El aura oscura que rodea a Matt Flegel y a sus compañeros no es azarosa. La banda anteriormente conocida como Viet Cong y con miembros de la que fuese Women ha vivido alguna que otra desgracia (incluida la muerte de un miembro) y sus integrantes han llegado a situaciones límite en más de una ocasión. De ahí surge -con cierta urgencia- el sonido que desde sus cintas hasta su debut del año pasado nos pone los pelos de punta.
En su primer álbum, Preoccupations tomaron una vía más experimental y amplia, creando ambientes mucho más inimaginables, terroríficos y extraterrenos de los que se podría esperar de un álbum de post-punk al uso. Aunque esto no convenció a toda la prensa (el álbum fue bastante olvidado en las listas de fin de año tras salir en enero), las técnicas industriales, postrockeras y épicas de canciones como March Of Progress, Bunker Buster o Death entraron con fuerza a lo mejor del género en nuestra década, formando la columna vertebral de un álbum de sólo siete canciones. En este homónimo álbum (una vez más) la banda canadiense ha ido más al grano. Sólo hay una canción larga, otras dos no llegan a los dos minutos, y las melodías a pesar de continuar la sombría atmósfera suenan más amenas y movidas, más accesibles.
Flegel ha comentado que en este álbum habla más de problemas diarios, que a pesar de complicados o relevantes, no ejercen una influencia tan profunda y vasta en la música. Así se suceden nombres como Anxiety, Stimulation, Monotony… O Memory, aunque el caso de esta última es especial. Encontrarse con otro corte de 10 minutos en un álbum de Preoccupations es un aliciente enorme, pero poco tiene que ver con Death, pues aquí las secciones están bien diferenciadas. Memory son tres canciones; una pausada, que recuerda mucho a los primeros temas de Viet Cong, una más movida y enérgica, con un dramatismo muy palpable (¿los primeros U2?), y un ambient con drones bajos que se extienden por un pantanal vacío y gris. Esta última parte que parece sobrar, en realidad acaba siendo la que le ayuda a uno a entrar definitivamente en el largo, y a convencerse de su calidad en las consecuentes escuchas.
Para la segunda mitad del disco está otro de los singles, Degraded; que continúa el frenesí previo a la pista ambiental. A pesar de sonar excitante, en ningún momento da la sensación de que Preoccupations sea un álbum jovial, ni termina de abandonar el clima tenso y misterioso que caracteriza a la banda. De nuevo los interludios podrían resultar innecesarios, pero en este caso Forbidden contribuye con su melancolía y su pausa a acercarnos al final del largo, que protagonizan Stimulation (con su apasionante conclusión) y la sensacional Fever. El cierre aunque no es redondo, tiene una carga dramática devastadora, que se va agravando mientras Flegel repite el estribillo y la canción se descompone a su alrededor.
Que Preoccupations no es tan atrevido como su predecesor es una obviedad, pero lo que también queda claro al trabajar sobre este álbum es que Matt Flegel y compañía son una de las bandas que mejor interpreta el post-punk actual. Si a eso le añadimos los grandes momentos que hay prácticamente en todos los cortes del álbum y la facilidad con la que Preoccupations nos lo han traído, nos queda poco que pedirles, al igual que a otras bandas como Ought o Parquet Courts.