Atrás quedaron los tiempos en los que Jorge Pérez se embarcó en solitario en una nueva aventura que llamaría Tórtel. Ya en su tercer disco, tras Entusiasmo (2012) y Lugar Nuevo (2009), ambos con buenísima acogida por parte de la crítica, hay una evolución sin perder el sello identificativo del artista. La portada sigue en ese juego naíf y colorista que ya vimos en Entusiasmo, en la que se evocaba directamente a las pinturas de Henry Rousseau.
El tema que da nombre al disco nos introduce de lleno en el universo de este talentoso músico. “Busqué un lugar para esconder mi ruina; no es nada interesante hablar de mí”, reza una letra a la que no sobra humor negro ni autocrítica. Con Segundo intento de detener la historia, se sugiere hacer magia con un virus. Se nota cierta influencia psicodélica en pequeña medida, dosis de azúcar con cuentagotas para canciones con algo de amargura en ellas. Llenas de sentido del humor e inteligencia, sus letras combinan a la perfección con unos arreglos instrumentales con gran riqueza melódica.
La vieja escuela se esgrime como una duda hacia la confianza en los demás, “¿puedo confiar en ti?” una cuestión que puede verse como una pregunta o como afirmación, según cada uno. Cambiando radicalmente de tema, está El rayo mortal, que se sumerge en la catástrofe, con tanta omnipresencia en los últimos años del apocalipsis.
La incitación a la acción surge en Canto oscuro, canto claro, entre ritmos caribeños que nos dejan caer que “si quieres algo, cógelo”, tan simple como eso. Y es que, a veces, parece que necesitamos canciones así para darnos cuenta de cómo afrontar determinadas situaciones o problemas, gracias a lo sugerente de las letras.
Como ya contó Jorge a Rockdelux, el disco habla “de sectas extrañas, farsantes patológicos, sociedades secretas, virus diseñados para detener el tiempo y, cómo no… del cauce sin agua del río Turia, donde todo el mundo se tumba a tomar el sol”. Como se puede apreciar, temas de lo más variopintos que no suelen verse en la gran mayoría de proyectos musicales patrios, y no tan patrios.
Despide el álbum Fantasmas, la reflexión hecha canción, una balada que con melodías a base de instrumentos de viento y percusiones ligeras con pandereta y palmas nos despide del universo Tórtel… por ahora. Porque, teniendo una de las carreras más sólidas y poco convencionales en cuanto a estilo del indie español, no podemos esperar menos.
Destacamos especialmente Queríamos más o la excelente pieza instrumental Tórtel estuvo aquí, con exquisitos ritmos tropicales que bien podrían igualarse a los que podemos escuchar en alguno de los dos discos de El Guincho. Una melodía relajada para escuchar sin prisas, en el último tramo del disco.
Te gustará si te gustan Sr. Chinarro o The New Raemon. En resumen, es un disco de corta duración y fácil escucha, ligero, cuyas letras se escapan de lo convencional, con temas cotidianos y costumbristas, dentro del viral y excéntrico mundo alternativo al que nos introduce Jorge Pérez.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10
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