El folk melancólico se viste de largo en este nuevo trabajo de la cantante, que explora el lado más introspectivo de este estilo de música. Aun así, ningún estilo propiamente dicho encuadraría el género que de por sí crea Van Etten, supuestamente folk, pero con mucho más, gran cantidad de matices que enriquecen sus canciones, sin fronteras entre el rock o el soul más genuino.
En Taking Chances, tal vez reconozcamos como su principal rasgo característico esos riffs de guitarra aparentemente desganados, pero imprescindibles para dar cuerpo a un tema que ha servido como single de introducción de este nuevo CD, que representa con sumo cuidado el intimismo triste del que hace gala en el disco.
Van Etten saca a la Patti Smith desgarradora que lleva en su interior con Your Love is Killing Me, un tema desesperante lleno de fuerza, donde su voz eclipsa los demás elementos musicales y protagoniza con absolutismo una oda al amor doloroso (“quema mi piel para que no pueda sentirte, apuñálame los ojos para que no pueda verte”), a la vez que una súplica de piedad en cierto sentido.
Empezando con Afraid of Nothing, el listón estaba tan alto que es inevitable pensar si a medida que el disco avance en duración, el ritmo y el nivel se irían desinflando hasta quedar en un “casi” de los mejores discos que llevamos este 2014. Tarea difícil es, desde luego, componer diez temas que estén a la altura de una apertura brillante como lo es dicho tema. Sin embargo, Sharon Van Etten tenía más ases en la manga con los que jugar, y según se escucha tema tras tema, se puede comprobar que su capacidad de creación y su talento aún están lejos de agotarse.
Cómo no, el amor mueve el mundo y es también la guía imprescindible de este álbum (la muy serena Our Love es buen ejemplo de ello, al igual que Break Me), si bien destaca sobre todo ese amor destructivo que es capaz de arrasar con todo. Parece que Sharon Van Etten quiere relatar con delicadeza esas crisis de pareja que pueden acabar con una relación de un momento a otro.
Sin embargo, el mensaje que nos transmite este disco, a pesar de lo apesadumbrado del tono, no es de pesimismo. Su voz nos empuja hacia delante, como ocurre en Every Time The Sun Comes Up.
Más íntima, saboreando de cerca su voz, Tarifa transmite esa tristeza tan delicada que tantos artistas folk saben expresar como nadie, una tristeza un poco estival (pero menos frívola que la que nos canta Lana del Rey en su Summertime Sadness, ambas tienen poco en común).
Es irrefutable la herencia de Tori Amos o Fiona Apple, entre otras grandes compositoras de su era en la música que Van Etten compone, especialmente en aquellas en las que incluye piezas de piano, como en la preciosista I Love You But I’m Lost, acompañada por una percusión con carácter, casi solapando con los tambores algo más rítmicos de You Know Me Well.
Quizá éste sea un disco más que apropiado para todas esas noches de soledad en medio de una ciudad bulliciosa donde cada persona parece separada de los demás por kilómetros, aunque la distancia “palpable” diga lo contrario. Queremos expresar lo que sentimos pero tenemos miedo de las respuestas que podamos obtener. Al terminar de escuchar el disco, no hay indiferencia posible, porque todo lo que Sharon Van Etten nos ha contado es demasiado real.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10
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