Es más, a estas alturas de la película ellos no van a cambiar, y su psicodelia rock va a seguir siendo la que ya conocemos desde hace años. Por eso, en This Machine vuelven (por fin) a escupir rock de gala, crudo y a veces oscuro como en Sad Vacation, soberbio corte que abre el trabajo, pero sobre todo, vuelven a ser fieles a sí mismos.
Ahora hacen fácil lo difícil con melodías sencillas, como en The Autumn Carnival o I Am Free. Mezclan garage rock con post-rock americano, dando lugar a un eclecticismo que solo ellos podían hacer. En Don’t Shoot She Cried sueñan con parecerse a Pink Floyd en un alarde de neopsicodelia. Como almas musicales inquietas, siempre tratan de ofrecer algo diferente, y esta vez se llama Alternative Power to the People. Adrenalina al más puro estilo Primal Scream pero con sello propio, ritmos rápidos y batería machacona.
Tras una irregularidad manifiesta que no mostraban desde Thirteen Tales From Urban Bohemia probablemente, salvando el conceptual y por momentos extremadamente talentoso Odditorium or Warlords of Mars, ahora se centran, olvidan experimentaciones y se dedican a jugar con lo que saben hacer. La voz de Courtney Taylor-Taylor vuelve a ser de la misma crudeza que hace una década, y la batería y la guitarra marcan el compás de canciones que miran más a la Velvet que a las islas británicas. El resultado son cortes como Well They’re Gone o Enjoy Yourself.
Y es que no es fácil quitarse esa lápida publicitaria que supuso Bohemian Like You, tema por el cual vendieron toneladas de CDs pero que exportó una imagen que no les pertenecía y por la cual han tenido que pagar un peaje. Ahora intentan deshacer el camino hecho para recorrer el correcto, el que siempre debieron hacer, y simplemente con eso, consiguen un álbum que mejora con cada escucha, y eso, tanto en Portland como aquí, se aplaude.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 7/10