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Pond – Hobo Rocket

Pond es una banda del sur de Australia formada en 2008 por Nick Allbrook, Jay Watson y Joseph Ryan como un proyecto colaborativo y abierto, que tan sólo un año después publicó su primer largo ya con más miembros. Curiosamente, gran parte de ellos también formaban parte de Tame Impala, que tras su éxito en 2010 con Innerspeaker lograron impulsar también la fama de Pond, que ese mismo año grabó también su primer álbum: Beard, Wives, Denim. Sin embargo, no sería publicado hasta 2012, cuando recibió una merecida aclamación por parte de la prensa, que los colocó en gran parte de las listas del año.
Tan sólo un año después (y con otro disco ya compuesto), nos presentan este LP de siete canciones y unos 33 minutos que resulta un golpe evidente de poder de una banda que se está catapultando a base de hacer buena psicodelia, como Tame Impala. Este disco nos traslada de nuevo a finales de los 60 y a las revoluciones hippies, con aires al pop de entonces influido por los ácidos, pero a la vez con radicales ritmos y momentos que verdaderamente se tornan épicos a base de punteos de guitarra.
Las letras vuelven a basarse en los temas básicos de la psicodelia: la juventud desperdiciada o inútil, los efectos de las drogas y el chamanismo en los que que tanto basó en su origen el estilo. Las tres canciones más destacables por su ritmo y contagio son Giant Tortoise, Xanman y Whatever Happened to the Million Head Collide, que poseen unos punteos que protagonizan la canción y que preceden a subidas de adrenalina al más puro estilo de una droga, pero con control.
No es así en Aloneaflameaflower, que al principio parece muy oscura, aunque luego enloquece y en ningún momento deja de sonar brutal y distorsionada, la más dura del disco. Mientras que la más tranquila, con una parte final recordando a los Beatles de Sgt Pepper’s, es O Dharma, un tema genial, aunque más lento.
Hobo Rocket resulta una canción por momentos plana, aun con ese estilo de casi los 50, que acaba donde empieza y que si no se escucha bien da la impresión de no aportar nada. Para terminar, la canción de cierre sería la más similar al anterior álbum, pero añade elementos electrónicos que le dan un toque más sintético y artificial, aunque en absoluto la estropean. Aunque sigan sin alcanzar la profundidad de Tame Impala, que les estropea un poco la existencia, ya han conseguido igualarse en calidad, y han conseguido firmar un disco genial que será de lo mejor del año en su estilo.
 
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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