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SAVAGES – Silence Yourself

Solía haber mucho silencio
Ahora hay demasiadas voces
Y el ruido es una distracción constante
Se multiplica, se intensifica,
Hace que tu atención se concentre en lo que es conveniente
Y no en saber quien eres.
Vivimos en la era de las distracciones
Y nos centramos en algo inalcanzable,
Mientras estamos distraídos estamos disponibles,
Si estás distraído estás disponible.

Silence Yourself es el título del álbum de debut de esta banda inglesa. Cuatro chicas con muchas rabia acumulada, con influencias de Joy Division, Siouxsie & The Banshees, Bauhaus o de la etapa más rockera de PJ Harvey.

Hacía tiempo que no salía una banda acorde con los tiempos que corren; un grupo alejado del imperante indie más centrado en crear tendencias de moda que en tener un mensaje propio. No hacen falta más bandas vacías que hacen humo; estamos hartos del rock bailable y hedionista. Savages recuperan lo mejor del post punk británico y lo actualizan escribiendo canciones como puños. El disco se abre con un Shut Up y I Am Here que lo dicen todo, letras dedicadas al mundo que nos rodea, un canto individualista hacia la singularidad y el respeto de las personas por encima de lo que quieren que seamos. Hay una canalización de rabia diferente para cada tema, incluso la más bailable y que podría funcionar como single, She Will, es pura rabia con un estribillo que se repite hasta el paroxismo. Las relaciones humanas y las personas sin rasgos de personalidad son otra tónica en sus temas, como en No Face donde retratan a esos seres humanos grises que no aportan nada al mundo, seres que fotocopian sus días, que hacen sexo porque toca, que están con alguien porque es la salida fácil.

No sólo llama la atención sus letras, musicalmente son excelentes: Sus cambios de ritmo, sus guitarras que pueden romper en ruido en cualquier momento, una batería salvaje y una voz privilegiada que canta y nos grita por partes iguales, hacen de este Silence Yourself, unos de los debuts más interesantes de los últimos  años. No hay canciones de relleno y en temas como Marshall Dear, que sigue por otros derroteros más paisajísticos con un piano inquietante, nos hacen vislumbrar que son una banda más polivalente de lo que nos han enseñado hasta ahora.

38 minutos de duración son suficientes para enamorarnos perdidamente de ellas y no las vamos a perder de vista. Y esperemos que tal como reza la galleta de su CD, tengan cuerda para rato: “Don’t let the fuckers get you down”.

¿Quieres seguir bailando, simular que eres feliz y que estás en paz con el mundo que te ha tocado vivir? Pues escucha el último de Daft Punk mientras estás en la piscina medio dormido.
Por el contrario, si estás enfadado con lo que te rodea, y quieres canalizar esa furia, este es tu disco.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 9/10

 

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