Antes de ponerme a escribir sobre el último disco de Tachenko leí una entrevista en la que los miembros de la banda afirmaban que sus «letras son bastante tristes». Sí. Puede ser. Pero he de confesar que escuchando una y otra vez El amor y las mayorías, el sentimiento que me produce no es el de tristeza precisamente, sino que me transmite fuerza como hacía tiempo que no me transmitía un disco y mucho, muchísimo BUEN ROLLO. Que en estos días hace falta.
Tres años han pasado desde su anterior disco, de sabio título, Os reís porque sois jóvenes. Y personalmente aquí, quien escribe, está muy a favor de las bandas que dejan reposar los discos unos años, antes de precipitarse a sacar uno nuevo. El resultado, según la modesta opinión de una servidora, es mucho mejor así. Despacito y buena letra, que por algo son sabios los refranes. Una muestra de ello es este El amor y las mayorías, quinto disco ya en el haber de Tachenko.
Y es que, es bien cierto que ‘no hay quinto malo’, si tomamos como referencia este disco de los maños. Pues desde la primera escucha hasta la última, he realizado muchas por gusto más que por obligación periodística, he de decir que se ha convertido en uno de mis discos favoritos en lo que va de año. Mis más sinceras felicitaciones a Vinadé y los suyos, pues me han hecho un favor. Ya sé qué escuchar cuando los días se pongan más grises de lo habitual. Desde aquí os invito a hacer lo mismo, Crazyminders.
Tengo mis razones para afirmar lo anteriormente expuesto y es que en El amor y las mayorías vais a encontrar melodías, ritmos y letras, que entran como limonada fresca en un día sofocante de calor. Porque no sobra ni una sola canción en esta selección de doce. Porque contiene los ingredientes en su justa medida. Ingredientes para hacer de este trabajo, el quinto de los mañicos, un disco completo.
Las letras, un mano a mano entre Sergio Vinadé y Sebas Puente, hablan de amor, como no, pero también de un amor que se tiñe y se vive entre pinceladas de la situación político-social en la que nos toca vivirlo.
Doce temas que se trenzan, se dan la mano y conforman un tejido de lo más encantador. Doce temas que en ningún momento conocen el tedio. Doce canciones de lo más variadas, en las que encontramos distintas tonalidades, diferentes sabores, pero todos deliciosos. Doce temas que dan ganas de saborear y memorizar hasta conocer, a la perfección, cada uno de sus recovecos.
El primero de ellos lleva por nombre Campos de Marte. Él es el encargado de darnos la bienvenida y abrirnos las puertas, por quinta vez, al mundo pop y agradabilísimo de Tachenko. Guitarras poderosas, por algo Marte es el guerrero por excelencia, y revolucionarias que acompañan a la voz inconfundiblemente amable de S.Vinadé.
Primera canción, primera toma de contacto que hace sonreír a Zeus en el Olimpo y también a nosotros que no queremos sino seguir descubriendo qué más se esconde tras El amor y las mayorías.
El segundo de los temas es una perita en dulce. Una de nuestras canciones favoritas. Suerte y relámpago es altamente adhesiva. Casi imposible escucharla una sola vez y no sucumbir a su poder. Bello en letra y melodía dan ganas de no salir de él. Aquí una servidora ha tenido que escuchar Suerte y relámpago repetidas veces hasta aprendérsela de memoria. Sí, es de esas canciones en las que entramos en un peligroso bucle, aviso a navegantes. En definitiva, es de esos temas que todo el mundo espera en un directo, para cantar junto a la banda y que despiertan, contagian sonrisas.Da la mano a Suerte y relámpago otro de los HITS que componen el nuevo disco de los maños.
De nombre Dame una pista, nos encontramos otra canción de lo más luminosa, que dirían los entendidos. Un tema que invita a bailar como ninguno y que, de nuevo, se introduce en nuestras cabezotas para no marcharse. ‘No hay vuelta atrás’. ‘No hay truco en el sombrero’ de los Tachenko, sólo talento y años de experiencia que se notan. Si todavía no estás en pie aplaudiendo, el cuarto tema nos obliga a hacerlo. Levántate, es un tema contundente, robusto que nada tiene que ver con los tres anteriores.
Casi llegando al ecuador nos encontramos el tema que da nombre al nuevo trabajo de la banda. Mi amor, las mayorías. Y entre sonrisas melancólicas nos encaminamos hasta llegar al final del disco repleto de canciones imprescindibles como Error, error o Vendaval, que DEBEIS escuchar motu proprio, Crazyminders.
Y es que el nuevo disco de Tachenko no tiene desperdicio.
Es muy probable que al llegar al Ojo de halcón, guinda de un pastel exquisito y tema encargado de poner el punto y final, queráis cruzar de nuevo los Campos de marte con suerte y como un relámpago, una y otra vez hasta quedar agotados y con doce canciones aprendidas de cabo a rabo y resonando en vuestra memoria.
En definitiva, si tuviera que definir el disco de Tachenko con un adjetivo sería: AGRADABLE. Un disco soleado y fresco, que nos permite respirar un poco de aire y que nos aporta luz en este mundo de sombras en el que nos toca vivir.Un disco pop que saca sonrisas, perfecto para los días de primavera y para hacer tiempo mientras esperamos que llegue el, para algunos, ansiado verano. Un disco cálido y delicioso que os aprenderéis en un santiamén. Un quinto trabajo con el que poder celebrar los diez años de carrera de los maños y que consolidan, una vez más, a Tachenko como una de las bandas más importantes y sobresalientes del panorama nacional.
¡Buen trabajo, mañicos!
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9/10
