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SAVAGES – ADORE LIFE

Después de 3 años y una sarta de conciertos maravillosos a sus espaldas, Camille Berthomier/Jehnny Beth y sus compañeras por fin han vuelto con el que parecía su “aún más complicado segundo disco” después de un genial debut y el hype (que por una vez fue real) generado alrededor del mismo. Si Silence Yourself fue el debut certero y concreto, dirigido al centro de la diana, este Adore Life es un acto premeditado e intencional orientado con unas ideas tan concretas como bien pautadas en el sonido, un esfuerzo “sophomore” que sale de los altavoces y entra por los oídos a pedir de boca.
La banda de origen británico (salvo su vocalista) pareció tener muy clara la forma que quería darle a su sonido -un proyecto creado para el directo- y a partir de ahí desarrolló un post punk tan certero como inundado de grandes referencias. Las comparaciones con Joy Division -o Ian Curtis directamente- se repiten hasta la saciedad, pero realmente en ciertos aspectos parecemos estar ante unas hijas generacionales de ellos, o una versión femenina de los de Macclesfield venida de otra dimensión, que comprende la realidad en la que vive y trata de salir mediante el lenguaje y la rabia de la misma.
En esta ocasión, los esfuerzos de Berthomier y compañía están orientados a una inesperada exaltación del amor en todas sus formas. La vocalista, estandarte semi-andrógino que también funciona como icono gay, y que rezuma autoridad y poderío en cada movimiento de sus directos, tiene un perpetuo tono dominante y sombrío que guía cada tema acompañada de distorsiones, enfermizos ritmos de batería, o unas recias líneas de bajo. Las letras toman parte de las referencias revolucionarias del debut, evolucionando hacia dos nuevos aspectos; este amor transmitido a través de la violencia (digamos el pogo sudoroso y hermanado de un directo) «Love is the answer, love is the answer»… Y un inconformismo existencial muy arraigado, en el que una y otra vez se lanzan preguntas determinantes al oyente, tratando de provocar su conciencia y remover los cimientos de sus ideas. El tono lúgubre que acompaña a lo escrito ayuda a esta interiorización, a esta angustia placentera que produce el deseo destructivo y a la vez el amor a las cosas, la sensibilidad traicionada en una realidad en la que nada es permanente. Sin duda en esta faceta Savages han ido un paso más allá, testificando esta vez hasta sus últimas consecuencias el revival del post punk, sin querer dejar de ser personas, pero tratando de descalificar un poco más su entorno.
En la sección musical tenemos un disco más “accesible” que su predecesor, con una ejecución técnica absolutamente impecable que no podemos esperar a ver en directo. Hay más espacio para el punk violento –T.I.W.Y.G., The Answer– con unos riffs que cortan el aire y también para un post-everything decadente y casi apocalíptico, con Mechanics de cierre muy Godspeed You! (aunque con vocalista) y Adore, que seguramente sea por su tensión, su mensaje, y su pausa una de las canciones del año. Del resto de temas cortos destaca el leitmotiv de Evil, y su madera de hit dentro del mundo Savages, ya que incita un poco al bailoteo, o la genial combinación batería-guitarra de Slowing Down the World, que bien podría salirse de la escala de la banda si no fuese por el mood que desprende todo su universo y el hipnótico bajo de Ayse Hassan. No sobra ninguna de las canciones, que ayudan a construir esta estructura oscura y atractiva que es Adore Life, tan sofisticada como desbocada, tan imperfecta como redonda.
En su segundo disco, Savages han hecho prácticamente todo bien, han reorientado su sonido, lo han perfeccionado, han adquirido nuevas ideas y han sabido plasmar todo esto en 40 minutos que en ningún momento suenan pesados ni desamparados. Lo único que podría echárseles en cara (si eso) es que a nivel individual las canciones no funcionan tan bien como en Silence Yourself, a pesar de funcionar perfectamente. De todas formas esta ligera tara se ve compensada por una nube de aciertos que nos prometen que la banda británica seguramente se convierta en una de las triunfadoras del año, y por qué no en una de las de nuestra década, plasmando entre tanto cyberpunk nihilista una visión seria, sobria y acertada de la situación de hoy en día sin necesidad de tanta pirotecnia.
Escúchalo aquí:

 

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