RHYE – BLOOD

El debut de Rhye impactó muchísimo en 2013. Woman apareció prácticamente de la nada y pronto llegó la pregunta de quién o quienes estaban detrás de esas melodías vocales tan cuidadas y sensuales. Pues bien, para sorpresa de muchos, este proyecto que indaga en el r&b y el soul contemporáneo, con bases sintéticas y atractivos ritmos de bajo, está liderado por el andrógino falsete del canadiense Milosh. El danés Robin Hannibal también estaba en el proyecto en sus inicios, aunque ahora se encuentran distanciados por problemas entre ambos intérpretes.

Para la nueva aventura en solitario, a Milosh se le ha unido una banda de músicos de apoyo. Ellos se encargan de proyectar las envolventes atmosferas para la impresionante voz del ahora líder del proyecto. Blood sigue enfatizando en esos ambientes y esas capas vocales, pero queda lejos de impactar tanto como Woman. Mientras las melodías vocales se desenvuelven con soltura, las instrumentales padecen de una monotonía, por momentos, soporífera.

Milosh, empieza el disco recordando a su ex-mujer en Waste. Es en la única en la que habla de su divorcio, dejando el resto del repertorio para su nueva relación sentimental. Unos detalles orquestales, un prominente bajo y los repetitivos sintes arropan la voz de Milosh. Destaca mucho más el segundo tema, Taste, que deja un sabor a funk y neo soul irresistible. Quizá sea la más rítmica del conjunto y, por ello, en la que las melodías vocales pierden su peso.

Lejos de alejarse del ritmo, Feel Your Weight prosigue la bailable onda discotequera de la anterior. Jugando con diferentes texturas, es la más dinámica de un álbum en el que la mayoría de piezas se muestran algo repetitivas. Aunque, eso sí, la formula se sucede: bajo, orquestación y delicados sintetizadores.

Después el álbum coge un tono más romántico y pausado, tirando hacia el r&b. La sutileza de Please arranca una odisea en la que la búsqueda del ambiente más íntimo, o seductor, posible convierte cada canción en una aburrida colección de los sonidos utilizados. No parece alejarse ni por un momento de su espacio de confort la música de Milosh, quien continúa empeñado en el uso del falsete.

Antes de llegar al final de la travesía, nos regala dos joyas que bien pueden ser las mejores de la obra. Milosh comentó una anécdota sobre Stay Safe. Al parecer, cuando se la puso por primera vez a una amiga, ésta no pudo evitar empezar a llorar. Y no, no fue por lo mala que era, porque se trata de una suculenta y preciosa composición en la que el cantante muestra su capacidad de crear por sí mismo todo un himno.

En contraposición, aparece el serpenteante Phoenix, con el bajo funk marcando el ritmo de nuevo. Esta vez, lejos de asomarse al abismo del aburrimiento, el tema crece y supera en intensidad a todo lo precedido. Rhye, o Milosh, ya que es la única voz cantante del proyecto, ha vuelto tras casi cinco años de espera con un comedido sucesor que no logra sorprender por su marcado guión. Uno del que el artista no parece querer distanciarse lo más mínimo.

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