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UNKNOWN MORTAL ORCHESTRA – MULTI-LOVE

Por fin tenemos con nosotros el tercer álbum de la banda de origen americano y neozelandés Unknown Mortal Orchestra. Liderado por Ruban Nielson, el trío presentó su sencillo debut homónimo en 2011 y dos años más tarde el notable II. Hasta la fecha el sonido de estos tipos era psicodélico, un tanto lo-fi, bastante pop, accesible y divertido, sus temas se basaban en melodías pegadizas y la interesantísima voz de Nielson, pero no había mucho más.
Sus dos primeros álbumes eran muy escuchables, de ponerlos en bucle en cualquier momento y dejar que las canciones se repitiesen sin apenas reconocerlas entre el sonido homogéneo. Ahora las cosas han cambiado, a Unknown Mortal Orchestra le faltaba este álbum, un disco memorable  -que no histórico ni un clásico- pero si uno con varias canciones que brillan por sí solas y que nos ofrecen una paleta más variada dentro de toda la coherencia que sigue guardando su sonido, canciones y momentos que recordaremos de forma independiente, no como anécdotas.
Multi-Love tiene varios momentos álgidos muy por encima de la media, y desde la primera escucha se transforma en -al menos- uno de los mejores discos pop del año. Guardando respeto y culto a sus predecesores con canciones como Like Acid Rain y Stage Or Screen, este nuevo ejercicio desarrolla mucho más lo que Nielson puede ofrecer. Si hace un año nos dicen que Unknown Mortal Orchestra van a hacer un álbum de 41 minutos en 9 canciones nos da la risa. Eso es lo que nos ofrece Multi-Love, más Nielson, un acto prolongado de neopsicodelia divertida y bailable, en el que esta banda miscelánea se aúpa a la cabeza del estilo y por primera vez siente el viento del género en la el rostro (¡qué divertido!), y es que a riesgo de ser redundante, en varios de los temas el oyente se sentirá extremadamente atraído por la llamada del baile desvergonzado y absurdo.
Entrando en materia del contenido del álbum, abre con el single que le da nombre, que ya hemos escuchado unas cien veces con su teclado de juguete y su synthpop que evoluciona con cierto dramatismo en un tema muy bello y visceral, pero ciertamente accesible. Después, la antes mencionada Like Acid Rain para que el oyente medio no se asuste, con ese toque tan funky que nos encanta en la banda, y que tan bien desarrollaron en II. También hay que hablar de esa especie de desfase o desafinación que acompaña constantemente el pedal de la guitarra de Nielson, dándole el toque final a un sonido muy pasado, pero que se vuelve perfectamente natural como podemos comprobar en Ur Life One Night. Me gustaría con ello destacar que los de Portland unen dos géneros que con ellos se funden de forma casi natural pero que surgieron con 15 años de diferencia. Can’t Keep Checking My Phone es seguramente el temazo del disco, pegadizo hasta la médula, con un bajo que podría ser de Nile Rodgers y un estribillo fresco como la gaseosa, encima ni se excede ni es demasiado breve, es preciso y completo, un acierto total que podrá entrar en muchas listas y podremos escuchar este verano.
A continuación, tenemos Extreme Wealth and Casual Cruelty, la más dramática y oscura, con el toque del saxofón que le sienta de miedo, con Nielson impasible y sin miedo a añadir nuevos elementos mientras oímos su voz medio apagada repitiendo de forma melancólica la misma frase entre filtros un poco tripees para darle el toque final, el de mal viaje, el de bad mood, pero sin quitarle un ápice de calidad a la conjunción del tema. Podría seguir parando en todos los temas porque realmente no sobra ni uno (además ya son bien pocos) pero prefiero que seáis vosotros los que os dejéis llevar de nuevo por aire funky de The World is Crowded, la melancolía del sonido pasado en Stage Or Screen y la sensualidad y el misterio más absolutos de Necessary Evil, tan sugerente como su título indica. Donde sí me voy a parar finalmente es en el maravilloso cierre, Puzzles, con esa intro en la que nos podemos imaginar desangelados por el amor paseando por una zona arenosa cercana a la autopista, con la única luz de referencia de los faros de nuestro vehículo, mientras pasan coches cerca de nosotros y reventamos algunas cristaleras -que no sabemos quién ni por qué las habrá dejado ahí- con una mezcla de satisfacción y rabia. Hasta que Nielson decide ponerle banda sonora a nuestro estado de ánimo, primero con acústica, luego con la desgarradora guitarra eléctrica y finalmente con su propia voz, gritando raída y dramáticamente a quien amaba “I don’t want to solve your puzzles anymore” cansado del Multi-Love y de todas las mierdas que lleva creyéndose junto a ti 35 minutos, para hacerse el liberal, o simplemente para estar cerca de una manera casi falsa, de lo que deseaba.
Así de “épico” y duro es el final para este gran disco de Unknown Mortal Orchestra, que por fin les da la visibilidad que merecen en el mundillo de la psicodelia. ¡Ya podrían haber hecho esto desde el principio! Y que sean muchos más así. Un indispensable de 2015 este Multi-Love.
 
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