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SIA – THIS IS ACTING

Sia es de ese tipo de artistas que han permanecido a la sombra de otros. Detrás de la composición de grandes éxitos y, también de los fracasos. Desde Rihanna a Adele o Katy Perry, la australiana se ha encargado de ser la pluma de estas divas del pop. Sin embargo, Furler deja su propia impronta en todo aquello que escribe, por más dispares que sean los intérpretes.

Así fue despertando poco a poco la Sia intérprete, la de Titanium, Chandelier y de su gran 1000 Forms of Fear. Una artista que fue arrasando en las listas de éxitos dejando atrás lo que había compuesto para otros. Un ‘’aquí estoy yo’’ en toda regla, al que además se sumaba la facilidad e incluso irrelevancia confesa que tiene la artista para componer. Hace canciones como churros. Quizás ese haya sido el resultado de este This Is Acting, demasiado fácil.

Muchos de los que esperábamos el más difícil todavía cuando vimos a ese niño vestido de karate en el teaser de Alive, nos decepcionamos un poco al ver que en este disco sí, seguía siendo Sia. Puede que en exceso.

En una primera escucha, este This Is Acting transmite energía pura, letras de superación, desde Alive hasta Bird Set Free. Es un álbum pegadizo, con la composición perfecta para entrar en el mercado y romper las listas de éxitos como bien sabe. Unas escalas vocales que van técnicamente perfectas desde los susurros a los agudos, cuesta arriba hasta un desgarrador y potente estribillo. Un trabajo de pop electrónico sintetizado, las bases podían ser perfectamente de un tema de Rihanna o de Madonna. Unos beats penetrantes que se mezclan con pianos y composiciones corales.

Se trata de un LP a partir de los temas rechazados por grandes artistas, sin embargo, no lo parece. Puede que no tenga el gancho que se esperaba de ella, que sea un trabajo extremadamente continuista, que no aporte ningún cariz nuevo. Sin embargo, es un disco que transmite.

Temas como One Million Bullets, son de esas canciones que te hacen desgañitarte cantando, aunque la melodía sea demasiado recurrente. Mientras tanto Move Your Body, te hace pensar: ¿es la representación de Suecia a Eurovisión? Un tema demasiado bailable quizás para la voz de la artista. No luce entre tanto beat y ritmo frenético. Eso sí, se trata de un tema más que aceptable para un sábado por la noche y, como ya he dicho, con un marcado corte europop que lo hace ser uno más.

La artista intenta repetir la fórmula vocal de Chandelier en Alive, por no decir en todo el disco, sin embargo, el problema de este This Is Acting reside más en la composición (aunque parezca increíble) y en las melodías y bases repetitivas, que en la ejecución vocal de la australiana.

Aunque la artista mantenga su esencia en la composición y los sonidos, también hay excepciones. En Cheap Trills, la artista se transforma en unos ritmos más urbanos, más parecido a la Rihanna que rechazó este tema y, muy al pesar de la de Barbados, las comparaciones serían odiosas. Sweet Design podría ser un tema de Iggy Azalea, perfectamente. Quizás no es el estilo más propio de la australiana que introduce la base remezclada de Thong Song de Sisqo e incluso se atreve con el hip-hop, a pesar de esto es una nota de color en un disco monocorde siendo de las canciones que más transmite de todo el disco.

Pero no todo es baile en este trabajo, también hay baladas donde la voz de la cantante reluce a pleno pulmón, es el caso de Space Between, donde su voz literalmente se sale y te hace pensártelo dos veces antes de acabar de escuchar el LP.

Las comparaciones en este disco son continuas. Es imposible no comentar cómo sonaría Alive en la voz de Adele o Cheap Trills en la de Rihanna. Ese es el verdadero problema de This Is Acting. Sia mantiene su impronta, sus temas básicos con una melodía repetitiva, que resulta hasta cansina, pero que se pega. La estrategia seguida por la artista ha sido otro ‘’aquí estoy yo’’ al igual que en su gran 1000 Forms of Fear. En este caso, ni el resultado ni las causas han sido las mismas, la australiana buscaba desquitarse de los rechazos de sus temas y el resultado ha sido un gran trabajo de interpretación de distintos estilos comerciales, pero que nada aporta a la carrera de Furler.

¿De verdad es necesario un trabajo puramente comercial para una artista de casi 20 años de experiencia? La verdad es que no, lo tiene todo ganado y, después de haberse comido el mundo con Chandelier, podría utilizar su capacidad de composición para arriesgarse e innovar. Tocará esperar a ese próximo trabajo de la artista para que salga un poco más de esa zona de confort que ya ha demostrado con Sweet Design, Alive o Space Between.

 

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