Casi doce años después de recorrer Estados Unidos en busca de “la Púa del Destino”, Tenacious D se enfrenta a una nueva aventura audiovisual. Si bien todo es producto de la imaginación del polifacético Jack Black y su compañero de hazañas Kyle Gass, éste no es sino un derrape en su carrera como creadores. Un patinazo que deja bastante que desear si se compara con sus trabajos anteriores.
La propuesta era muy atractiva, una miniserie de seis episodios en la que el dúo se enfrentaría a un 2018 que padece los estragos de un holocausto nuclear bajo la sátira y el humor simple que los caracteriza. La imagen sería simple y limpia con una animación escasa estilo South Park y el objetivo de la trama parecería sencillo. Tenacious D arregló el mundo y habrán de repoblarlo.
El resultado añora la inventiva que les dio la fama hace años. La banda se presentó en un momento en el que el humor absurdo se hacía ver en televisión. Johnny Knoxville forzaba los límites de la risa sobre la desgracia ajena con su “Jackass” y la MTV empezaba a apostar por la comedia barata. Ahora el panorama es otro y parece que Black no ha sabido encontrar su hueco. Netflix, HBO Go y Amazon Prime Video se negaron a distribuir su nuevo contenido y su respuesta inmediata fue intentarlo en YouTube. Su “explícito” contenido tuvo que pelear por permanecer a la vista, la plataforma bloqueó el segundo capítulo por su contenido sexual y actualmente es visible gracias a una restricción de edad.
En pantalla, Post-Apocalypto parece una animación amateur, cutre de hecho, y la premisa de “repoblar el nuevo mundo” queda supedita a chistes de penes, vaginas y sexo en abundancia que escuetamente divierten al espectador. La fórmula era muy fácil y sólo debían hacer más de lo mismo. La trama de The Pick of Destiny era simplona, pero de ella se desprendían una serie de sketches brillantes. Por el contrario, su nuevo proyecto queda inconexo y aleatorio.
La banda sonora dura, en conjunto, apenas media hora con un tracklist que supera la veintena de pistas. No todo es música dentro de tal contenido. Tras la intro, Tenacious D ha decidido ir intercalando narraciones y temas como si de un disco conceptual o un audiolibro musical se tratara. La idea es ingeniosa sin duda, pero el resultado vuelve a ser un quiero y no puedo. De no ser así, la banda sale peor parada pues podría achacárseles poca dedicación.
Este álbum, primero en seis años y cuarto LP de su carrera, tiene bastantes luces y sombras que vale la pena reseñar. No hay un nuevo Tribute ni un Papagenu ocultos en él. Hay opera-rock, sí, referencias setenteras también y combinan baladas con la fuerza de un metal más cañero. El “main theme” se queda corto y ni con su reprise se queda tal y como debería. Su escasa duración se transmite al resto de pistas siendo algunas casi tan cortas como los interludios y comentarios que las separan.Este problema consigue que prácticamente ningún tema sea memorable y resuene en el oyente tras un puñado de escuchas. Y lo que es peor, se intuyen muy buenas ideas que no se han llegado a desarrollar. El motivo de todas estas piedras que arrastra este LP es, de nuevo, su supeditación a un contenido audiovisual ideado como algo breve. No es una banda sonora, no es un disco convencional y considerarlo un híbrido deja una definición bastante insulsa. Terminator protagonizará Robot y entre los cameos escogidos se mencionarán a Donald Trump y a los hijos de JB. Una idea atrayente tratada entre parodias, vulgaridades y un humor de patio de colegio.
Black y Gass se caracterizan por hacer el ridículo, pero un ridículo bien hecho. Su sátira ha triunfado durante años y este disco es, cuanto menos, recomendable siendo su escucha útil para poder criticarlo y obtener ideas en proyectos propios. No es un referente, ni asienta una piedra digna de ser recordada. Tampoco es un regreso digno sino una excentricidad publicada más para ellos que para un público. Aun así, apuestan por hacer una gira y, salvando la prosa y las narraciones, hay pistas que merecen estar camufladas en una lista más extensa. Les digna, eso sí, su amor por lo añejo (Hope), su sátira hacia lo cursi (Making Love), la balada operística (Colors) y la experimentación en otros géneros (JB JR Rap).