Después de 30 años de carrera, nadie podría esperar gran cosa de una banda de electrónica que alcanzó su auge hace ya 20. El recorrido de Underworld es bastante más largo de lo que parece, es el de una vida, pues Karl Hyde y Rick Smith llevan haciendo música desde que tenían acné e ideas confusas hasta que ha llegado incluso la muerte de sus progenitores (el título son las últimas palabras del padre de Smith). Por tanto, es obvio que en un género como el techno en el que se necesita un redescubrimiento constante y una innovación vanguardista para ser fresco y atractivo -al menos para la prensa-, Underworld perdieron hace algo más de una década las que fueron sus mejores armas.
Pero, aunque la innovación ya es prácticamente imposible para ellos, los de Essex han recuperado gran parte de la bailabilidad y el mood que en álbumes como Barking o Oblivion With Bells parecían perdidos. No estamos hablando de un gran disco, pero de uno bueno seguramente; un disco que no se hace largo, de nuevo con un aire oscuro, sofisticado y provocador que apetece reescuchar y llevarse a una (buena) fiesta. Barbara, Barbara, We Face A Shining Future resulta una recolección muy acertada de varios de los sonidos creados y utilizados por la banda a lo largo de los 90. Con perspectiva y cierta melancolía recopila momentos y eventos concretos, de forma casi nostálgica, mirando al pasado, o en este caso a la muerte, gracias a los eventos sucedidos a la familia de Smith. Así abre de forma eufórica con I Exhale, con esa especie de spoken word que encadena palabras con una intención concreta, sobre una base bailable y divertida, que se acerca peligrosamente a ser la mejor del álbum. Encontramos también un sonido más minimalista y sensitivo del que Underworld nos tienen acostumbrados, beats más house y comerciales, salvo la excepción del techno costroso de If Rah, que recuerda bastante a lo que viene haciendo Tiga o London Paranoid entre otros, aunque con unos sintetizadores finales más refinados. El resto del disco bebe claramente de lo desarrollado por los artistas influenciados por la propia obra de Hyde y Smith, esta extraña analogía recuerda a la que Kanye West se ha montado con sus colaboradores en The Life of Pablo.
A pesar de esta positiva homogeneidad, canciones como Low Burn u Ova Nova brillan con luz propia, siendo cortes que recuerdan a este espacial y nocturno trance, o house progresivo con el que la banda británica hizo bailar bajo los efectos a tanta gente en sus grandes años. Lo mejor de su noveno álbum es que Underworld, a pesar de sonar cansados, suenan con ganas, con ideas concretas, maduros, y poco pretenciosos, y esta sencillez se agradece. Personalmente el único tema desacertado me parece Santiago Cuarto, que a pesar de contribuir al estado de negra sinestesia, rompe ligeramente el ritmo del disco, y entran ganas de saltarla a cada escucha realizada. El cierre es este pseudocrescendo muy discotequero Nylon Strung, con un aire a celebración y a emotividad que nos reblandece un poco de cara a terminar con emoción la escucha. Porque este Barbara, Barbara, We Face A Shining Future es bastante más que “un álbum más de Underworld”, en él hay una afectividad muy marcada y vital, que resulta esencial entender para bailar y disfrutar del mismo con más ganas y consciencia. Concluyendo; certero nuevo disco de Underworld, que no parece el principio de una gran serie, sino más bien el cierre de algo potente, un cierre gozoso y bastante humanizado (cosa que no acostumbramos a ver en esta banda ni en los géneros por los que han buceado), a pesar de la fría producción.
Escúchalo aquí:
UNDERWORLD – BARBARA BARBARA, WE FACE A SHINING FUTURE
