Vuelven Those Dancing Days. Después de su exitoso álbum debut, titulado In Our Space Hero Suits de 2008, vuelven a la carga con Daydreams & Nightmares. Es necesario admitir que un servidor tiene predilección por todo aquello que Suecia exporta, pero que la objetividad me hace ser cauto y la impresión es que el reciente LP, es por así decirlo, muy bueno.
Acostumbrados a ciertos grupos formados por mujeres que crean un pop facilón, sencillo, pegadizo y de letras simples de corte Au Revoir Simone, Those Dancing Days parecían uno más del montón. Pero ahora deciden dar una vuelta de tuerca, reinventarse, salirse de la marabunta e intentar demostrar independencia.
Ahora impregnan rock a sus canciones, lo aceleran y en ocasiones le enchufan descargas eléctricas que tan de moda están. Para muestra un botón, mejor dicho, I’ll Be Yours. Grandísimo tema. Tratan de ser más incisivas, de acelerar al personal, y de anunciar que sus directos van a ser diferentes, ya que la línea que marcan ahora obliga a ello.
Patrick Berger en la producción se ha encargado de disimular el synthpop presente del primer trabajo para dar paso a un estilo más marcado de guitarra. Han evolucionado en estos tres años, sí, y también han sido influenciadas por los The Cure más fiesteros, por el descaro de The Ting Tings y, en menor medida, por CSS o The Sounds. Pero, al fin y al cabo, no es necesario buscar comparaciones, porque ahora podemos afirmar con rotundidad que Those Dancing Days suenan a Those Dancing Days.
Reaching Forward abre el álbum y ya nos podemos hacer una idea de lo que va venir después. Resume su nueva idea, electrónica sí, pero en su justa proporción, aporreo de batería, guitarras en estado de libertad y una canción que va de más a mucho más. Los once cortes del disco pasan de manera rápida y eficaz haciendo parada en Help Me Close My Eyes, una canción soberbia, que para hacernos una idea es como si Natalie Imbruglia cantara borracha y con una guitarra eléctrica.
Dice mucho de la intención que quieren dar a sus canciones el hecho de que apenas haya medios tiempos, exceptuando When We Fade Away, siendo el único resquicio para respirar, y que las canciones tienen una media de tres minutos de duración haciéndolas directas y contundentes. Otra parada es I Know Where You Live Pt. 2, carne de directo. Y es que es muy difícil mezclar olor ochentero, con pop, punk, teclados, guitarra, electrónica y que encima te quede bien.
Todo acaba con One Day Forever a dúo con Orlando Weeks de Maccabees, y el final es notable, como todo su trabajo. Es necesario avisar que quizá, después de leer estas lineas, pueda parecer que estas chicas son un grupo nuevo que no tiene nada que ver con lo anterior. No es cierto, pero sí hay que destacar el rumbo que han tomado, dando un giro que ellas creían necesario y sobre todo querían, porque al fin y al cabo, si tienes talento, haces lo que te da la gana.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7.5/10