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WILCO – STAR WARS

Conociendo a Wilco, no debe resultar casual que hayan bautizado su último trabajo con el título de Star Wars y lo hayan presentado con una portada de temática felina. Gatos y La guerra de las galaxias, las dos búsquedas más recurrentes en el universo digital. La lucha contra la irrelevancia frente al océano virtual parece estar en el hueso del nuevo trabajo de los Chicago. Aunque para ello hayan utilizado la, ya un tanto desgastada, estrategia de lanzar el disco sin previo aviso y ponerlo a disposición de sus fans en descarga libre. Nada nuevo bajo el sol. Lo hicieron Radiohead con In Rainbows, lo secundó Bowie lanzando sin apenas campaña de marketing su última colección y hasta un tipo tan meticuloso como Kevin Shields lo probó con el primer disco de My Bloody Valentine en dos décadas, mvb. Incluso los propios Wilco compartieron The Whole Love, su anterior elepé, semanas antes de su lanzamiento a través de su sitio web.

El efecto sorpresa, pues, queda anulado. Un ligero destello, miles de tuits y en una semana nadie se acuerda de ello. Justo lo contrario de lo que tradicionalmente buscaban Wilco con su música. Al menos hasta ahora. Una primera escucha de Star Wars arroja un disco apresurado, de rápida digestión y costuras mostradas sin pudor. La banda de Chicago parece haber entrado en el estudio sin grandes pretensiones, con la simple intención de registrar el momento actual de la formación. Esto es, un combo que hace tiempo que abandonó su puesto en primera línea de la vanguardia country-rock, pero que mantiene la excelencia tras veinte años de carrera, incluyendo una última década sin cambio alguno de alineación en sus filas. Es precisamente esto último lo que había provocado los primeros murmullos entre sus seguidores.

En Wilco (The album) y el ya nombrado The Whole Love Tweedy y compañía pasaban el corte gracias a recoger buena parte de su baúl melódico ubicado en el pasado y entregarlo de manera fresca. La fórmula, no obstante, estaba agotada. Tocaba, tirando de tópico, renovarse o morir. Romper la baraja de nuevo o caer en la irrelevancia del grupo veterano capaz de convocar a un público fiel, pero sin la antigua capacidad de sorpresa. Conociendo a Tweedy y los suyos, la opción parecía clara.

Frente a otras formaciones que parecían reclamar hace unos años el trono del universo americana en el siglo XXI (véase Bon Iver o Fleet Foxes), los miembros de Wilco no han agachado la cabeza, manteniéndose en la primera línea de batalla con discos en conjunto y en solitario, festivales y producciones. Y, aún así, no era suficiente. Star Wars es ese intento por salirse una vez más de las carreteras previamente rodadas, aventurarse por terrenos que, aunque previamente vislumbrados, no habían sido completamente explotados por los de Chicago. Que el intento sea exitoso es otra cuestión.

Los primeros segundos del plástico estampan en la cara del oyente unas guitarras emborronadas, un ritmo patoso, una interrogación sin resolver. ¿Es esto lo que nos quieren ofrecer los Wilco en el año 2015? Los acordes de More… se encargan de despejar la incógnita. La base machacona de Random Name Generator lo confirman. Hoy en día los de Illinois prefieren desechar los detalles en beneficio de la melodía veloz y el garabato fresco. Entrar, salir y dejar tras de sí un par de riffs y un estribillo pegadizo. Para eso los de Chicago se ayudan de la herencia glam rock (la ya mencionada More…) o de las guitarras desmelenadas a lo Television (Cold Slope), y lo barnizan con ese sonido distraído, de puntadas sueltas, sin rematar, que el propio Tweedy ya practicó en su reciente disco en solitario.

Claro que, frente al espíritu abstracto y libre de este último, Star Wars presume de concisión. Una cualidad que termina por condenar a la colección. Una canción como Pickled Ginger se habría beneficiado de un trabajo más cuidado, dejando que la melodía sirviera de base a otras ideas. A cambio Tweedy y compañía nos entregan un acorde lleno de fuzz y la, mil veces vista, gimnasia guitarrera a cargo del virtuoso Nels Cline. Un recurso que había funcionado en no pocas ocasiones (basta escuchar cómo abría su anterior trabajo), pero que en Star Wars termina por convertirse en monotema contra la falta de inspiración. Si en el pasado Wilco habían encabezado la revolución del rock americano dejando que entre las rendijas del country y el folk se colaran las distorsiones del rock alternativo o las fantasías del pop más heterodoxo, en su nuevo disco todo queda tan comprimido que las melodías parecen quedar asfixiadas, incapaces de lucir.

No todo está perdido, a pesar de todo. Contrarrestando esa urgencia, la banda va dejando algunas perlas a lo largo del camino. Son precisamente esos momentos en los que la formación echa el freno y se toma un respiro los que nos devuelven a unos Wilco más reconocibles. You Satellite logra crear la tensión necesaria para que esa maraña de guitarras final no se atragante. Magnetized, con sus reminiscencias al cancionero de Brian Wilson, huele a clásico del repertorio de los de Chicago. Y Where Do I Begin, con ese comienzo limpio que Tweedy y compañía no logran coronar con éxito, parece representar el espíritu de la colección: una promesa que termina deshinchándose hasta perderse a lo lejos, sin dejar poso alguno.

Como de costumbre, una mirada hacia atrás puede darnos la clave de este desconcierto. A mediados de la pasada década Wilco alcanzaron el reconocimiento situándose en la encrucijada entre Neil Young y Television, marinando a Dylan con la Velvet Underground. Hoy, diez años después, los grandes triunfadores del rock americano parecen haber escogido una de estas dos desviaciones. Y, con este cambio de rumbo, parecen haber perdido algo por el camino. La inspiración, la capacidad de sorprender, quizás la posibilidad de seguir siendo relevantes.

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