The Walkmen no necesitaban alcanzar madurez musical en este disco, pero ante tanta expectativa tras el aplaudido You And Me, sólo se han limitado a armar otro buen disco de aquellos en los que un desarrollo vocal con altos pero áspero complementa a los acordes, de aquellos sucios y limpios que simplemente parecen funcionar.
Canciones claramente diferenciables la una de la otra es lo que abunda en ésta, su sexta producción. Desde el jazz al rock de los cincuenta, pasando por el folk con clara influencia de ciertos acordes reconociblemente mexicanos, The Walkmen han logrado un disco que no se llega a perder en lo melódico a pesar de la abundancia de esto último.
Empezarlo con Juveniles fue un gran acierto, es quizá la mejor canción del disco para introducirnos a él, pero no la que nos da la idea principal del álbum por sí mismo. Lisbon es un trabajo que parece estar influenciado por la ciudad homónima que los acogió al hacer esta producción ya que, si bien hay canciones que sobresalen y motivan al movimiento de extremidades, la mayoría parece ir hacia un intento de viaje auditivo a los años cincuenta y sesenta con todo lo que eso conlleva, incluyendo letras que parecen provenir de la época tal cual.
Poca revolución en cuanto a sorpresas del disco, pero sí varios sonidos interesantes como instrumentos de viento, gospel, algo de country que se cuela de forma muy sutil, folklore que no se queda en el meramente americano y, como no mencionarlo, la soberbia vocal de Hamilton Leithauser.
En general, un disco interesante para escuchar, sobre todo si uno gusta de sonidos curiosos y se da el tiempo de ir reconociendo no sólo el ritmo principal, pues de ser así poco se puede hacer para albergar a un nuevo oyente que lo reconocerá como un disco meramente melódico y que, con ciertas excepciones, contiene canciones que no se diferencian la una de la otra. Un disco hecho de detalles es lo que nos han traído esta vez The Walkmen.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10