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THE HORRORS – SKYING

THE HORRORS - SKYINGEl estilo desarrollado por The Horrors puede gustar más o menos, pero algo innegable es que, desde que empezaron hasta ahora, han evolucionado hacia una parte más melódica y mucho menos áspera, sin dejar de lado las bases que siempre han estado en su música. Varios siniestros de los ochenta como The Fuzztones o Joy Division caben aquí, por no señalar algunos anteriores, más garaje, más punk, pero el mencionado refinamiento de su estilo, dándole una forma más personal, y tal vez dirigiéndose a un público más amplio, no desmerece un ápice. Parece que el tiempo que se han tomado entre disco y disco ha sido decisivo para un desarrollo tan evidente. El que se produjo desde su primer trabajo Strange House (2007), cuando sus mayores influencias eran de grupos como los primeros The Cure o Bauhaus, hasta llegar a Primary Colours (2009), con un reconocible eco ochentero, fue un trayecto en el que el cambio fue patente; desde la psicodelia más sucia y oscura a otra más depurada. Tres años más tarde, tal vez por las ocupaciones del cantante Faris Badwan fuera de la banda, lanzan Skying, calificado como más cercano al llamado “shoegazing”, etiqueta personificada por bandas como The Jesus and Mary Chain, o algunos más recientes como The Pains of Being Pure at Heart, es decir, un paso hacia adelante sin dejar de mirar hacia atrás. Es como si hubieran perdido el “horror vacui” que caracteriza Primary Colours depurando y espaciando más los sonidos de cada instrumento y con más diferencias entre ellos, ya que algunos han pasado de tocar uno a otro en distintas canciones. Por si fuera poco, lo produjeron ellos mismos (Primary Colours fue producido por Geoff Barrows, destacado miembro de Portishead) y tal vez por esta razón nos encontramos con temas más armoniosos. También se ha prestado más atención a algunos arreglos y con su primer single, Still Life, pausado y con un bajo y teclados muy ochenteros, sonidos oscuros que acaban de ver la luz, seguro que han sorprendido a sus anteriores seguidores.

No hay más que poner su disco desde el principio y ahí tenemos Changing The Rain. Y a los que conocíamos a The Horrors anteriormente, se nos revuelven los oídos y nos preguntamos si realmente estamos escuchando lo último que han hecho, con un estribillo tan musical y esa voz no tan afectada y grave como antes. Sí, lo es. Bien, seguimos y pensamos que volvemos a sus raíces en el siguiente, You Said, ya que empieza oscuramente pesimista. Nada, más melodías tranquilas y ritmos lentos. Eso sí, suenan de fábula. No es que nos estén engañando, es que se pasean por otros lares, aunque hayan surgido del mismo sitio. Porque continuamos con I Can See Trough You, y apreciamos parte de su potencia anterior, moderada psicodelia, bajo consistente, teclados efervescentes, y una sencilla letra de desprecio. Y cuando nos encontramos con Endless Blue, entre el cambio de ritmo, el estribillo ahuecado y las guitarras graves, es cuando nos aseguramos de que son ellos y de si el disco suena de este modo hasta aquí, ya han hecho bastante.

Canción a canción nos vamos encontrando otros elementos similares, aunque a veces son lo único destacable en ellas. Es el caso de Dive In, fantástico inicio y acompañamiento guitarrero, incluso el llamado “bridge”, con un claro sonido gótico, pero no tan destacable como lo anterior. Un caso similar ocurre en Moving Further Away, no del gusto de todos por el paseíto que se dan por el mar a mitad de canción, y demasiado largo para otros, pero Wild Eyed, con un fondo edulcorado que casi llega a un “dream pop” evolucionado desde la más siniestra psicodelia, peculiar camino, sorprendente resultado. Monica Gems, recuerda a los primeros Suede, al igual que Oceans Burning, el último tema, aunque esta vez a su faceta más delicada, pero desafortunadamente, no con mucha gracia. No todo en el álbum es brillante, pero en general, tanto por la evolución como por los temas, es lo mejor que The Horrors han hecho hasta ahora.

Para rematar, la portada no sólo es un diseño fabuloso, las nubes y el mar mezclados, sino que ilustra de modo muy sugerente esos destellos que irradian algunos de sus instrumentos. Termina el disco y surge la duda: ¿queremos volverlo a oír desde el principio? Sí, queremos, además inmediatamente, señal inequívoca de que estamos hablando de un buen disco. El propio Rhys Webb, teclista y co-fundador, afirma en una entrevista en el Mondo Sonoro: “queremos que la gente se meta desde el principio hasta el final del disco”. No sólo te metes, sino que sales con tu afición a The Horrors completamente revitalizada. Objetivo conseguido.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8.5/10

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