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THE ENEMY – IT’S AUTOMATIC

Cuando un grupo irrumpe con un disco exitoso alabado por la crítica y el público, se encuentra ante la encrucijada mantenerse fiel a sus orígenes o innovar su sonido en cada entrega. La mayoría, por pura cuestión de supervivencia, elige la segunda alternativa. El problema suele ser el siguiente: 1) Son crucificados por utilizar la misma fórmula. 2) Son acusados de haberse vendido. 3) Su obra reciente es inferior a tu debut. Solo unos pocos (U2, Muse, Nick Cave & The Bad Seeds, Radiohead, Arcade Fire) parecen estar por encima del bien y del mal y pueden presentar propuestas que llevarían a la ruina a cualquier otra banda. ¿Qué pasaría si Coldplay lanzara al mercado un álbum como The King Of Limbs? La respuesta es sencilla: les estallaría la bomba en la cara.

En el caso de The Enemy, las terribles críticas de Streets In The Sky (Cooking Vinyl, 2012) estuvieron a punto de hundir su carrera. El disco fue tachado de basura, blando y tedioso, entre otros adjetivos menos amables. De hecho, muchas revistas británicas lo consideraron la peor publicación de aquel año. Ello ha obligado a los de Coventry a replantearse su futuro y saltar al vacío sin miedo a las consecuencias. Imagino a los puristas rasgándose las vestiduras al escuchar el sencillo homónimo que ofrecieron como adelanto de It’s Automatic. El sonido de guitarra influenciado por The Jam, Led Zeppelin, The Libertines, Oasis y The Clash ha desaparecido a favor de los sintetizadores, las bases electrónicas y los estribillos infecciosos que nos remiten al synth pop característico de The Human League, Duran Duran, OMD, Alphaville, Ultravox o Visage.

Debo reconocer que, lejos de desagradarme, el cambio me ha parecido innovador dentro de su discografía y lo considero un trabajo digno. La producción de Gethin Pearson (Radio On, Clay, Jaws, The Vestals) es resplandeciente y cristalina, haciendo hincapié en las bases electrónicas, teclados, piano, baterías sintetizadas y líneas de bajo. Tom Clarke canta mejor que nunca y utiliza el falsete de forma masiva en la mayoría de los temas. It’s Automatic, Everybody Needs Someone, la épica Melody (ideal para corear en los conciertos), So Much Love, Some Things (con un bajo a lo Notorious) y What’s A Boy To Do son pequeñas joyas que podrían encajar en cualquier disco de los ochenta.

Es indudable que la formación ha hecho lo imposible por conseguir un sonido más comercial. ¿Ello es bueno o malo? Por un lado probablemente horrorice a la mayoría de sus fans y por otro consiga que los seguidores de The Horrors, Ladyhawke, White Lies, La Roux y Brandon Flowers en solitario compren su propuesta. Aunque el álbum haya alcanzado un decepcionante número veinte en las listas británicas (su posición más baja hasta la fecha) las canciones se encuentran a la altura. ¿Continuarán por este camino o volverán a los orígenes en su próximo trabajo? Solo el tiempo lo dirá.

It’s Automatic debe escucharse sin prejuicios de ninguna clase. Tal como prometieron, su nuevo álbum sería completamente distinto a todo lo que habían grabado hasta la fecha. Han cumplido su palabra.

Escúchalo aquí:

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