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TEENAGE FANCLUB – SHADOWS

TEENAGE FANCLUB - SHADOWSLas canciones son estados emocionales. Las canciones cambian los estados emocionales. Los estados emocionales no duran canciones. Las canciones sobrellevan los estados emocionales. Las canciones cambian según tu estado emocional. Teenage Fanclub son un estado emocional. Y un precursor de esto que llamamos indie-pop.

Son un clásico. Un clásico nacido en la escena de Glasgow que ha ido cambiando y evolucionando del powerpop inicial, de la distorsión guitarrera, del grunge que les valió un contrato con el conocido sello americano Matador hacia una búsqueda continúa de la canción perfecta. De la canción POP con mayúsculas.

Sus nuevas doce canciones incluidas en este Shadows, que llega después de 5 años sin publicar nada, destacan por su gran melodía y armonía en todas las composiciones. Doce canciones escritas y cantadas por tres de sus miembros : Raymond McGinley, Norman Blake y Gerard Love.

El grupo ya había adelantado hace unos meses, en su página web, la canción Baby Lee. Single que se convierte siempre en una visagra al resto del disco o al olvido. Y Baby Lee, con su estructura simple, billante y perfectamente musicalizada, empuja sin duda a la escucha completa de Shadows.

Un disco que, en su versión física, viene acompañado de una portada de fondo gris sobre la que nacen diferentes partes de un extraño edificio, o de distintas estructuras arquitectónicas. Una portada de díficil interpretación, como el nombre del LP. Ya que sin tener acceso, todavía, a realizarles una entrevista, podríamos aventurar que fuese por su admiración sesentera al grupo The Shadows o a la película de John Cassavetes de mismo nombre. Pero no es Shadows un disco de sombras. Y sólo las canciones The FallThe Past se podrían definir como algo oscuras o lentas, ya que en el resto del disco el sonido es es vivaz, setentero, brillante y jodidamente armonioso. Se podrían definir como “Mature Fun Club” o como que en Glasgow hace sol.

Caben descatar las canciones Sometimes I Don’t Need to Believe in Anything, la citada Baby Lee, las armonías vocales, guitarras y teclados de Into the City, el shock y asombro de Shock and Awe, y la preciosista y animadaWhen I Still Have Thee. Como contrapunto, Sweet Days Waiting se cuela dulce en los oídos y no desaparece fácil, con su still guitar de fondo.

Era necesario que volvieran. Era necesario que volvieran así. Shadows es una joya que suena a vinilo, a ese sonido clásico que hay que guardar como oro en paño. Así que gracias Teenage Fanclub.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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