Cedric Bixler Zavala y Omar Rodriguez Lopez, también conocidos como The Mars Volta, han vuelto de nuevo con Noctourniquet para una vez más, dar una vuelta de tuerca a su sonido, experimentar, probar cosas nuevas y ver hasta qué lugares se pueden llegar.
Dando por hecho que ya nunca publicarán una joya como la que supuso su primer álbum De-Loused in the Comatorium, en la que Flea y John Frusciante aportaron algo más que su peso marca Red Hot Chili Peppers, podemos suponer que este grupo que anda entre México y Estados Unidos pueda ofrecernos discos más que interesantes como Amputechture, otros conceptuales hasta límites insospechados como Frances the Mute, u otros para olvidar como Octahedron. Entonces, si analizamos un curriculum con idas y venidas, y le añadimos que se trata de un grupo inclasificable como The Mars Volta, la cuestión se torna complicada.
Ahora en 2012 no pierden ese rock progresivo por el que se dieron a conocer. Con el mismo peso de siempre, la voz de Cedric y las cuerdas de Omar toman el cuerpo de las canciones, como en The Malkin Jewel o Molochwalker, las cuales se bañan de fuerza y pragmatismo. Pero es ahora donde las nuevas influencias toman forma en rock ochentero e incluso electrónica, como en Zed and Two Naughts. Todo ello en su justa medida, para hacer de todas las canciones pequeños cortes sin demasiados excesos. Dejan atrás esas canciones de minutajes extravagantes para pasarse a los cánones establecidos. Quizá The Mars Volta gustaba por eso, por ser la excepción. Ganará en igual o mayor proporción de la que perderá adeptos. Cedric vuelve a alejarse de sonidos vocálicos propios de At the Drive-In para volver a ese tono rabioso y eléctrico que dejó en The Bedlam in Goliath. In Absentia es una oda a la psicodelia más post-moderna, con voces dejadas y sonidos de otro mundo. El resultado es más que satisfactorio.
Siguen esas atmósferas de rock, como en The Whip Hand, corte que abre el trabajo. Ahora es un rock más cercano, ya no tienen esas melodías de viajes interminables pero placenteros. Ya no improvisan, sino que siguen las pautas marcadas del rock de escuela junto a lo ya sabido, guitarras, batería y Cedric. Aegis es el ejemplo de estos ¿nuevos? The Mars Volta. Es difícil aventurar una nueva pauta marcada. Es mejor establecer Noctournique como una nueva extravagancia de un grupo que, si bien ha demostrado todo su potencial y calidad, siempre se espera algo más. Probablemente ya lo dieron en sus comienzos. Ahora nos quedan solamente sus destellos, gloriosos destellos de tardes mejores.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10