Tan solo dos EPs (Dancing’s Done EP y Unkinder EP) le han bastado al dúo inglés Thumpers para hacerse un sitio en las filas del mítico sello Sub Pop con un debut a tener en cuenta dentro del indie pop actual.
Galore es su esperado primer larga duración. De esos dos EPs de los que hablábamos van a quedar reminiscencias aquí, y aunque se nota una evolución y una mayor profundización en el sonido que les caracteriza (así como una sobreexplotación) y todo el conjunto mantiene un buen nivel, es inevitable pensar que todo el conjunto gravita en torno a esas canciones que ya conocíamos (Dancing’s Done, Sound of Screams, Unkinder). Quizás se deba a que, junto a las demás canciones de la primera mitad, son las que entran más fácil.
Se va a tratar de un álbum enérgico e intenso, con una amalgama de sonoridades que a veces pueden funcionar y a veces, bajo el peso de todo un disco en ese tono, pueden pecar de demasiado cargantes. Los ritmos frenéticos, con una batería siempre bulliciosa y rompedora, contrastando con coros ensoñadores y armonías superpuestas, junto a unos teclados luminosos, van a ser una constante.
Al abrir con una canción como Marvel, en la que se van sumando todas las características del grupo inglés (la batería, las voces hiperdimensionadas, todo ese fondo colorista…), nos vamos a poder meter de lleno en el disco y saber qué dirección va a llevar. Apenas nos hemos acostumbrado al sonido suena Dancing’s Done, con un exceso que de momento entra bien y un estribillo agradable, que junto a Sound of Screams y Unkinder (A Tougher Love) conforma el núcleo fuerte del disco. Unkinder, con ese ritmo tan marcado, la batería, los teclados encendidos, los coros y ese atrayente estribillo resulta, quizás por conocerla desde hace más tiempo y haberle cogido cariño, de lo más reseñable del disco, ya que se mantiene fresca como el primer día. Definitivamente no es un punto a favor que lo más destacado de una nueva obra sea algo antiguo, pero en general el disco va a mantener el tipo en cuanto a calidad y va a tener cortes con exploraciones interesantes (como Wilder Wise), al menos cuanto más cerca del ecuador estemos. Come on Strong sigue en la misma línea, aunque ya vayan buscando el aún más profundo, y su luminosidad consigue una sensación de comodidad. Now We Are Sixteen es una canción agradable y más relajada que aunque por sí misma no destaque demasiado es la forma perfecta de cerrar la primera mitad del disco y aportarnos un momento de descanso ante lo que va a venir.
La segunda mitad del disco va a resultar más diferente e indagadora, con más vueltas de ritmo y sonoridades, aunque va a mantener los elementos básicos del grupo inglés, así como falsetes y una cantidad de voces casi australes en los coros que parecen provenir del mismo ente cósmico (Tame, Roller). Es esta mitad en la que más se puede profundizar, pese a que uno puede acabar perdido y confuso entre tanto cambio de movimientos. En Tame podemos destacar la exuberancia de los coros y ese teclado hacia el final de la canción. Resulta un corte interesante, al igual que Wilder Wise, que comienza más controlada y convencional pero va cayendo otra vez poco a poco en esa grandilocuencia de voces y sonidos para después dar otra vuelta dejando sonar una reminiscencia del estribillo de Galore, primer single del álbum, como haciendo alusión a algo que está ya muy lejos, como a unos recuerdos de juventud. Roller comienza marcado por ese ritmo inquieto para ir cayendo de nuevo en esa espiral de exuberancia que, quizás porque el álbum ya lleva mucho territorio marcado y no atiende a muchas más sorpresas, termina cansando. En la relativa simpleza de Running Rope, contrastando con Roller, aunque tampoco sea una maravilla encontramos un punto a favor, y es que en este punto esa vorágine de sonoridades ya está demasiado explotada y por tanto agotada. Aquí encontramos a unos Thumpers más sensibles y menos incisivos. Con Together Now se intentan otros caminos que, al fin y al cabo, acaban en el mismo sitio que antes, lo que no la hace especialmente reseñable, y menos como cierre.
Galore presenta una magnificencia muy poco controlada, con total ignorancia al “menos es más” y una cantidad de sonidos en los que lo que no juega bien no es su número sino la disposición de estos. Se trata de un problema de organización, de distribución en perspectivas, todos esos sonidos parecen estar pegados a la fuerza, y así muchas veces parece ser el resultado de un deseo de juntarlo todo en un momento que no termina de funcionar. De hecho, parece como si el grupo hubiese querido darlo todo y hubiese fallado en su conjunción. Es a ratos agradable y a ratos excesivo, sobre todo en una segunda mitad que desafía en nuevas sonoridades pero que una vez explotadas del todo pueden resultar agotadoras. Pese al tono luminoso y colorista del álbum en general en algunos momentos se vuelve un poco más denso, como en Wilder Wise o en Running Rope.
Es un disco que se puede disfrutar según quien lo escuche, con algunas canciones más agradables y movidas que te invitan a levantarte y otras más reflexivas que te introducen en una especie de efecto placebo. No obstante, para cuando uno acaba de escuchar el álbum tiene la sensación de que ha terminado uno distinto del que empezó, y es que el grupo inglés se mete por muchos caminos y en ocasiones acaba irrevocablemente perdido en ellos, si bien afirma que son un grupo de grandes pasos y deja un hueco a la esperanza de que la madurez traiga más control sobre su torrente creativo.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10