignorar los experimentos más convencionales de Cosmic Egg e ir directo al grano, con una vuelta a ese sonido fresco y con sensación de inmediatez que lo coloca como la evolución natural de su disco homónimo. Al mismo tiempo, el sonido se va a volver más denso, con una primera parte llena de ambientes cargados, voces reverberadas y solos a lo Tony Iommi, pero manteniendo una espontaneidad y electricidad que se va evidenciar más en la segunda parte.

Desde How Many Times queda claro que estos son más los Wolfmother de su debut. Comenzando con uno de esos adictivos riffs característicos de la banda, el conjunto parece sonar sin ningún tipo de trabas o ataduras. El tema, sencillo en su comienzo, se vuelve más denso en un punto, como ya hicieran en canciones como Woman. Pronto nos damos cuenta de uno de los puntos positivos de New Crown, aunque en cierto punto pueda jugar en su contra: el grupo apenas disimula sus influencias, rindiendo tributo a sus mayores pero sin dejar de mostrar su personalidad propia. Andrew Stockdale suena más Ozzy que nunca, y eso queda claro en el segundo corte, Enemy Is In Your Mind, nostálgica de Black Sabbath que no nos deja tiempo para recuperarnos.

El sonido base de batería, guitarra y teclado lo vamos a encontrar por todo el álbum, sobre todo en la primera mitad. Tras los dos primeros trallazos parece que tenemos un poco de respiro (tan solo un poco) con Heavy Wight, pero pronto nos encontramos con un tema denso, del estilo de su predecesor, con un Stockdale especialmente inspirado e inspirador. En ella los ambientes opresivos e intensos van creciendo para dar toda una vuelta y volver hasta la sencillez del principio. Le sigue la canción que da nombre al disco, New Crown, que comienza con una guitarra de sonido deudor de Jack White y en la que vuelve la voz distorsionada. Con New Crown, Wolfmother juegan a gusto: mitad de canción, pausa, un sonido de bajo que te revuelve por dentro y la canción ha cambiado por completo, haciéndote desear que no llegue a su final.

Casi en el ecuador del disco, nos encontramos con uno de los claros highlights del disco: Tall Ships. Desde que empieza a sonar te atrapa y no deja que te sueltes: un riff de guitarra hipnótico, un evocador Stockdale que parece cantar desde los techos de una catedral (y que vuelve a recordar tanto a Ozzy como a Jack White), un estremecedor solo de teclado y otro de guitarra que pone el broche a una canción que consigue dar escalofríos de lo lograda que está.

En la segunda mitad del disco, nos encontramos con un conjunto más heterogéneo en el que el grupo deja ver una faceta más alejada de a lo que nos han acostumbrado. Encontramos Feelings, dos minutos de energía y  éxtasis en los que los australianos vuelven a pisar territorio de influencia garaje que ya mostraron en canciones como Apple Tree pero, no contentos solo con ello, se pasan de largo y llegan hasta las líneas del punk. De la crudeza de Feelings pasamos al híbrido entre The Stooges, un estilo embrutecido de los Rolling y el BRMC que es “I ain’t got no”, canción que cualquier grupo se moriría por exhibir como single. En la recta final tenemos el ritmo contagioso y de buen rollismo de She Got It, con un riff de guitarra que recuerda peligrosamente al Lonely Boy de The Black Keys pero que en esencia acaba evocando más a los White Stripes; la evocadora My Tangerine Dream, con voces imbuidas de Robert Plant y sorpresa final, que podría haber estado perfectamente en su disco debut; y Radio, donde sigue el Stockdale más psicodélico y la cual no resalta mucho entre el resto.

No se puede negar que New Crown no suena tan fresco y novedoso como el homónimo Wolfmother, pero como es casi imposible volver a sorprender como éste hizo, podemos ver este nuevo disco desde una perspectiva más humilde y afirmar que es, sin duda, un paso firme en la trayectoria del grupo. Por un lado nos da una buena dosis del nostálgico sonido del grupo original (volviéndose a su vez más profundo), y por otro nos muestra un lado más fresco que, aunque a veces se pierda entre el sonido de otras bandas contemporáneas, hace disfrutar igualmente abriendo un filón que se muestra esperanzador. New Crown tiene esencia y espíritu, y no hace falta decir que está a un nivel muy superior a Cosmic Egg, convirtiéndose en el que debería haber sido el digno sucesor de su genial álbum debut.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9/10

 

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