Apenas un año es lo que separa a este Portico: de Hit the Waves, lo último que supimos del grupo sueco, tiempo que no ha sido suficiente para hacer mucho camino desde esos ambientes paradisíacos que poblaban el último trabajo de The Mary Onettes.
Este nuevo álbum, aunque más aparentemente conceptual con ese sonido espacial que buscaba el grupo, sigue en la línea del mencionado Hit the Waves, más cercano al dream pop más electrónico y más alejado de, por ejemplo, el post punk de Joy Division. Portico: tiene un sonido ensoñador y grandilocuente que se desmarca aún más del debut del grupo. Se mantiene esa influencia cercana a grupos como The Smiths o Echo and the Bunnymen en canciones como Naive Dream, pero se nota que cada vez se van apartando más y van fraguando un sonido más independiente de sus mayores. Quizás lo más novedoso sea por un lado esos sonidos de guitarra ligeramente asiáticos que salen a relucir por momentos, como en la notable Silence Is a Gun (componiendo un contrapunto bastante acertado con el ensoñador ambiente de la canción), y por otro esos sonidos como de viaje galáctico, que se hacen muy evidentes por ejemplo en Naive Dream o Ritual Mind y con el que The Mary Onettes crean el tema principal de este álbum. No obstante, más allá del retrato que pinta, tampoco es que esto sea muy reseñable. Al final terminan destacando más las canciones más cercanas a la influencia original ochentera, como las dos canciones que abren el álbum o Your Place (con, no obstante, un teclado con esos sonidos galácticos camuflado tras la guitarra y la voz más clásicas), que las que intentan dar un paso más allá, como puede ser Bells for Stranger.
El disco abre bien con la mencionada Silence Is a Gun, que compone lo más destacado del conjunto, y consigue mantener el tipo con la siguiente Naive Dream, que inmediatamente recuerda a los ambientes de Hit the Waves, pero pronto se pierde en una monotonía en la que pocos momentos sobresalen y que termina aburriendo, como pasa por ejemplo con Everything Everything, que aunque empieza interesante después se va perdiendo. En ella vuelven por momentos la guitarra imbuida del espíritu Smiths. Otras canciones, como es el caso de Ritual Mind, necesitan de varias escuchas para que entren, por lo que acaban desesperando y, aunque siendo interesantes, no destacan demasiado.
Este es el punto más negativo del disco: no hay vida ni agitación, solo monotonía. Portico: es simplemente una serie de canciones que crean un ambiente (a su favor tiene que es lo que quería el propio grupo, crear una imagen), pero no despierta nada más allá de introducirte en una especie de adormecimiento. Es más música para tener de fondo que para quedarte embobado ante ella y prestarle toda tu atención.
En la recta final del álbum lo más reseñable es el cierre de Bells for Stranger y el paso a Portico: 2014, que resulta interesante pero hubiese sido un mejor cierre en un disco más largo.
A su favor hay que decir que la duración del álbum tampoco da para mucho más (aunque también esto podría haber sido usado a su favor), y por ello tampoco se hace extremadamente pesado. Lo bueno de Portico: es que confirma que The Mary Onettes se van reinventando (muy) poco a poco y queda esperanza para algo más allá de este álbum que, salvo en momentos puntuales, raramente consigue mantener el interés del oyente.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6/10
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