Llegó casi sin sorpresa el disco de Will Butler, miembro de Arcade Fire, a excepción del avance que supuso el single Anna. Mientras la banda madre aparentemente está en barbecho y nos mantiene a la espera de su próximo paso, en un momento en que parece que están en plena evolución, uno de sus principales cerebros se tira en solitario.
Y sin duda sorprende el primer tema, que se acerca a un rock de aires sesenteros, que no tiene nada que ver con la onda discotequera de Reflektor ni con el pop épico de los tres primeros discos de la formación. Cuando por otro lado, Anna ya es un tema más bailable, como un descarte de Reflektor, pero crudo y con menos producción, que nos da la idea de lo que es este disco: un compendio de canciones algo diferentes entre sí.
Policy se mueve entre el clasicismo del folk americano, el rock, el pop bailable y algo de experimentación como lo puede ser Something’s Coming, que recuerda a un Bowie en su época más jazzy y estrambótica, con unos saxos que recuerdan a la etapa de Heroes, y que se repiten en la excelente Witness que cierra el trabajo.
Al final, el disco nos deja una sensación contradictoria. La de esperar algo a la altura de Arcade Fire, pero nada más lejos que las intenciones de Butler, todo al contrario. Los temas son precisamente lo opuesto, evitar todo exceso épico, y se presentan sin demasiados arreglos, sólo acompañados de unos excelentes coros como los de Son Of God, el temas más pegadizo de este trabajo.
Posiblemente por esta razón, este disco a la primera parece algo decepcionante, pero al darle más vueltas gana con cada escucha, por su sencillez, por ir directo al oído sin pretensiones, porque se nos presenta a un músico que interpreta de una manera diferente a la que nos tiene acostumbrados, y por unas letras que supuran cierta genialidad. Por estas razones, Policy va entrando cada vez mejor.
No es el disco del año, ni lo pretende, pero es un ejercicio de simpleza y cercanía que Will Butler nos ha dado, seguramente con algún descarte de composiciones de los discos de Arcade Fire y alguna compuesta por la ocasión. Un sano ejercicio de música en bruto.
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