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TEMPLES – SUN STRUCTURES

Temples son una banda inglesa que surgió a mediados de 2012 como un proyecto de estudio pero que finalmente tomó forma de banda debido a la calidad de las grabaciones presentadas y a la positivísima recepción del single Shelter Song. Hoy hablaremos de su disco debut, uno de los más esperados de este año tras su salto a la “fama” en 2013.
Desde hace unos años, algo se está haciendo evidente: la psicodelia se predicó por el mundo musical durante los 60 y murió a comienzos de los 70, pero en el siglo XXI ha resucitado; hablamos de Tame Impala, Pond, Woods, The Horrors, Unknown Mortal Orchestra, Foxygen, Jagwar Ma, Hookworms… Y ahora, a este amplio y genial club se unen Temples. No es sólo la sensación de escuchar buena música, o la sensación de que un disco debut cumpla las expectativas, o que una banda nueva se coloque muy bien en el panorama, es el transporte a otra época que no pudimos vivir pero que gracias a estos “testigos” ficticios podemos disfrutar, lo que convierte a Sun Structures en aspirante a todo este año desde la primera escucha.
Qué mejor manera de empezar un disco que con tu hit más famoso, Shelter Song, ya que así el oyente se confía y disfruta a la espera de nuevo material. Una de las mejores armas de los británicos es que utilizan mucho la raíz india de la psicodelia para darle unos aires a su música mucho más místicos e hipnóticos, y son infalibles cuando los mezclan con coros y ecos. Pero hablemos también de uno de los mayores pecados del disco; el sonido clavado de la batería en el 90% de las canciones, algo que se hace evidente nada más empezar Sun Structures, pero se te olvida en cuanto el vocalista empieza a entonar, porque tiene una voz demasiado sesentera y atractiva, por más pretencioso que suene decirlo, la canción se hace corta a pesar de sus 5 minutos.
The Golden Throne me parece uno de los temazos del disco, pura dinamita psicodélica, trayecto por el desierto, estrofa pegadiza, con acordes de voz acompañando perfectamente a un ritmo recto que sólo se detiene para dejar entrar al cantante. La entrada del estribillo parece prever una historia de terror, con una voz al cielo final que introduce perfectamente un ritmo popero que es indudablemente genial, casi fuera de la psicodelia y más cerca del pop de este siglo. Puro misterio, sólo deseas que vuelva a entrar el estribillo entre un movimiento hipnótico. A continuación, por primera vez una acústica en el disco, estamos escuchando Keep In The Dark, y por si no lo sabemos nos lo dicen 15 veces para luego hacernos un gritito acompañado de un punteo genial, otra gran canción psicodélica, con la que uno por momentos tiene la sensación de estar escuchando a The Beatles (no me matéis) con sus estrofas sencillas y pegadizos estribillos que se mueven entre timbales y ensoñación, una experiencia irrepetible en esta época, acompañada de un final cubierto de sintetizadores.
Mesmerise era el último single previo a la salida del álbum, vertical con otro estribillo que resalta la repetición de la batería y un punteo posterior genial, imitando los acordes. Otra canción genial, por ahora ni una falla. Por fin podemos descansar un poco con Move With The Season, una canción tranquila, con punteos que recuerdan a la actual psicodelia, y absorbida por coros y un ritmo lento que se para para dejar paso a la guitarra. No por esto decepciona, ya que tiene un estribillo espectacular que es un crescendo que luego decae y sube una y otra vez, adornada de violines entre la nube del mood en el que ya estamos metidos.
Colours To Life es un tema que recuerda al final de la primera época de la psicodelia, mucha menos locura y mucha más convicción musical, por supuesto el espíritu sigue presente, pero se cuida mucho más la elegancia y en ocasiones la épica, dando mucha más emoción a un tema que si no podría redundar, pero que está perfectamente construido con un estribillo basado mucho más en los pianos que ningún otro tema del disco. A continuación, viene seguramente la canción más representativa del estilo en el disco, mucho “comerse el coco” en la letra, mucho coro y ritmo hipnótico con 3 acordes fáciles que aun así tienen éxito, esto es A Question Isn´t Answered. En cambio, The Guesser es una canción casi de rock actual, con una entrada que suena casi a Humbug si no fuese por el camuflaje de ecos y la nube de humo que parece que tenemos delante escuchando este disco, que poco a poco se camufla en el pop y no termina de romperse, pero es un ritmo tan excelente y pegadizo que es irresistible.
En Test Of Time, me parece excesivo el pecado de la batería, que acaba por distraer y puede aburrir en un tema interesante, pero que no está a la altura de sus predecesores, que resultan unos competidores extremadamente complicados. Si hay algo negativo que destacaría de este disco (por no decir sólo cosas buenas), es la pérdida de energía (que no de calidad ni acierto) en los últimos temas del mismo. El álbum parece ser verdaderamente como un viaje, que después del subidón y la genialidad comienza a bajar por las sendas de la hipnosis y la pesadumbre, pero que en absoluto nos hace dejar de desear más. Sand Dance es el ejemplo, puede cansarnos, pero a pesar de ello uno se siente incapaz de despegarse del hipnótico tono de la voz de James Edward Bagshaw y después ya está sumergido por las idas y venidas del ritmo.
Llevaba desde noviembre sin escuchar un disco tan bueno como éste. La psicodelia está viva y coleando, y hoy tengo el honor de presentaros el que seguramente sea el disco debut del año y (mi apuesta), uno de los mejores del año y, en general, escucha obligatoria para un viaje en el tiempo.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9/10
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