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WILD NOTHING – GEMINI

WILD NOTHING - GEMINISiempre es un placer poder descubrir bandas vírgenes a las que la industria todavía no ha tenido tiempo de hincarles el diente. Su máquina de hacer etiquetas se encuentra todavía en la recámara antes de que dé comienzo su cruzada justiciera. Aunque, en esta ocasión, parece que no ha habido necesidad de esperar mucho para la condena. A continuación, un resumen del veredicto del primer trabajo largo de Wild Nothing.

Haciendo un primer recuento de sospechosos habituales, descubrimos las voces con el sello My Bloody Valentine, los ritmos de batería post-punk y los sintetizadores más ochenteros que te puedas echar a la cara. Unos personajes que harán las delicias de los fanáticos del indie más revival, aunque a otros nos termine por dejar un poco fríos. Y no es porque el LP no empiece con fuerza gracias a temas como Summer Holiday o Pessimist. Sin embargo, la fórmula termina por repetirse hasta la saciedad a lo largo de las doce canciones que componen el debut de Jack Tatum bajo la franquicia Wild Nothing. Hay que tener algo más que un arrebato nostálgico para recuperar el legado más vitaminado de la música ochentera. Es cierto que la fórmula funciona, incluso que nos regala hits de la talla de Bored Games o Live in Dreams, pero ni llega al sentimentalismo de The Cure ni a la intensidad de My Bloody Valentine. Conforme van pasando las canciones, incluso la receta se termina por desgastar, apareciendo en escena una versión light de grupos como Depeche Mode. Para muestra, temas como The Witching Hour o Chinatown.

Lo peor de todo es que Tatum ya nos había avisado hace apenas unos meses cuando publicó el EP Golden Haze. Pero, claro, algunos no nos dimos por aludidos y ahora tenemos nuestro merecido. A otros les parecerá la enésima reencarnación del post-punk o del post-post-punk o de como lo quieras llamar. Incluso los devotos del indie más pop y bailable podrán disfrutar durante mi rato con este debut de la formación. Pero la fórmula, pasada ya por la trituradora de los años, parece haber perdido su fuerza por el camino.

Espera. Guardemos un momento el mazo justiciero. Quizás sea demasiado prematuro hacer cargar con las culpas al pobre de Jack Tatum, al que hemos condenado a llevar sobre sus espaldas el peso de bandas de la talla de The Cure o My Bloody Valentine. Como siempre, la industria, en su eterna búsqueda del nuevo mesías del indie -ahora que parece que grupos como Arcade Fire o Kings of Leon ruedan cuesta abajo-, ha echado a los lobos este nuevo intento por recuperar algo de ese espíritu que se ha ido perdiendo a lo largo de los años. Aunque, pensándolo mejor, quizás la culpa sea en parte del propio Jack Tatum que, con este Gemini, ha vuelto a abrir el tarro de las esencias, la nostalgia de unos años que ya nadie podrá recuperar. Y, claro, como siempre, las comparaciones son odiosas.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6/10

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